Como vemos, las razones de que los alemanes se echaran en manos de Hitler, son más complejas de lo que creemos, no valiendo las explicaciones simplistas de algunos historiadores, que dicen que la sociedad alemana era propensa al nazismo, por su idiosincrasia.
Desde un tiempo a esta parte, los historiadores han empezado a darse cuenta que sus simples análisis económico – sociales, no eran válidos para explicar el fenómeno de cómo el hitlerismo se asentó en la sociedad alemana, siendo esta por tanto cómplice de todas las tropelías que Hitler cometió, contra los judíos y minorías étnicas, así como contra la Comunidad Internacional en su conjunto.
Hay autores que han empezado a vislumbrar el estudio de las razones psicológicas que tuvieron los alemanes para echarse en las manos de Hitler y de su grupo de acólitos: nosotros, en este artículo, intentaremos arrojar algo de luz sobre este tema.
Lo primero que debemos tener en cuenta, es que los alemanes, después de la Primera Guerra Mundial, quedaron completamente destrozados en su autoestima como nación, pues les habían vendido el hecho de que eran la nación más preparada del mundo para esa guerra, y sobre todo, para conquistar países y tener un imperio grande y poderoso.
Esto, unido a las reparaciones de guerra que la Sociedad de Naciones impuso a Alemania, imposibles de pagar sin duda, hicieron que el complejo de inferioridad de los alemanes, les hiciera propensos a abrazar teorías como las hitlerianas, que ponían el énfasis en su orgullo herido como nación, y además, les ofrecían la salvación de la patria, y la construcción del añorado imperio, que las veleidades imperialistas de principios del siglo XX habían hecho florecer en el corazón de los alemanes.
Pero no fue esta la única razón de que los alemanes vieran a Hitler como un salvador de la patria: las reparaciones de guerra de las que ya hemos hablado, supusieron para la economía alemana una losa difícil de soportar, e hicieron que Alemania soportara un período de hiperinflación galopante, que hacía que las clases medias alemanas se empobrecieran, al no poder pagar las mercancías que para su vida diaria eran necesarias; ello hizo que estas clases medias, se unieran al nazismo como ideología que explicaba el desastre alemán, echándole la culpa a los que ellos mismos veían como culpables, es decir, a la Sociedad de Naciones y a la Comunidad Internacional en su conjunto, y a los judíos y minorías étnicas, que eran atacados por Hitler como acaparadores de dinero y mercancías que las hacían más caras para el alemán de a pie.
Como vemos, las razones de que los alemanes se echaran en manos de Hitler, son más complejas de lo que creemos, no valiendo las explicaciones simplistas de algunos historiadores, que dicen que la sociedad alemana era propensa al nazismo, por su idiosincrasia.
Debemos aquí resaltar también la facilidad de palabra de Hitler, y su capacidad para explicar problemas complejos usando explicaciones simplistas y que llegaban fácilmente al público iletrado e ignorante. El aura de líder que tenía Hitler, se basaba en estas características principalmente, y sobre todo, en que encarnaba el sentir propio de la alemanidad media: era un joven de clase media, que había fracasado en casi todo lo que se había propuesto en la vida (recordemos que no había sido un buen militar durante la Primera Guerra Mundial, ni tampoco pudo demostrar sus dotes como pintor, así como no se adaptaba a ningún trabajo que se proponía realizar). Los alemanes lo veían como la encarnación de lo que ellos mismos querían llegar a ser: pasar de fracasados a triunfadores, por los mismos defectos que tenían, sin casi llegar a hacer ningún esfuerzo.
En conclusión, podemos llegar a decir que se dieron una serie de causas concatenadas para que Hitler se hiciera con el poder, y sobre todo para que lo conservara durante tanto tiempo, incluso llevando a su país a una guerra contra casi todo el mundo, una guerra, que estaban condenados a perder de antemano.
@JuanSinamo
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