lunes, 14 de noviembre de 2016

Hillary, la cara oculta de la prensa occidental

Muchos son sin duda los que barajan la posibilidad de como la política del espectáculo no resulta ser en realidad más que un show y que tal como mandan los cánones, el show deba continuar. A pesar de todo, muy a pesar de la prensa occidental, entre alguien que no se muerde la lengua y una mentirosa empedernida que resulta ser una criminal confesa, una mayoría de americanos lo han tenido claro.
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Por Eki Fernández
Por primera vez en mucho tiempo, la totalidad de la prensa ha parecido coincidir en todos sus postulados. Trump no sólo resulta no ser una opción, sino que es además la personificación del apocalipsis. Todo ello claro está, especiado con machismo, racismo y el advenimiento de la extinción de las clases medias estadounidenses.
Donald Trump parece ser machista, si bien las actitudes liberales con las que posa su mujer en diferentes publicaciones parecen mostrarnos más bien lo contrario. Se nos muestra a los ojos occidentales en contraposición a una Hillary que resultaba ser la alternativa que hubiese hecho valer los derechos de la mujer. Cosa realmente sorprendente, debieron pensar los que conocían su pasado como defensora de pederastas confesos. Máxime tras haber visto sus entrevistas en las que hacía mofa de la víctima tras haberla humillado anteriormente en los juzgados. Kathy Shelton, que quedó imposibilitada para tener hijos tras la violación cuando tenía 12 años seguramente a día de hoy siga frunciendo el ceño tras ver a entrevistadores que al más puro estilo de Anita Pastor, presentan en sus entrevistas a las votantes de Trump de género femenino como personas que rozan el desequilibrio mental. (1)
No se han escatimado titulares en recordar que el ganador republicano es sin duda racista para con sus conciudadanos, augurando una oscura legislatura para las minorías del país. Lo que la prensa en sus “profundos” análisis ha parecido olvidar es que con el ejecutivo de Obama, la gran esperanza del pueblo afroamericano, éste colectivo se ha visto terriblemente empobrecido y ha visto disparadas además la criminalidad y la represión policial sobre la comunidades negras y latinas. Tampoco deberían haberse obviado las ciudades de tiendas de campaña de mendigo que han brotado en todos los estados cómo única vía de escape para una gran parte de una clase media que ha sido deshecha. (2)
El neoyorquino es además lo contrario del progresismo. Progresía que no se nos ha puesto en entredicho con la sra Clinton, curiosamente en nómina de “símbolos humanistas” como lo son las teocracias del golfo, Goldman Sachs o Soros. A día de hoy, se estima que recibió ayuda económica de dudosa moralidad de países como Marruecos, Omán, Kuwait, Emiratos Árabes, Qatar, Algeria, Bahrein y Arabia Saudí por un valor de entre 20 y 55 millones de dólares. Ayuda que hizo doblar el gasto en campaña de su contrincante, si bien resultó siendo inútil.
El nuevo presidente se nos ha presentado por tanto como antítesis de los derechos civiles. Planea un muro en la frontera con México para los inmigrantes. Muro, que casualmente ya existe en parte en la actualidad, al igual que en muchos de los países europeos cuya prensa finge llevarse las manos a la cabeza en un ejercicio de hipocresía sin fin. No se nos ha dado a pie a duda alguna sobre cómo el maquiavélico Trump vulnerará los Derechos Humanos. Olvidado queda ya en cambio Guantánamo y silenciadas en prensa las voces Manning, John Kiriakou, Thomas Drake, Snowden… Encarcelados o perseguidos por la administración de Obama por denunciar crímenes de guerra y tortura, exponer los grandes evasores fiscales o las violaciones continuas de privacidad de los órganos estatales. Se han acabado descartando también las publicaciones de Wikileaks, publicaciones en las podemos ver a una Hillary pidiendo la ejecución de activistas como Julian Assange (fundador de Wikileaks) mediante el uso de drones. (3)
Y es que todos nos han dejado claro que esta investidura marcará el fin de la sociedad occidental, abocada a una guerra total con no se sabe muy bien quién. Putin parece resultar siempre un comodín valido. Curioso cuando menos, tras escuchar las declaraciones del presidente ruso, que ha dejado claras sus intenciones de reestablecer por fin las relaciones con EEUU tras la victoria de Trump. Sorprendente también que se destacase el belicismo de alguien que simplemente era un candidato en campaña y se obviase que Killary, como la apodan cariñosamente sus detractores de la exsecretaria de estado, hubiese amenazado con hostilidades a Rusia y China. Increíble especialmente cuando es la propia candidata demócrata la responsable de haber destruido todos los paises musulmanes laicos del mediterraneo creando más de 4 millones de refugiados para Europa en tan sólo 1 año. (4)
Seguramente muchas podrían haber sido las acusaciones que se podrían haber vertido razonablemente sobre el ganador actual. No hubiese estado de más que se le dedicase aunque fuese una mísera décima parte a las acusaciones del instrumento de Soros. Muchos además hubiésemos agradecido que no se hubiese mentido en las encuestas de todos los principales medios de comunicación.
Así mismo, sospechamos en cambio que la principal causa del desencanto del stablishment mediático con Donald Trump fuese su discurso antigloblazación (responsable de que más de 60 000 fábricas cerrasen y casi cinco millones de empleos industriales bien pagados desapareciesen del país) y ser contrario al TTIP. Tampoco debieron ser del agrado de las grandes empresas armamentísticas famosas por financiar campañas sus discursos para reducir el modelo de la OTAN, lo cual daría fin hipotéticamente al intervencionismo e invasiones militares estadounidenses. Tal como prometio al menos el candidato republicano en camapaña.
Se hace imposible dejar de sospechar que a diferencia de lo que nos vendían en los medios de comunicación, Hillary no venía realmente a representar los intereses del ciudadano de a pie; más bien a extremistas en países del este y grandes multinacionales mediante su caballo de Troya el TTIP. Todos tenemos claro que el incumplimiento de las promesas electorales son una canción que ya suena a viejo, especialmente en boca de los que muchos consideran un populista, no obstante, ateniéndonos siempre a los discursos de Trump parece ser que la cobertura a grupos de neonazis en Ucrania o el bombardeo de apoyo a yihadistas en Siria propuestos por Hillary tendrán que esperar. Tocará por ver qué planes finalmente llevará a cabo el siempre políticamente incorrecto presidente republicano.
Muchos son sin duda los que barajan la posibilidad de como la política del espectáculo no resulta ser en realidad más que un show y que tal como mandan los cánones, el show deba continuar. A pesar de todo, muy a pesar de la prensa occidental, entre alguien que no se muerde la lengua y una mentirosa empedernida que resulta ser una criminal confesa, una mayoría de americanos lo han tenido claro.
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