Hace 121 años, Shaoshan, una ciudad de la provincia de Hunan, ubicada al sureste de China, vio nacer al hombre que, apenas 56 años después, diera a su propio pueblo el mejor de logros: la independencia y soberanía del país asiático.
El 26 de diciembre de 1893 nació, en ese lugar, Mao Tse Tung, líder de la Revolución China y timonel de grandes rebeliones que abrieron las puertas para la fundación de la actual República Popular China, la primera potencia económica del mundo, en términos del Producto Interno Bruto (PIB).
“Menos mal que existió Mao Tse Tung”, expresó el comandante Hugo Chávez, en noviembre de 2011, durante el cierre de la décima comisión mixta China-Venezuela, al tiempo que destacó una de las premisas fundamentales del líder asiático: la lucha contra el despilfarro, el capitalismo y la desigualdad, desde la clase obrera.
Nacido en una familia campesina humilde, Tse Tung se vio en la necesidad de trabajar desde muy joven en las tierras de sus padres, tiempo en el que descubrió que el campesinado y la clase obrera debía convertirse en la fuerza motriz de la Revolución China, que años más tarde lograría concretar.
Con la causa clara, Tse Tung se incorporó al Ejército de la nación, donde comenzó a construir las bases de un liderazgo que se mantiene vigente no solo en China, sino en el mundo entero.
Impulsado por los planteamientos de Karl Marx y Vladimir Ilich Lenin, el líder chino colaboró en la fundación del Partido Comunista de China en 1921, espacio desde el que iniciaría un proceso de trasformación social y económica.
Desde el partido, Tse Tung se acercó mucho más al pueblo e ideó mecanismos para impulsar el intercambio comercial y cultural de China.
Los grandes cambios que trajo su Revolución atrajo a grandes enemigos que pretendieron acabar con su vida. Tse Tung fue mandando a fusilar por el Partido Nacionalista Chino, cuyo líder era Chiang Kai- Shek, pero su astucia le permitió salir ileso.
El líder chino enfrentó duros combates, de donde desarrolló estrategias de batalla y un Ejército que le respaldó y siguió como único líder.
Tras varias batallas ganadas, nace la República Soviética China, lo que luego, el 1 de octubre de 1949, pasaría a ser República Popular de China, nación que presidió desde 1954 hasta 1959.
La fundación de la nueva China permitió acabar con una sociedad colonizada y marcó la victoria revolucionaria sobre el imperialismo y el feudalismo en esta nación.
Mao Tse Tsung fue desde sus inicios en el mundo político un líder indiscutible y su ideología perdura en el tiempo y en el pueblo de la ahora primera potencia económica mundial.
El líder de la Revolución China murió el 9 de septiembre de 1976 en Pekín, a los 83 años de edad. Sus restos reposan en el mausoleo de la Plaza Tiannanmen, de la capital.
AVN
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