La extrema derecha en Europa ha adoptado una nueva agenda que pasa por sostener, casi en exclusiva, postulados islamófobos.
El último informe de Europol sobre el panorama terrorista en la Unión Europea señala que “los actos criminales xenófobos y racistas se han incrementado en número y en nivel de violencia” en el 2016.
Los Estados y las instituciones que estudian estos fenómenos suelen agrupar los actos de islamofobia –Alemania, como una excepción, sí ha creado un archivo específico para estos casos– dentro de un cajón temático mayor: el de los delitos de odio. Por ello existen muy pocas estadísticas en las que se presenten segregados los actos penales islamófobos del resto de los conocidos como delitos de odio.
La ausencia de registros pormenorizados de este tipo de ataques en la mayoría de Estados de la UE revela que la amenaza de actos como el atropello de fieles al salir de una mezquita en Londres el pasado 19 de junio, donde una persona murió y diez resultaron heridas, no ha sido del todo ponderada por los gobiernos. Esa carencia alcanza otra dimensión si lo que se mide son actos o actitudes de aparente baja intensidad contra musulmanes, como las protestas contra la instalación de una mezquita en un determinado barrio o localidad, según informa la Vanguardia.
La extrema derecha busca tanto en la oleada de inmigrantes y refugiados llegados estos últimos años a Europa –especialmente a Alemania– como, entre otros, en los atentados de signo yihadista ocurridos en París, Niza, Bruselas o Berlín, pretextos para justificar su discurso radical y, en algunos casos, sus actos violentos.
Ciertos ataques con artefactos explosivos de mayor o menor complejidad a mezquitas u otros lugares en los que se concentran musulmanes –restaurantes halal, por ejemplo– demuestran que podría empezar a darse cierto grado de organización dentro de algún grupo de extrema derecha. Sin embargo, según estas fuentes, los actos xenófobos están protagonizados principalmente por individuos aislados o por grupos que no tienen una estructura fija. Son agrupaciones que carecen de un líder carismático que consiga darles más entidad y atraer a más adeptos. Además, tienen muchos problemas internos.
www.ain.com.ar/nota.php?nota=14743
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