martes, 10 de diciembre de 2013

Estudio registra existencia de casos de tortura en Chile

El informe anual del Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile (INDH), reveló este lunes que el país suramericano aún registra casos de tortura. Durante 2013 se evidenciaron prácticas institucionales que promueven el maltrato ilegítimo.
La directora del INDH, Lorena Fríes, durante la presentación del informe destacó que “en Chile la tortura aún existe, no puede justificarse bajo ninguna circunstancia. Es políticamente ineficaz, legalmente condenable y moralmente inaceptable”.
Fríes recalcó todavía hay personas que son detenidas por instituciones policiales de Chile, que promueven la tortura o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
En tal sentido, durante 2012 se presentaron mil 775 denuncias, cinco diarias en contra de Carabineros (Policía) por violencia innecesaria, y en 2013 se abrieron un centenar de causas judiciales “por tortura, maltrato y apremios ilegítimos”.
Los casos involucran a personal policial, acusado de torturas y trato degradante a detenidos en operativos contra indígenas, de narcotráfico y protesta social, con un uso de fuerza indebido para obtener confesiones y registros, entre otras acusaciones.
El INDH aconsejó la implementación de “una instancia permanente de calificación de víctimas, además de la asesoría legal y social pública para los y las sobrevivientes de la tortura”, ocurrida en la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), en la cual más de 38 mil personas la sufrieron.
Por tal razón, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) ha condenado al Estado chileno por la demora en investigar las torturas a las que fue sometido el senador socialista chileno Leopoldo García Lucero, arrestado el 16 de septiembre de 1973, cinco días después del golpe de Estado del general Augusto Pinochet contra el presidente democrático Salvador Allende.
García Lucero fue torturado durante el tiempo que pasó preso, hasta el 12 de junio de 1975, cuando fue deportado por decreto del Ministerio del Interior chileno.
Fruto de las torturas, el exsenador del Partido Socialista de Allende sufre una discapacidad permanente por daños en la columna vertebral, no tiene los dientes incisivos, necesita asistencia auditiva y suministro constante de analgésicos para el dolor crónico y aún es evidente la cicatriz en su frente provocada por un culatazo de un fusil.

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