viernes, 18 de noviembre de 2016

Del “Pato Donald” al Tío Rico “Donald Trump”, Disneylandia esta confusa y asustada

Este articulo pretende entender, que la cultura Disney en USA, esta aun subjetivamente vigente en el pueblo llano , como lo demostraron las últimas elecciones presidenciales, pero ahora en un mundo que no es el mismo de ayer y quiere sacudirse esa adicción a las historietas del capitalismo.
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Décadas atrás,  mientras USA le vendía  al mundo,  el cuentito de  que era un Paraíso en la tierra,   donde todos sus habitantes  tenían  la oportunidad de  desarrollarse  y ser felices.
Mientras  también contaban que Walt Disney,  era un simpático señor que dibujaba  muñecos,   inocentes   para los niños,  entre los  cuales  ocupaba un lugar trascendente el Pato Donald,  sus sobrinos y el tío rico Mc Pato.
Mientras eso ocurría, don Walt,  se enriquecía económicamente,  vendiéndole  a la familia norteamericana  y al mundo,  empezando por sus niños,   la ideología injusta,  estúpida y criminal del Capitalismo,  en la edad en todo se aprende y se graba
Del Pato Donald y demás personajes de Disney,  se ocuparon detalladamente  Ariel Dorfman y Armand Mattelart,  en su excelente libro “Para leer al Pato Donald “ publicado por Editores  Siglo XXI en 1972  .
En ese  libro,  los autores demostraron que las historietas del Pato Donald,  eran uno de los medios más efectivos,   para la penetración ideológica y  cultural del Imperialismo yanqui,  en los países subdesarrollados.
Basta observar que los Patos de las historietas,  solo tenían relaciones  monetarias entre sí,  y la recompensa a una “buena acción”  era  únicamente  económica. Perder dinero o cualquier otra perdida material, era para los Patos su mayor desgracia.
Las historietas  también mostraban constantemente,  que los  pueblos primitivos de cualquier  lugar en  África. Latinoamérica o  Asia,  eran inferiores a los yanquis blancos.
Esas ideas  se las vendían semanalmente  a los niños y a los adultos,  en los mismos  países  a  los que denostaban.
Con la fundación de la primera Disneylandia en USA,   y posteriormente con el avance del Imperio yanqui sobre Japón y Europa,  extendió  sus sucursales con su ideología incluida por el mundo.
Disneylandia constituyo desde el inicio,  un Bastión de la superficialidad  y del consumismo,  tonto y enfermante de la cultura norteamericana.
Y para comprobarlo en USA mismo,  no hay que entrar a Disneylandia,  basta esperar  a la salida a los mismos visitantes norteamericanos  y verlos salir atiborrados de juguetes inútiles y  bolsas de compras,  con los rostros cansados,  inexpresivos  y abotargados  de la comida chatarra consumida.
Pero en estos días, en la última a elección Presidencial en la USA de la cultura Disney,  hemos comprobado que el Pato Donald y sus sobrinos,  debieron recurrir nuevamente al Tío Rico,  y  todo porque   Disneylandia esta confusa y asustada.
Y así lo enseño Disney,  cuando el Pato Donald y sus sobrinos tienen  problemas y situaciones difíciles,  hay que recurrir al Tío Rico.
De aquel idílico Reino y sus Castillos de juguete,  de sus Princesas y Príncipes,   de sus Ratones y Patos felices,  ha devenido en un país real de muchos pobres,  de sueños incumplidos  para la inmensa mayoría.
Los pueblos primitivos,  de los que los Patitos se burlaban,  están ahora en sus calles pidiendo de comer. Porque  los trajeron,  para que hagan el trabajo pesado que los sobrinos de Donald no querían….  y ahora molestan.
Porque muchos han perdido sus casas,  y duermen en autos y en carpas, porque están ya empezando a preocuparse de que   sus patrones y Corporaciones,  mandan  a matar a los pueblos de lejanos países,  para ayudar a ganar dinero a sus capitalistas,  porque no tienen trabajo ni perspectivas de conseguirlo.
Pero claro el mundo real no es Disneylandia,   así que el Tío Rico Donald Trump,  no va a poder  solucionar la cosa al estilo Disney,   ahora enfrentan una pesadilla y es que el mundo circundante,  alrededor de Disneylandia,  empieza lenta  pero constantemente,   a sacudirse el sopor de las historietas del capitalismo  norteamericano.
Afectuosamente

Hersh Zakheim

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