ADITAL – El Papa Francisco envió un mensaje y una demanda a los obispos de República Dominicana. Solicita que se ofrezca atención pastoral y caritativa a los inmigrantes haitianos en el país vecino y declara que no admite la indiferencia de los pastores de la Iglesia. El llamado del Sumo Pontífice ocurrió en ocasión de la Conferencia Episcopal de República Dominicana, cuyo discurso incluye, además de la fraternidad con Haití, atención al matrimonio y a la familia, la lucha contra el tráfico de drogas y la explotación de menores, la formación permanente de los sacerdotes y de los laicos y la defensa del medio ambiente.
“Hoy, la Iglesia que sigue caminando en esas queridas tierras con sus hijos en busca de un futuro feliz y próspero se encuentra con los grandes desafíos de nuestro tiempo, que afectan a la vida social y eclesial y especialmente a las familias”, señala el Papa.
Sobre el casamiento y la familia, que “atraviesan una seria crisis cultural”, afirma que es urgente una amplia catequización sobre el ideal cristiano de la comunión conyugal y de la vida familiar, que incluya una espiritualidad de la paternidad y de la maternidad. Resalta que es necesario prestar una mayor atención pastoral al papel de los hombres como maridos y padres, así como a la responsabilidad que comparten con sus esposas en relación con el matrimonio, de la familia y de la educación de los hijos.
Sin embargo, lo que merece destacarse más es que el Papa está intentando tener injerencia en la crisis de la migración haitiana en República Dominicana, que viene sufriendo una profunda discriminación y usurpación de derechos humanos, principalmente después de la legislación que quitó la nacionalidad a los dominicanos de ascendencia haitiana. Francisco resalta que es un compromiso de los sacerdotes servir a los más débiles y necesitados y ayudarlos a superar la “mundana tendencia a la mediocridad.
El Papa Francisco recibe al presidente dominicano, Danilo Medina, en el Vaticano. |
El Papa exige una mayor atención pastoral y de caridad a los inmigrantes, sobre todo a aquellos provenientes del vecino Haití, que buscan mejores condiciones de vida en territorio dominicano. “No admito la indiferencia de los pastores de la Iglesia, es necesario seguir colaborando con las autoridades civiles para lograr soluciones solidarias para los problemas de aquellos que son privados de documentos o a quienes se les niegan sus derechos básicos. “Es inaceptable no promover iniciativas de fraternidad y paz entre ambas naciones, es importante saber integrar a los inmigrantes a la sociedad y acogerlos en la comunidad eclesial”.
Para Francisco, a partir de la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana, toda acción de la Iglesia debe buscar y cuidar del bien de los más desfavorecidos.
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