El pasado domingo 5 de junio, se cumplieron 12 años del día en que Marvin Heemeyer, vecino de la ciudad norteamericana de Granby (Colorado) se vengó de las autoridades destruyendo con un bulldozer 13 edificios administrativos, antes de suicidarse.
Heemeyer, un mecánico de silenciadores automotrices de 52 años que mantenía un taller en Granby, llevaba su negocio sin problemas hasta que en 2001 una planta de cementos decidió instalarse cerca de su taller, bloqueándole de este modo la entrada. Tras un prolongado conflicto con la empresa, que quería apoderarse del territorio del taller, y con las autoridades de la ciudad, que se negaron a resolver el caso, Mervin Heemeyer decidió tomarse la justicia por su mano.
Durante un año y medio el hombre transformó su bulldozer en una máquina blindada de acero y hormigón, que luego fue apodada ‘killdozer’. El hombre colocó en el vehículo varias cámaras protegidas por plástico a prueba de balas, mientras que en la cabina instaló monitores de control, ventiladores, tres rifles y dos pistolas.
Tras destruir 13 edificios administrativos, Heemeyer se suicidó. El valor de los daños causados ascendió a unos 5 millones de dólares, a los que se añadieron otros 2 millones ocasionados a la empresa de cemento. Nadie resultó herido o muerto.
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