Un estudio científico publicado en la revista ‘Conflict and Health’ (conflicto y salud) evalúa qué consecuencias tendría para la población de Irán un ataque nuclear israelí.
Según recoge Nick Turse, editor asociado de la publicación en línea TomDispatch.com, el estudio, titulado ‘Guerra nuclear entre Israel e Irán: Mortalidad más allá de los límites’ y elaborado por investigadores de las universidades estadounidenses de Georgia y Harvard, revela la especial vulnerabilidad de las ciudades iraníes ante un hipotético ataque nuclear, debido a la geografía, el clima, la construcción de los edificios y la densidad de su población.
De acuerdo con el estudio, un ataque israelí con cinco armas nucleares de 500 kilotones cada una mataría a siete millones de personas, el 86% de la población de Teherán, y dejaría cerca de 800.000 heridos, según predicciones realizadas con la ayuda un paquete de software que permite calcular las víctimas de una explosión nuclear.
Más allá de la capital iraní, las estimaciones sobre el número de víctimas civiles en otras ciudades de Irán son aún más terribles. Así, un ataque nuclear en la ciudad de Arak, donde se encuentra una planta industrial de agua pesada para el programa nuclear iraní, podría matar al 93% de sus 424.000 residentes. Asimismo, señala el estudio, el impacto de tres armas nucleares de 100 kilotones cada una en el puerto de Bandar Abbas, en el golfo Pérsico, acabaría con el 94% de sus 468.000 habitantes, y con el 99,9% de la población si el ataque se produjera en la ciudad kurda de Kermanshah.
Según Cham Dallas, autor principal del estudio, las proyecciones son las más catastróficas en más de 30 años de análisis de armas de destrucción masiva y sus efectos potenciales. “Las tasas de mortalidad son las más altas que haya obtenido en cualquier simulación de un ataque nuclear”, explicó Dallas.
Israel nunca ha confirmado o negado poseer armas nucleares, pero según los expertos cuenta con varios cientos de ojivas nucleares en su arsenal. “Irán no tiene armas nucleares, sus líderes afirman que su programa nuclear tiene fines civiles pacíficos”, señala Turse, al tiempo que añade que “diversos informes publicados indican que los servicios de inteligencia estadounidenses y el servicio de inteligencia de Israel están de acuerdo: Irán suspendió su programa de desarrollo de armas nucleares en 2003″.
De otro lado, Israel y algunos de sus aliados acusan a Irán de perseguir objetivos militares en su programa de energía nuclear. Irán, por su parte, sostiene que, como miembro comprometido del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y miembro del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), tiene todo el derecho de utilizar la tecnología nuclear con fines pacíficos. Asimismo, Irán declara, además, que dará una respuesta contundente a cualquier acto de agresión en contra del país.
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