viernes, 19 de agosto de 2016

Las falsedades de la propaganda contra Siria

Múltiples, variados y con exquisiteces técnicas sobredimensionadas, son los continuos videos en internet o en sitios como SkyNews destinados a propagandizar la desinformación sobre el drama que vive Siria.
Los ejemplos al respecto son abundantes porque ninguno de los grandes medios de difusión en Occidente o Al Jazeera o Al Jarabiya, en la región del Medio Oriente, son capaces de desmentirlos.
Así sucedió desde 2011, cuando fallaron los cálculos para promover una guerra civil en Siria que propiciara la intervención directa de Estados Unidos. Entonces se sucedieron los planes B, C y D hasta finalizar todas las letras del alfabeto.
Fue la promoción del terrorismo como método de acción para provocar pánico e inducir el peligro de la muerte en las calles de Damasco o de cualquier otra ciudad siria como Homs, Alepo, Raqqa, Deir Ezzor, Hama….
No menos de 600 atentados, dirigidos contra instalaciones estatales o privadas y que cobraron la vida de más de mil personas, llenaron de incertidumbre, impotencia y desasosiego a quienes en este país no imaginaron una política de destrucción sistemática de los valores históricos, sociales, políticos y religiosos de esta nación del Levante.
Nadie puede ahora obviar y sin recurrir a presuntas teorías conspirativas, que propiciar el caos, el terrorismo o cualquier acción genocida, respondía y responde a una elaborada programación.
La más reciente salió a la luz cuando SkyNews mencionó a más de un millar de rusos contratados para ‘luchar contra los terroristas’ en Siria a tres mil dólares por cabeza y de los cuales cerca de 500 habían muerto en combate.
Esa cadena difundió ampliamente un reportaje al respecto, con protagonistas fingidos, en escenarios falsos y rodeados de un halo de ciencia ficción digno de la mejor película del género.
Una cadena de Rusia, la NTV, demostró las falsedades al respecto cuando entrevistó a uno de ‘los mercenarios’ conocido como Dimitri en la nota de Sky y quien resultó en realidad el actor de un teatro en Moscú llamado Alexander Agbabov.
Esta es una muestra, difundida por una cadena como Sky, que reúne, según diversas fuentes todos los requisitos para funcionar como tal desde el Reino Unido y que además responde financieramente al multimillonario australiano nacionalizado estadounidense Keith Rupert Murdoch.
Ese personaje, caracterizado por una derechización sistemática y defensor a ultranza del sensacionalismo periodístico, es prácticamente el dueño de la Twenty Century Fox y de la News Corporation, con presencia e influencia en el Reino Unido y Europa Occidental.
Pero SkyNews es parte de un entramado propagandístico contra Siria que incluye no menos de 12 canales de televisión vía satélite radicados fundamentalmente en Arabia Saudí y Qatar.
Con tal infraestructura es muy natural que organizaciones terroristas como el Estado Islámico (Daesh, en árabe) o el Frente para la Conquista del Levante, antes Al Nusra, tengan amplio acceso a las redes sociales, publiquen revistas como Dabiq y ‘mantengan’ una actualización noticiosa, generalmente falseada en internet, youtube o el sitio web denominado Agencia Kali Yuga, entre otros.
Expertos del Kings Collage, en Reino Unido, revelaron que a tal entramado se suma la llamada Internet oscura, cuyo uso más común es para criminales, vale decir además de una variada gama de grupos terroristas.
Esa Internet oscura utiliza un programa conocido como TOR que oculta la ubicación y actividad de quien lo utiliza y sirve a la medida a fanáticos, extremistas y en particular a elementos terroristas que también la emplean para falsear la realidad, manipular conceptos y crear una adecuada incertidumbre sicológica en el público.
Las expresiones de histeria colectiva, las sádicas escenas contra prisioneros o mujeres como esclavas sexuales e incluso las presuntas imágenes de hambre con robustos y rozagantes personajes portando carteles contra el Gobierno sirio, son parte de ese entramado tenebroso, oscurantista y ajeno a cualquier concepto de tolerancia religiosa, política o social.
Pedro Garcia Hernández

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