El presidente de EE.UU., Barack Obama, condenó la escalada del conflicto en Ucrania y advirtió al país de posibles “consecuencias” si la violencia continúa.
“EE.UU. condena la violencia en Ucrania de la manera más categórica”, dijo el mandatario estadounidense citado por la agencia Reuters, y añadió que “los militares no deben intervenir en la situación, que deben resolver los civiles”.
Washington actualmente está estudiando distintas opciones para la acción política, incluyendo la imposición de sanciones, en vista de los actuales acontecimientos en Ucrania. Sin embargo, la decisión definitiva sobre el asunto todavía está pendiente, según informó la portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Marie Harf.
Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, y la canciller alemana, Angela Merkel, expresaron en una conversación telefónica que mantuvieron hoy su gran preocupación por la agudización del conflicto en Ucrania y pidieron que se tomen medidas urgentes para normalizar la situación.
“Putin y Merkel expresaron su punto de vista común sobre la necesidad de tomar medidas urgentes para contribuir a estabilizar la situación en Ucrania”, informó el servicio de prensa del Kremlin.
Este martes, se han desatado de nuevo violentos combates en el centro de Kiev entre los manifestantes y las tropas de las fuerzas de seguridad del país después de que miles de personas iniciaran el asalto al edificio del Parlamento ucraniano.
La noche del martes, los oficiales de la Policía de Kiev iniciaron el asalto a la plaza de la Independencia, conocida como Maidán. En respuesta al lanzamiento de cócteles molotov por parte de algunos manifestantes, los agentes han comenzado a disparar cañones de agua. Ya son 26 los fallecidos en estos disturbios en la capital ucraniana.
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