Cuando vivía en Santo Domingo me sorprendió mucho la escala de la priorización racial presente en la vida diaria de los dominicanos. Fuera seria o ligera, existía, siempre presente en el habla coloquial, entre las bromas y durante las charlas sobre cualquier tema más o menos formal. Esta rara obsesión del color de la piel, el tema de pelo bueno, pelo malo o el hecho de “mejorar la raza” estaba en cada rincón. Me parecía surrealista y tan sombrío. Especialmente en un país de gente mulata.
Decidí incluso investigar el tema más profundamente, para ver como se refleja el racismo y auto-identificación racial de los dominicanos en la lengua que utilizan y que aspectos sociales e históricos podrían haber causado esta situación y empecé a trabajar en una tesis más extensa el tema.
Creo que durante todo el proceso pude una y otra vez incluso caer víctima del típico pensamiento euro-céntrico, dándome permiso a juzgar lo que a mi me parecía incorrecto. Veía gente de donde vengo yo, como gente muy políticamente correcta (a veces incluso demasiado), abiertos a todas las culturas del mundo (a veces incluso demasiado abiertos a los riesgos que ciertas culturas pueden traer, pero ese es otro tema, ya que se trata de las ideas, normas de comportamiento, opiniones políticas y sociales y no de la apariencia).
Imaginen mi sorpresa cuando leí lo siguiente:
Más de la mitad de los niños polacos en la edad de preescolar dijeron que no les gustaría jugar con niños con otro color de la piel. El Ministerio y las autoridades locales enseñan sobre el multiculturalismo, pero falta un programa deliberado y coherente.
Los estudios muestran la magnitud del fenómeno. Casi la mitad de los seisañeros declaró que no le gustaría jugar con un niño de otra raza. El 60 por ciento admitió que tenía miedo de las personas con un color diferente de la piel.
¿Y cuál puede ser la causa de este fenómeno? Se dice que los niños de preescolar tienden a segregar a otros a base de la apariencia y diferencias muy superficiales. Los niños muy a menudo tienen miedo a la diversidad porque no la conocen ni la entienden.
Vale la pena señalar que Polonia es uno de los países más racialmente homogéneos en el mundo. El multiculturalismo y la diversidad étnica han llegado aquí hace poco y todavía no se ha establecido firmemente.
Entonces puede ser que esta sea exactamente la razón – lo diferente sorprende a los niños y les cuesta un poco de tiempo para desarrollar la confianza. Un proceso de aprendizaje común y corriente. Así de sencillo.
Pero sabemos que pocas cosas en este mundo nuestro son de hecho “sencillas”.
Entonces, ¿será la renuencia de los niños hacia lo diferente un reflejo de las tendencias discriminatorias de sus padres?
En cualquier país, sea étnicamente diverso como la República Dominicana, o étnicamente homogéneo como Polonia, los estereotipos parecidos están muy vivos.
Y lo triste es que parece que circulan muy a menudo automáticamente, tras repetición y no en el proceso de analizar, pensar y reflexionar. De los adultos copian los jóvenes y así sucesivamente.
Los niños son el futuro de la nación. Futuro del mundo. Y entonces un excelente cultivo para los prejuicios, odio e injusticia.
Debemos recordarlo bien, porque es también nuestro futuro el cual estos niños van a formar.
Los mismos niños que nosotros estamos formando ahora mismo.
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