Feministas, defensores de los derechos de LGTB, así como minorías no musulmanas, que se sienten discriminadas celebran los resultados de los comicios del domingo.
“Desde que yo iba al instituto, Erdogan ha ganado por mayoría absoluta. Hemos esperado 13 años estos resultados, que marcan un antes y un después para el país”, exclamaba eufórica Sinem, una joven turca, estudiante de doctorado en Francia, en medio de los bailes y cantos kurdos que inundaron el pasado fin de semana la plaza de la República de París tras conocer los resultados electorales de Turquía, en la que formaciones izquierdistas, el HDP (Partido Democrático de los Pueblos) obtuvieron una gran victoria.
Es que el domingo en Estambul, Diyarbakir (Kurdistán de Turquía), pero también ciudades como París, Estocolmo o Berlín, capitales del exilio kurdo, la comunidad estalló de júbilo. Celebración que compartió el grupo de feministas, defensores de los derechos de LGTB ( lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) y las minorías no musulmanas que se sienten discriminadas en Turquía y que respaldaron al HDP en la jornada.
Desde su llegada al poder en 2002, de la mano del tan carismático como denostado Erdogan, los islamistas-conservadores por primera vez no han conseguido la mayoría absoluta en unos comicios legislativos. Esta vez, el presidente turco quería llegar a más, superar lo dos tercios de la asamblea (367) para así poder cambiar la Constitución y hacer de Turquía un régimen presidencialista con él a la cabeza.
Sin embargo, sus aspiraciones, que la oposición tildaba de no democráticas y las veía como una profundizacion de su autoritarismo, fueron truncadas este 7 de junio, al quedarse con 258 diputados.
Representación kurda en el Parlamento
Por primera vez en su historia, el movimiento kurdo, con una coalición de formaciones izquierdistas turcas, el HDP (Partido Democrático de los Pueblos), entró en la Asamblea Nacional de Turquía y lo hizo por la puerta grande, con casi 80 diputados (de un total de 550) y el 13,12 % de los votos (necesitaba superar el 10% para entrar en la asamblea), arrebatando así la mayoría absoluta, tras 13 años de reinado en solitario, al gubernametal partido AKP, Partido de la Justicia y el Desarrollo (ganador de las elecciones con un 40,86% de los votos, nueve puntos menos que en 2011).
Por ello, en las celebraciones pro HDP no sólo había kurdos, sino esa otra Turquíacansada del autoritarismo de Recep Tayyip Erdogan, actual Presidente turco y fundador del AKP. Jóvenes surgidos de las protestas anti-Erdogan del parque Gezi de Estambul (mayo-junio 2013), feministas, defensores de los derechos de LGTB, así como minorías no musulmanas, que se sienten por ello discriminadas en Turquía, como los alevíes o amernios.
Según el portal de diagonalperiodico estos resultados que se leen en clave de derrota y de victoria. Un gran mazazo para el Presidente turco y su partido, por un lado, y por el otro, todo éxito para el proyecto izquierdista del HDP.
Políticas descentralizadoras y progresistas
Gracias a esos resultados, los escaños acumulados permitirán al HDP negociar con mayor fuerza políticas descentralizadoras y fórmulas de autogobierno en el sureste del país, donde se concentran los kurdos.
Aunque a pesar de ser la heredera de formaciones kurdas anteriores, el partido ha renunciado al independentismo y se ha propuesto buscar un encaje territorial para los kurdos dentro de Turquía, bajo un gobierno progresista.
Para ello, y a propuesta del fundador del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK, guerrilla), Abdullah Ocalan -encarcelado desde 1999-, para superar el 10% de los votos el HDP se alió con minorías religiosas y otras organizaciones de la sociedad civil como feministas, ecologistas y el colectivo LGTBI.
El éxito de esa alianza se vio en Estambul, una ciudad lejos del sureste kurdo, la formación se erigió en tercera fuerza, citó BBC.
Los analistas explican que se debe a un trasbase de votos desde el Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata) y que el carismático lider del HDP Selahattin Demirtas, además de lograr alejar al partido de la imagen del “brazo político del PKK”, supo conectar mejor con los jóvenes que participaron en las protestas antigubernamentales de Gezi.
Hace justo dos años, la policía clausuró brutalmente una acampada que intentaba evitar la tala del arbolado de Gezi, en el centro de Estambul. Y la respuesta popular fue un gran movimiento de confluencia de todo tipo de facciones ideológicas, étnicas y religiosas contra el AKP. Las protestas duraron 10 días y más de tres millones de personas participaron en las manifestaciones, en 80 ciudades del país.
En estas elecciones, muchos de aquellos podrían haberse acercado al partido kurdo para darle el 12,5% de los votos.
“Turquía ha cerrado con estas elecciones el debate sobre la dictadura y la presidencia ejecutiva”, dijo Dermitas.
“Es la victoria para los que quieren una nueva Constitución pluralista y civil. Y el fin de una era”, concluyó.
El Telégrafo
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