Los medios internacionales presentan a las llamadas Damas de Blanco como un pacífico grupo de mujeres que abogan por la “democracia” en Cuba.
Un mensaje cada día más difícil de vender, dados los nexos de este colectivo con el terrorismo de ultraderecha de Miami.
Hace unos días, su líder Berta Soler, participaba en el homenaje, en Nueva Jersey, a Rubén Gonzalo García, alias El Asturiano.
García perteneció al denominado Ejército Armado Secreto, grupo terrorista que llevó a cabo acciones armadas contra Cuba en la década de los 90.
Berta Soler fue invitada al acto por Ángel Manuel Alfonso Alemán (alias La Cota). La Cota formó parte, en los años 60, de las bandas de mercenarios que, en la Sierra cubana del Escambray y a las órdenes de la CIA, asesinaban campesinos y alfabetizadores.
Capturado en Cuba y posteriormente indultado, desde EEUU participó en numerosos atentados contra Fidel Castro: en 1991 y 1994, ambos en México; en 1995 en Nueva York; en 1997 en Venezuela; y en 1998 en República Dominicana.
La última aventura terrorista conocida de La Cota fue su participación en la organización de un grupo armado que fue desarticulado en La Habana en el año 2014.
Pero los nexos de la “pacífica” Berta Soler con neofascistas no quedan ahí. Este 11 de octubre, participaba en Miami en el evento “Todos por Cuba Libre”, junto a criminales como Ángel de Fana y Horacio García. Y de la mano de sus protectores políticos en las instituciones de EEUU, todos partidarios del bloqueo e incluso la vía militar contra Cuba: Lincoln y Mario Díaz Balart, Ileana Ros-Lehtinen y el alcalde Tomás Regalado.
Por cierto, otro de los “disidentes” cercanos a las Damas de Blanco, Jorge Luis García Pérez, conocido como Antúnez, participaba en un acto de apoyo a la candidatura de Donald Trump a la presidencia de EEUU.
¿Alguien da más en demostración… de pacifismo?
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