jueves, 10 de noviembre de 2011

Grecia podría decidir por consulta pública los términos de su rescate financiero


El primer ministro griego George Papandreou propone someter a referéndum público las medidas que el FMI y la Unión Europea proponen para salir de la crisis económica en la que se encuentra el país; ¿en quién confiará más el pueblo griego? ¿En la democracia o en las instituciones financieras que lo llevaron a esta situación?

La crisis económica griega se encuentra en un punto crítico ahora que el primer ministro George Papandreou asegura que renunciará apenas se forme un gobierno de coalición que salve a Grecia del hundimiento. Además, Papandreou anunció también la posibilidad de someter a un referéndum público las medidas que el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea intentan imponer sobre las finanzas nacionales, una consulta que ha escandalizado a los grandes jerarcas de la economía europea y mundial.
En este contexto Robert Reich, profesor de políticas públicas en la Universidad de California en Berkeley, se pregunta en quién confiarán más las mayorías, si en la democracia o en los mercados financieros.
«Si los griegos votan por aceptar los términos del rescate», escribe Reich, «el desempleo crecerá aún más en Grecia, los servicios públicos se reducirán más de lo que ya se han reducido, la economía griega se contraerá y el estándar de vida de la mayoría de los griegos se verá más deteriorado
»Si los votantes griegos rechazan los términos y la nación deja de pagar, enfrentarán altísimos costos del préstamo en el futuro. Esto posiblemente reduzca también el estándar de vida de la mayoría de los griegos. Pero no necesariamente. Sin las medidas de austeridad que el resto de Europa y el FMI demandan, la economía griega tiene una mejor oportunidad de crecer y mucho más griegos de encontrar trabajo
»¿No deberían decidir los griegos por sí mismos?»
Como sea, la disyuntiva no es sencilla pues, como el mismo Reich lo señala, en un mundo de economía globalizada resulta difícil desobedecer a las grandes instituciones financieras sin que esto acarree consecuencias más allá de las fronteras nacionales, de ahí que el secretario del tesoro estadounidense, Tim Geithner, haya presionado tanto a las autoridades europeas para que rescataran a Grecia.
«Si los estadounidenses hubieran sido consultados sobre el rescate de Wall Street en 2008-2009», continúa Reich, «dudo que este habría ocurrido de la forma en que ocurrió. Por lo menos las condiciones estrictas habrían sido puestas en los bancos y no en el dinero. Los bancos habrían tenido que asumir las pérdidas de las predatorias hipotecas que vendieron y ayudar a los propietarios de casas a reducir dichas hipotecas. Habrían sido requeridos para mejorar la capitalización de los pequeños bancos en las comunidades a lo largo del país. Habrían sido forzados a aceptar nuevas y estrictas regulaciones, incluyendo la resurrección de Glass-Steagall.
»Pero los estadounidenses no fueron realmente consultados. Todo esto fue un trabajo de puertas adentro».
Así las cosas, el pueblo griego se encuentra en un dilema único en su historia: la obediencia o la libertad, el yugo o la decisión, el acatamiento o la independencia de esas instituciones que, en cierto modo, fueron las mismas que provocaron la crisis. 

0 comentarios:

Publicar un comentario