Cuando las masas populares no están lo bastante organizadas, la caída del régimen o del gobierno de turno sólo consigue hacer rebotar el poder, y ponerlo de manos de un sector de la clase dominante a un nuevo sector de la misma. Eso pasó con la caída de Mubârak y vuelve a suceder con la de Mursî.
1 año después, la revolución prosigue. Durante días, el pueblo atesta a las calles [1]. Amplios sectores de los soldados rasos del ejército y la policía se suman a las demandas populares y la oficialidad cede a la presión de sus propias bases, de las masas [2]. Caen los Hermanos Musulmanes. Cae Mursî. Ya se estipula que en grado de movilización, la Revolución Egipcia (que es un fragmento inseparable de la Revolución en el Mundo Árabe) es quizá una de las más masivas de la historia. Es desde luego uno de los primeros episodios de la Revolución Mundial en el siglo XXI. Ha sido sin duda la organización y la presión popular la que ha forzado y hecho posible la caída de Mursi, ya odiado por prácticamente toda la población [3] y sin apoyo en la policía y el ejército [2]; ha sido dicha presión la que se ha ganado el apoyo de sectores rasos y hasta de la misma oficialidad, que no es ajena a la presión por parte de las bases.
Mursi y su Hermandad Musulmana eran, sin duda, quien financiado desde Turquía y Qatar, se postulaba como principal candidato para continuar con las políticas neoliberales diseñadas por el FMI, un instrumento de las políticas económicas de las grandes potencias occidentales. Pero no nos engañemos. La Junta Militar sigue representando al régimen y a los poderes fácticos y económicos del país, y constituye un ala de la burguesía. Lejos de ser un organismo "neutral" e inocente busca mantener bajo control al situación, restablecer la estabilidad de su Estado en beneficio de la continuidad de la actividad económica de los negocios y transnacionales, y además, constituye un grupo de privilegio, parte de la clase dominante local, con sus propios intereses de casta.
Es poco probable que se limiten, por ende, a expulsar a Mursi para acto seguido depositar el poder en manos del pueblo (¿de qué organismos del pueblo?), y mucho más probable que traten de recuperar el control imponiendo su propio gobierno privisional y, de ser necesario (de proseguir las movilizaciones en su contra en el futuro), el Estado de sitio, tratando así de reconducir la situación al más puro estilo de la "transición española", en detrimento de la voluntad y soberanía popular, y por tanto, de las legítimas demandas del pueblo, y en favor de los intereses de la élite y los grandes grupos de poder económico egipcios.
La elección de Mursi y los Hermanos Musulmanes fue posible gracias a la labor de los medios de prensa capitalistas, al apoyo de los grandes poderes económicos locales e internacionales, a la pertenencia a su partido de grandes magnates empresariales que financiaron su campaña política, a la financiación y apoyo, a sí mismo, por parte de Qatar y su medio de prensa, Aljazîra, y de los neo-cons o "demo"-islamistas turcos, al beneplácito o visto bueno de EEUU, la UE y la propia Junta Militar, que les ofrecieron jugosas ofertas para conformar un régimen bipardistita turnista de impronta europea similar al de la "transición española", pero ante todo, a la falta de alternativas visibles, por parte del resto de partidos, limpias de haber colaborado con la anterior dictadura. En una palabra, a Mursi lo colocaron los poderes económicos, aprovechándose de la propia estructura de voto del sistema de elecciones multipartidistas burguesas (donde el que más dinero tiene para financiar su campaña o más sale en los medios más popularidad tiende a ganar) y el beneplácito de los poderes fácticos, aprovechando a su vez de la falta de politización de los sectores políticamente menos avanzados de las masas, que aún no había hecho la experiencia política con los islamistas, del tradicionalismo implícito en una parte de la sociedad tras décadas de mezcla en el discurso político de la política con la retórica "nacional-religiosa", desde Sadat, y décadas de oposición islamista; influyendo también como factor el auge de las corrientes islamistas tras la Contrarrevolución Iraní de 1979 y décadas de propaganda wahhabí y salafista desde Arabia Saudí y el Magreb, respectivamente, y el retroceso del discurso de clase y de izquierdas en el ideario colectivo tras la crisis ideológica tras la caída de la URSS y el bloque stalinista y más de dos décadas de "triunfalismo" por parte de los voceros neoliberales como Felipe González, Vargas Llosa y Fukuyama.
¿Pero quién ha colocado al "gobierno provisional" de la Junta Militar? No ha sido el pueblo. Han sido estos mismos poderes fácticos, aprovechando el vacío de poder o, más correctamente "de gobierno".
Se repite una vez más, como tantas veces en la historia, la premisa de que cuando las masas populares no están lo bastante organizadas, la caída del régimen o del gobierno de turno sólo consigue hacer rebotar el poder, y ponerlo de manos de un sector de la clase dominante a un nuevo sector de la misma. Eso pasó con la caída de Mubârak y la formación de los primeros "gobiernos provisionales" formados a dedo por la Junta Militar, pero sucedió también con la victoria, por omisión y respaldo desigual mediático-financiero, de los islamistas de Mursî. Y vuelve a suceder con la conformación de un nuevo "gobierno provisional" de la Junta Militar.
A pesar de ello, el derrocamiento de los Hermanos Musulmanes ha sido posible gracias, en primera instancia, a una presión popular, fruto de varios días de movilización masivas [4], sin precedentes, y constituye un logro, una victoria más de la Revolución Egipcia, abriendo un nuevo episodio en la misma. Constituye ante todo, el síntoma de la bancarrota o fracaso de las corrientes islamistas en el Mundo Árabe y la defunción o caducidad de su proyecto político, y la puesta de actualidad en un primer plano y el reavivamiento de las demandas laicas, democráticas y progresistas que acompañaron al estallido de esta Revolución desde sus orígenes, y que se tradujeron en el despertar del pueblo egipcio. Y constituye, en definitiva, la certicación de que la Revolución popular en Egipto sigue viva, y debe jugar aún un nuevo episodio en la historia, aportando un nuevo soplo de aire fresco a la lucha de los pueblos en el mundo y a la Revolución en Siria y en el Mundo Árabe.
Mursi y su Hermandad Musulmana eran, sin duda, quien financiado desde Turquía y Qatar, se postulaba como principal candidato para continuar con las políticas neoliberales diseñadas por el FMI, un instrumento de las políticas económicas de las grandes potencias occidentales. Pero no nos engañemos. La Junta Militar sigue representando al régimen y a los poderes fácticos y económicos del país, y constituye un ala de la burguesía. Lejos de ser un organismo "neutral" e inocente busca mantener bajo control al situación, restablecer la estabilidad de su Estado en beneficio de la continuidad de la actividad económica de los negocios y transnacionales, y además, constituye un grupo de privilegio, parte de la clase dominante local, con sus propios intereses de casta.
Es poco probable que se limiten, por ende, a expulsar a Mursi para acto seguido depositar el poder en manos del pueblo (¿de qué organismos del pueblo?), y mucho más probable que traten de recuperar el control imponiendo su propio gobierno privisional y, de ser necesario (de proseguir las movilizaciones en su contra en el futuro), el Estado de sitio, tratando así de reconducir la situación al más puro estilo de la "transición española", en detrimento de la voluntad y soberanía popular, y por tanto, de las legítimas demandas del pueblo, y en favor de los intereses de la élite y los grandes grupos de poder económico egipcios.
La elección de Mursi y los Hermanos Musulmanes fue posible gracias a la labor de los medios de prensa capitalistas, al apoyo de los grandes poderes económicos locales e internacionales, a la pertenencia a su partido de grandes magnates empresariales que financiaron su campaña política, a la financiación y apoyo, a sí mismo, por parte de Qatar y su medio de prensa, Aljazîra, y de los neo-cons o "demo"-islamistas turcos, al beneplácito o visto bueno de EEUU, la UE y la propia Junta Militar, que les ofrecieron jugosas ofertas para conformar un régimen bipardistita turnista de impronta europea similar al de la "transición española", pero ante todo, a la falta de alternativas visibles, por parte del resto de partidos, limpias de haber colaborado con la anterior dictadura. En una palabra, a Mursi lo colocaron los poderes económicos, aprovechándose de la propia estructura de voto del sistema de elecciones multipartidistas burguesas (donde el que más dinero tiene para financiar su campaña o más sale en los medios más popularidad tiende a ganar) y el beneplácito de los poderes fácticos, aprovechando a su vez de la falta de politización de los sectores políticamente menos avanzados de las masas, que aún no había hecho la experiencia política con los islamistas, del tradicionalismo implícito en una parte de la sociedad tras décadas de mezcla en el discurso político de la política con la retórica "nacional-religiosa", desde Sadat, y décadas de oposición islamista; influyendo también como factor el auge de las corrientes islamistas tras la Contrarrevolución Iraní de 1979 y décadas de propaganda wahhabí y salafista desde Arabia Saudí y el Magreb, respectivamente, y el retroceso del discurso de clase y de izquierdas en el ideario colectivo tras la crisis ideológica tras la caída de la URSS y el bloque stalinista y más de dos décadas de "triunfalismo" por parte de los voceros neoliberales como Felipe González, Vargas Llosa y Fukuyama.
¿Pero quién ha colocado al "gobierno provisional" de la Junta Militar? No ha sido el pueblo. Han sido estos mismos poderes fácticos, aprovechando el vacío de poder o, más correctamente "de gobierno".
Se repite una vez más, como tantas veces en la historia, la premisa de que cuando las masas populares no están lo bastante organizadas, la caída del régimen o del gobierno de turno sólo consigue hacer rebotar el poder, y ponerlo de manos de un sector de la clase dominante a un nuevo sector de la misma. Eso pasó con la caída de Mubârak y la formación de los primeros "gobiernos provisionales" formados a dedo por la Junta Militar, pero sucedió también con la victoria, por omisión y respaldo desigual mediático-financiero, de los islamistas de Mursî. Y vuelve a suceder con la conformación de un nuevo "gobierno provisional" de la Junta Militar.
A pesar de ello, el derrocamiento de los Hermanos Musulmanes ha sido posible gracias, en primera instancia, a una presión popular, fruto de varios días de movilización masivas [4], sin precedentes, y constituye un logro, una victoria más de la Revolución Egipcia, abriendo un nuevo episodio en la misma. Constituye ante todo, el síntoma de la bancarrota o fracaso de las corrientes islamistas en el Mundo Árabe y la defunción o caducidad de su proyecto político, y la puesta de actualidad en un primer plano y el reavivamiento de las demandas laicas, democráticas y progresistas que acompañaron al estallido de esta Revolución desde sus orígenes, y que se tradujeron en el despertar del pueblo egipcio. Y constituye, en definitiva, la certicación de que la Revolución popular en Egipto sigue viva, y debe jugar aún un nuevo episodio en la historia, aportando un nuevo soplo de aire fresco a la lucha de los pueblos en el mundo y a la Revolución en Siria y en el Mundo Árabe.
Extraído de Unión por el Reparto del Trabajo, edición electrónicahttp://repartodeltrabajo.blogspot.com.es
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Referencias:
*Fotografía: [ https://pbs.twimg.com/media/BOSFBmuCEAEAv_x.jpg ]
[1] Imágenes de la Revolución Egipcia en directo, ante las masivas movilizaciones populares exigiendo la caída de Mursi: [ https://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=GQ1tNopb97k ].
[2] "Más que un golpe de Estado en Egipto el ejército ha cumplido una petición popular", J.F.C., Carmen Álvarez. www.20minutos.es, 03/07/2013
[ http://www.20minutos.es/noticia/1862659/0/carmen-alvarez-residente-el-cairo/egipto-ambiente-festivo/golpe-estado-peticion-popular/ ].
[3] "¡Fuera Morsi! ¡Fuera militares!", LIT-CI. www.litci.org [ http://www.litci.org/declaraciones/740-declaracion-litci-europa/3890-ifuera-morsi-ifuera-militares ].
[4] "Miles de personas se manifiestan en Egipto en contra de Mursi. Las manifestaciones antigubernamentales llegaron a congregar a más de 300.000 personas", Dpa. http://elsolonline.com . El Cairo, 30 de Junio de 2013
16:15. [ http://elsolonline.com/noticias/view/176110/miles-de-personas-se-manifiestan-en-egipto-en-contra-de-mursi ]
*Fotografía: [ https://pbs.twimg.com/media/BOSFBmuCEAEAv_x.jpg ]
[1] Imágenes de la Revolución Egipcia en directo, ante las masivas movilizaciones populares exigiendo la caída de Mursi: [ https://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=GQ1tNopb97k ].
[2] "Más que un golpe de Estado en Egipto el ejército ha cumplido una petición popular", J.F.C., Carmen Álvarez. www.20minutos.es, 03/07/2013
[ http://www.20minutos.es/noticia/1862659/0/carmen-alvarez-residente-el-cairo/egipto-ambiente-festivo/golpe-estado-peticion-popular/ ].
[3] "¡Fuera Morsi! ¡Fuera militares!", LIT-CI. www.litci.org [ http://www.litci.org/declaraciones/740-declaracion-litci-europa/3890-ifuera-morsi-ifuera-militares ].
[4] "Miles de personas se manifiestan en Egipto en contra de Mursi. Las manifestaciones antigubernamentales llegaron a congregar a más de 300.000 personas", Dpa. http://elsolonline.com . El Cairo, 30 de Junio de 2013
16:15. [ http://elsolonline.com/noticias/view/176110/miles-de-personas-se-manifiestan-en-egipto-en-contra-de-mursi ]
Esto me huele a golpe militar provocado por EEUU....
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