por Bodhmall Druida
Mi situación no es diferente de la de miles de personas en nuestro país. Hoy quiero ser la voz de todos esos que están en silencio. Hoy quiero responder a la pregunta ¿qué pasa por la cabeza de una persona antes de suicidarse por un desahucio? Hoy sé lo que pasa por la cabeza de estas personas, porque hoy me encuentro en su situación.
Como millones de personas tuve un trabajo, tuve una pareja y tuve hijos. Con la crisis se acabó el trabajo, a los problemas habituales de la pareja hubo que sumarle el estar los 2 desempleados y al empezar a faltar el dinero aumentaron las discusiones. Mi marido empezó a beber, hasta que un día rebasó el límite y me pegó. A partir de ahí empezamos los trámites para divorciarnos. Me quedé sola con mis 2 hijos, haciendo los trabajillos que salían para poder ir comiendo, poco a poco fui vendiendo todo lo que tenía hasta quedarme sin nada. En casa no se comen dulces, muchos alimentos han pasado a ser un lujo. ¿Cómo se le dice a tu hijo que no puedes comprarle las cosas básicas para el colegio? Ves que no está como sus compañeros, él lo siente y se siente mal. Es quien peor lo lleva.
Las únicas ayudas que conseguí de los servicios sociales fue un trabajo temporal con un sueldo de poco más de 400€ que no me llega para pagar la hipoteca, luz, alimentos, ropa, etc… Pronto el banco empezó a presionar para cobrar la deuda.
Sin nada, con 2 hijos, sin apenas ingresos, pronto me quedaré sin luz y sin gas. Ya llegó la notificación de subasta.
La vergüenza o el orgullo de haber vivido “bien”, de tener unos estudios, de haber luchado toda mi vida y haber salido adelante me impiden pedir ayuda, principalmente porque creo que no la merezco. He fallado como mujer, como madre, como trabajadora y como persona. Mis hijos estarán mejor sin mí, al menos estarán mejor cuidados y tendrán lo básico si yo desaparezco. Si continuo con ellos estaremos en la calle y los servicios sociales me los arrebatarían igual. Estos son los pensamientos que cruzan mi mente desde hace varios días.
Hoy los diputados decidirán si aceptan a trámite la ILP por la dación en pago. Si mañana ya no estoy viva será porque ellos me han condenado a esto.
Es comprensible el tener este tipo de pensamiento ante semejante situación, el sentimiento de impotencia e indefensión tiende a aflorar y es justo.
ResponderEliminarSin embargo es justo también considerar algunos otros aspectos, el mejor servicio social que un niño puede tener son sus padres, o al menos uno de ellos si no es posible otra cosa, además es nuestra obligación como padres el educarlos y hacerles personas conscientes, solidarias, luchadoras, fuertes, amorosas, en fin, revolucionarias.
Dentro de este caos de tristeza e injusticia subyace un régimen malvado e inhumano, un sistema implacable y asesino, para quienes lo único importante es el dinero, la persona humana no tiene importancia como tal, esta situación había sido ignorada en la mayoría de países europeos porque nunca les había golpeado el fracaso y el deterioro del neoliberalismo capitalista, en América Latina tenemos mucho tiempo de sentir este flagelo y de luchar contra el, muchas mujeres y hombres han sacrificado su vida en éste afán. La consciencia revolucionaria de cualquier persona debe lamentar estas situaciones como yo lo lamento, y solidarizarse con nuestros hermanos de cualquier parte del mundo que sufren estas afrentas. Es necesario entender que la salida no es el suicidio, la salida es la lucha, la revolución, por nuestros hijos, por su futuro, por nuestra vida y la vida de los que amamos, por el futuro de la humanidad toda, siempre hay una razón para vivir, esta es los demás, necesitamos vivir para luchar y evitar que otros sufran lo que hemos sufrido. Vive, vive muchos años, vive por tus hijos, vive por siempre y lucha, por tu pueblo, por la esperanza, por la justicia, verás que vale la pena.