PL – El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, lamentó hoy la muerte de decenas de personas la víspera en Odessa, Ucrania, donde grupos fascistas incendiaron una instalación con federalistas refugiados en su interior. En un mensaje, el diplomático calificó de trágicos los incidentes, trasladó sus condolencias a los familiares de las víctimas y demandó investigaciones.
Organizaciones neonazis participan junto a militares en una ofensiva ordenada por el gobierno de facto contra sectores populares que reclaman en el sureste ucraniano la federalización y se ponen a las autoridades que tomaron el poder en Kiev tras el derrocamiento, en febrero pasado, del presidente electo Víktor Yanukóvich.
Ban dio la bienvenida a la liberación de observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), detenidos a finales de abril por milicianos en Slaviansk, oriente del país, bajo sospecha de espionaje.
El Secretario General pidió responsabilidades penales por la captura y detención de los monitores, y agradeció las gestiones para su libertad, entre ellas las realizadas por Rusia.
Además, reiteró sus llamados a la solución pacífica a la crisis en Ucrania, devenida enfrentamiento político entre Moscú y occidente.
Rusia rechaza a las autoridades interinas -las cuales considera fruto de un golpe de Estado- y su ofensiva contra los federalistas.
Por su parte, Estados Unidos y la Unión Europea respaldan al nuevo Gobierno en Kiev, y establecieron sanciones económicas contra Moscú, a la que acusan de promover la rebelión en el sureste del país.
La víspera, el representante permanente ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, denunció el apoyo de occidente a la represión, postura que tildó de obstáculo para cualquier negociación.
“Occidente corta los caminos a la solución pacífica, al respaldar a las autoridades de Kiev en su violenta arremetida contra las protestas”, advirtió el embajador.
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