domingo, 28 de julio de 2013

El Partido Comunista chileno: Lejos de Marx, de Lenin, de Trotsky

por Rodrigo Cartajena Alvarado

El Partido Comunista chileno: Lejos de Marx, de Lenin, de Trotsky
"El pueblo bien vestido, jamás será vencido..."
Algunos días atrás alguien me calificó y me designó como comunista, y si bien este calificativo no me alteró ni me molestó en lo más mínimo, me hizo, con el correr de los días, buscar una definición que me resultara apropiada, que me lograra identificar, más allá de la liviandad y el constante manoseo con que se califica a alguien de comunista.
 
De un tiempo a esta parte he estado inmerso en lecturas que se relacionan precisamente con esta lógica de búsqueda de bases de aquello que hoy se dice comunista. Para ello me he remontado al origen de ideas que hasta hace poco tiempo creí sustentaban y daban sentido a esto de pertenecer al comunismo. “Historia de la Revolución Rusa”, el “Manifiesto Comunista” de Marx, “Mi vida” de Trotsky, la trilogía sobre Trotsky de Isaac Deutscher, “Qué hacer” de Lenin, “Lenin” de Gerard Water, por nombrar algunos, más innumerables artículos relacionados tanto al marxismo como al leninismo y la la revolución de octubre, han ocupado mi tiempo de lectura diaria y nocturna.  Y de tanto leer y aprehender, me resulta ahora mismo disonante que me llamen comunista. He decidido que de ahora en más prefiero que me llamen marxista, leninista o trotskista. Lo anterior no por un capricho ni por una vanidad mal entendida. Lo anterior porque quienes plantearon y dieron vida al comunismo vivieron y murieron en su consecuencia, con un sentido de lucha, de vida proletaria, de revolución. Es entonces, después de que la historia ha puesto en el lugar que corresponde a tres personajes como los que he mencionado, que resulta paradójico, aberrante y desconcertante ver, escuchar y leer a los comunistas de hoy. Más paradójico y aberrante resulta el temor que el bando contrario (léase derecha) manifiesta por las ideas que fluyen del Partido Comunista y que hoy se insertan en esta nueva mayoría.
 
¿Qué estaría pensando y diciendo Marx de la actual situación del PC que se distancia diariamente de los trabajadores, fuerza transformadora de la sociedad? ¿Cómo estará Lenin en su tumba, viendo que las ideas faltan, y cuando esas ideas se presentan están tan lejos de tener un idealismo que las sustenten? ¿Qué sentirá Trotsky, después de su revolución permanente, al ver que sus “camaradas” están negociando dentro del sistema capitalista con ideología neoliberal algún cupo parlamentario, con la excusa de realizar cambios desde dentro del sistema? Década atrás una canción le cantaba a Elvis: ”Sacúdete en tu cripta”. Hoy les canto a los tres: ” Hey, Marx, Lenin, Trotsky, sacúdanse y revuélquense en su cripta”.
 
Esto que puede sonar gracioso, no le es tanto para quienes creemos que la actividad política envuelve y atraviesa todas las actividades y que si se torna partidista ésta debiera estar basada en principios e ideologías que le den forma y que guíen su quehacer. Habrá quien me diga que esto siempre es así. Ningún miembro de partido político podría asumir que su actividad esta carente de ideología, que está basada en la contingencia, ni que sus eslogan de campaña son creados sin una lógica y sin un sustento de base. “Por un Chile más justo”, “Yo quiero Chile”, “Se puede”, “Allá vamos”, son algunas de las frasecillas más escuchadas en el último tiempo y quienes las emiten han creado una Nueva Mayoría y una “Derecha popular” o un “Centro Social”. ¿Será que los de izquierda o los de derechas son antisociales?
 
En fin, volviendo al origen de este escrito, cuando el 2011 la dirigente estudiantil Camila Vallejo lideraba el movimiento, vi la luz de esperanza que se alzaba en las calles, que movilizaba e impactaba;  y hacía reaccionar a una sociedad dormida y temerosa que vivía sus últimos vestigios del estrés postraumático de la dictadura. Era ver las calles llenas de sujetos y sujetas, era escuchar discursos inimaginables una década antes, era oír que las voces se unían independientes, extra partidos, para avanzar hacia la lucha del pueblo por sus derechos, por su vida, por su presente y por su futuro. Hasta que… hasta que la gran voz y la gran figura menuda y femenina, nos fue secuestrada y arrebatada de la calle por ese comunismo burocrático y pseudoburgués que se construye en los escritorios y en oficinas cerradas ese comunismo creado e implantado a la fuerza por Stalin en URSS y que se expandió por el mundo. Ese comunismo tan distinto del que pensó Marx, Engels y Lenin, de ese comunismo tan distante de Trotsky y de su puesta en práctica de lo que el marxismo proponía, tan distante y lejano de los días de revolución del pueblo. ¡Que lejana me suenas hoy Camila! Dejad que Tellier se quede con su partido, que haga alianzas y se someta al sistema. Nada va a cambiar si están dentro del sistema. Los cambios vienen de la calle, de los movimientos sociales, de la masa informada, de los sindicatos, de los trabajadores.
 
Me faltó agregar al trío que se revuelca en su cripta a Recabarren, que ojalá viendo todo esto, deje de revolcarse y descanse en paz.

1 comentarios:

  1. Algo parecido me pasó a mí en su momento, y no puedo estar más de acuerdo con el autor del artículo. Si bien, a no me resulta disonante que me llamen "comunista", porque lo soy. Y negar eso es seguir dejando que los stalinistas se reclamen como los "auténticos" y los más "puros" comunistas, cuando su propia definición es contraria a la doctrina impuesta por Stalin.

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