miércoles, 7 de junio de 2017

IRÁN ENTRENA A MILES DE MUJERES PARA CONVERTIRSE EN NINJAS

Miles de mujeres iraníes se están entrenando en el desierto para convertirse en una fuerza letal de combate.
Irán abrió en 1989 un club deportivo en el castillo de Jughin, a unos 40 kilómetros de Teherán, donde las jóvenes blanden armas mortales y realizan acrobacias.
Las mujeres se instruyen en el ninjutsu, el arte marcial japonés de espionaje y guerrilla.
Allí, 4.000 mujeres aprenden a escalar y saltar paredes, esconderse en las montañas y “cortar el cuello del enemigo sin hacer un solo sonido”, con el fin de convertirse en las kunoichi, o ninjas femeninas.
Según la instructora Fatima Muamer, el deporte atrae cada vez más a las mujeres ya que ayuda a mantener el equilibrio entre el cuerpo y la mente.
Además, agregó que las practicantes también aprenden a respetarse a sí mismas y al arte que están dominando.
A las mujeres se les enseña a usar armas peligrosas, tanto convencionales, como tradicionales en Japón: el arco, la espada, el nunchaku y el shuriken.
En Irán, el reclutamiento es obligatorio en el Ejército para los hombres de 18 años, pero se limita a 18 meses de servicio, por lo que estas kunoichi podrían ser muy útiles.
Sensei Akbar Faraji fue quien introdujo el ninjutsu en Irán hace 22 años.
Por el momento más de 24.000 hombres y mujeres practican esta arte marcial por todo el país. Faraji apuntó que ser ninja es una combinación de paciencia, tolerancia y fortaleza.
El ninjutsu se considera como uno de los tipos de artes marciales más mortíferos y se asocia con agentes encubiertos y mercenarios especializados en métodos no ortodoxos de guerra en Japón entre 1185 y 1868.
No obstante, estas mujeres iraníes afirman que jamás utilizarán sus habilidades de ninja en una lucha real.
Para ellas, el ninjutsu es una “filosofía de vida” y un “arte espiritual”, que les ayuda a ser pacientes, fuertes y disciplinadas”.

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