Curiosamente, con el Ebola en la atención Mundial, aparecen novedades sobre el origen del Sida, remontándolo al 1920 .Sin embargo conviene recordar, que apareció en Estados Unidos, entre los homosexuales en 1981, que solo en 1983 y 1985 se propago al resto de los géneros y al mundo.
Curiosamente con el Ebola, en la cúspide de la atención pública Mundial, aparecieron nuevas investigaciones sobre el origen del Sida, remontándolo en el tiempo hacia el 1920 y cargando firmemente la responsabilidad de su origen, en los simios africanos.
Esta nueva versión ampliada, del primer relato de los años 80, nos dice ahora, que el virus fue en realidad un viajero aventurero que se trasladó de incognito desde Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo en 1920 y se extendió por el ferrocarril, a otras regiones de África. Hacia 1964 viajó a Haití, desde donde voló a EE.UU.
Y allí en 1981, se decidió a darse a conocer en Los Ángeles y San Francisco, más bien allí en Hollywood, donde se sabe no fue la primera fabula, en iniciar su carrera mundial.
El SIDA, es otro de los grandes misterios norteamericanos, que como el origen de las guerras de Vietnam, Corea, Irak, y también el atentado de las Torres Gemelas en Nueva York, entre muchos otros, no soy yo el primero, en tratar de desentrañar.
Se encuentran en Internet, múltiples artículos, que analizan esa propensión norteamericana, a entregar datos confusos e ilógicos, es decir mentir, sobre hechos concretos de la realidad, para confundir a los demás seres humanos.
Es que para cada una, de esas agresiones, exacciones y guerras emprendidas por el Imperio Anglo norteamericano, en su afán de mantener el dominio del Capitalismo, este necesita inventar un relato que explique, para las dudas de los demás pueblos, los motivos que condujeron a esa acción.
Aunque a veces no son necesarios, por ejemplo ahora con el Ebola, todo está claro.
El desarrollo actual del Ebola, como sus apariciones anteriores, obedecen a la brutal explotación que las Transnacionales del Imperio capitalista, ejercen sobre los pueblos africanos, manteniéndolos en la indefensión.
Explotación, en la que cuentan con el apoyo de las corruptas dictaduras cipayas, de las mismas naciones afectadas.
Indefensión, que se traduce en inmensa pobreza, atraso cultural y sanitario, que son caldo de cultivo, de toda clase de enfermedades, que pueden conducir no solo al Ebola, sino a múltiples epidemias.
Pero con la aparición explosiva del SIDA, no en el África, sino en el “virginal” territorio Norteamericano, allá por los primeros días de Junio de 1981, la necesidad de un cuento, medianamente creíble al resto del mundo, se volvió muy necesaria.
Y en todos los relatos, masivamente difundidos por la prensa de USA y el resto del mundo Capitalista, durante los primeros tres años, se acusó a los homosexuales, especialmente en Los Ángeles y San Francisco, de ser los responsables de la propagación del virus.
Relato que no explicaba, porque no le ocurría lo mismo a los homosexuales, de otros continentes y naciones.
La explicación es bastante sencilla.
Con la asunción de Ronald Reagan, a la Presidencia de USA y su enloquecida Guerra de las Galaxias, contra la Unión Soviética, no solo se comenzó a establecer bases militares estadounidenses, en todos los lugares posibles en el mundo entero, sino que las corporaciones de la guerra en Estados Unidos, recibieron una andanada de dólares para crear armas de todo tipo, entre ellas las armas biológicas, que aunque estaban prohibidas por acuerdos internacionales, tanto USA como la URSS desarrollaban .
El virus del SIDA, es una de esas armas biológicas, que desarrollaron los laboratorio norteamericanos, y que se ensayaron como era imprescindible, tratándose de armas de guerra biológicas, en los seres humanos.
Los “conejitos de indias“humanos, eran los presos que estaban condenados a largas penas de prisión, que recibían una rebaja en sus condenas, si aceptaban prestarse, a servir para esos experimentos.
En las cárceles de USA, como en las demás cárceles en otros países, la homosexualidad masculina, era una consecuencia conocida de la promiscuidad y las necesidades sexuales de los presos.
No es de extrañar que al salir de la cárcel, los que fueron inoculados con el virus, se transformaran en portadores.
Y tampoco es extraño, que se haya iniciado la expansión del virus, en las ciudades de Los Ángeles y San Francisco, que eran y son aun conocidas, por admitir sin discriminación a la comunidad homosexual.
El hecho que se hiciera más famosa, la enfermedad internacionalmente, por haberla contraído el actor Rock Hudson, un homosexual compulsivo, conocido en Hollywood desde los años 60, por invitar constantemente a su residencia , jóvenes especialmente rudos ex convictos, de los que parecía gustar más.
Esto solo confirmo el recorrido, que el virus realizo, de los laboratorios del Pentágono de guerra biológica, a las cárceles y de allí a la calle.
Ese es el verdadero origen de la aparición en USA y el mundo, del SIDA.
Una vez instalado la epidemia en el mundo, en 1984 el virus fue identificado por científicos franceses, en el Instituto Luis Pasteur en Paris,
A partir de allí, entro en el estudio científico, que desarrollo los medicamentos, que hoy permiten controlar la enfermedad.
Pero desde ese momento, los laboratorios creadores de opinión publica de USA, a través de los medios de comunicación internacionales, se volcaron activamente en contarnos las batallas legales, entre las científicos que aspiraban a recibir los beneficios, del mérito de su descubrimiento, mientras insistían en las responsabilidades, de los primates africanos en el desarrollo del virus
Todo para hacernos olvidar, del papel que les corresponde a los norteamericanos.
Hoy vuelven a dedicar páginas y páginas a las nuevas investigaciones, sobre el origen del virus del SIDA.
Como si quisieran, hacernos olvidar definitivamente, su responsabilidad en la aparición del SIDA en el mundo, a fin de que ni por casualidad, la liguemos a la actual y publicitada epidemia del EBOLA.
Una nueva arma terrorista, para distraer y de paso hacer negocios, de la tremenda crisis económica, política, financiera, sin solución del capitalismo,
Hersh Zakheim
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