Según un diario israelí, el país hebreo lidia con una crisis financiera provocada por el masivo apoyo médico que Israel ofrece a los grupos armados sirios.
El periódico israelí Haaretz reveló en un informe publicado el sábado 13 de mayo, que los hospitales gestionados por Israel, sufren una “gran crisis financiera” debido a los costes de los tratamientos de los rebeldes heridos en Siria, que son ingresados sin antes investigar si pertenecían a grupos “moderados” o a facciones extremistas.
Según la fuente, los centros médicos israelíes han estado trabajando de manera incesable en los últimos años como si estuvieran desplegados en una zona de guerra.
Según lamentó el rector del hospital Nahariya, Masud Barhoum, citado por el mismo medio,
“Los combatientes heridos que vienen de Siria conllevan más gastos para el hospital que otro tipo de pacientes, puesto que ellos son sometidos a varias cirugías y necesitan medicamentos más caros”.
Entre los hospitales con más número de rebeldes ingresados, Haaretz indica el Centro Médico Jalil, a unos diez kilómetros de la frontera con El Líbano, que desde el 2013 comenzó a recibir a miles de combatientes heridos provenientes de Siria.
Israel nunca ha ocultado su “simpatía” por los grupos armados que luchan contra el Gobierno de Damasco. Desde el inicio del conflicto sirio, Tel Aviv ha brindado ayuda médica, alimentaria y logística a los grupos terroristas que operan en Siria. Se estima que unos 1300 terroristas han sido atendidos en los hospitales israelíes.
El primer ministro de Israel, Benyamin Netanyahu, reafirmó en abril que Israel seguirá proporcionando asistencia médica a los grupos armados que luchan contra las fuerzas del Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad.
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