Un prisionero de origen afgano murió en el centro de detención y tortura de Estados Unidos en Guantánamo, con lo que suman ocho los fallecidos por aparentes suicidios desde el 2002, reporta PL.
A finales de abril el diario The New York Times publicó un artículo en el que advertía sobre el creciente riesgo de suicidio entre los reos, quienes permanecen en un limbo legal hace años pese a las continuas denuncias internacionales de las organizaciones de derechos humanos.
Inayatullah, de 37 años, con supuestos vínculos con la red extremista Al Qaeda, fue encontrado sin vida durante un chequeo de la guardia en un patio de la prisión de la base naval, ubicada en el territorio ilegalmente ocupado por Estados Unidos al extremo este de Cuba.
Según notificó la víspera el Comando Sur, el caso de Inayatullah, quien fue trasladado a Guantánamo en 2007, es otro presunto suicidio.
En esa cárcel se han producido docenas de intentos frustrados de suicidio entre la población reclusa, según revelan los informes de evaluación del Departamento de Defensa.
El pasado mes de abril el sitio digital WikiLeaks comenzó a divulgar parte de los 779 documentos secretos que posee sobre esa penitenciaría, cuyo cierre fue un compromiso de campaña del presidente estadounidense, Barack Obama.
Los materiales sacaron a la luz, entre otros aspectos, las torturas y distintas maneras de coacción a las que fueron sometidos los reos para obtener confesiones, así como los testimonios de los primeros 201 prisioneros excarcelados entre 2002 y 2004 “detenidos por error”.
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