martes, 30 de julio de 2013

Detras de la muerte de Chàvez, los asesinos del Che y de Torrijos

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Atilio Borón sostuvo que quienes asesinaron a Omar Torrijos, Jaime Roldós y al Che, y antes a Patricio Lumumba en el Congo y a tantísimos otros, inventando supuestos accidentes o “errores” que no fueron tales, bien pueden estar detrás de la muerte prematura de Chávez.
“¿Por qué habrían de abstenerse de hacer lo mismo con quien recogiera las banderas de Fidel y del Che, y encabezara la batalla decisiva que habría de derrotar el ALCA (Alianza de Libre Comercio para las Américas), el proyecto más ambicioso del imperialismo para el siglo XXI?”, escribe Borón en un comentario para el diario Página 12 sobre el finado dignatario venezolano en ocasión del aniversario 59 de su natalicio.
Y preguntó: “¿Es que ahora los sicarios del imperio tienen escrúpulos morales de los que antes carecían?” “ÂíNo! Todo lo contrario”, respondió y subrayó: “Si antes tenían poquísimos ahora no tienen ninguno”.
En ese sentido, alertó que la “tecnología del asesinato silencioso” siguió creciendo en los “laboratorios de la muerte que anidan en Washington y sus alrededores” y está hoy fuera de control.
Borón remarcó que Chávez dejó un campo minado, sembrado de trincheras de ideas que, como lo recordaba (el prócer cubano) José Martí, “son más importantes que las trincheras de piedras”.
El presidente Hugo Chávez tuvo “una excepcional inteligencia, que le permitió a lo largo de su vida ver claro cuando casi todos los demás veíamos todo muy confuso”, resaltó el prestigioso politólogo argentino.  Borón agregó que Chávez “personificaba una imagen harto infrecuente en nuestros días: un jefe de Estado que leía vorazmente, como todavía hoy lo hace Fidel (Castro)”.
“Su vocación por el estudio sólo se igualaba a su compromiso con la liberación de nuestros pueblos: su sabiduría, como lo quería el Dante, debía ser puesta al servicio de la actividad política redentora”, añadió el director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED) del Centro Cultural de la Cooperación.
A su vez, reconoció que “su prematura muerte, bajo circunstancias cada vez más sospechadas, priva a América latina y a las luchas por la Segunda y Definitiva Independencia de nuestras naciones de uno de sus imprescindibles”.
“Se nos fue, aunque cada día que pasa me convenzo más de que nos lo quitaron”, pero más pronto que tarde se conocerá la verdad, observó con suspicacia el experto en ciencias sociales y políticas.
PL

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