La organización de protección y solidaridad pro derechos civiles del pueblo palestino, con sede también en Chile, Brigadas Internacionales Unadikum, en colaboración con Union of Agricultural Work Committees (UAWC); organización que representa a los campesinos palestinos con el apoyo de la coordinadora de Asociaciones Palestinas (PNGO), ha lanzado la campaña, “Dejemos que la lluvia traiga vida, no sangre”, la cual tiene como objetivo presionar a la ONU, y al resto de instituciones supranacionales, para que tomen medidas encaminadas a proteger a los campesinos y agricultores de Palestina, país ocupado militarmente por Israel desde 1948.
Los trabajadores agrícolas se ven expuestos a una serie de amenazas, como disparos efectuados a diario por los efectivos militares israelíes, hechos que quedan en la impunidad, por las muertes ocasionadas.
La campaña busca llamar la atención de los países adscritos a la Organización de Naciones Unidas, tal como Chile, cuyo objetivo es garantizar la seguridad de los campesinos de Gaza, por medio de tres iniciativas: imponer un veto a cualquier agresión a un campesino, proteger la agricultura familiar a lo largo de la franja de Gaza; sobretodo a lo largo de la verja (un tercio de la tierra cultivable de la franja), así como garantizar el respeto y la protección de la población civil de Gaza.
La siembra del año pasado se saldó con un balance de 4 campesinos muertos, a raíz de los disparos de las fuerzas de ocupación, y más de un centenar de heridos; todo esto con el silencio cómplice de la comunidad internacional. La franja de Gaza no registra asesinatos de agricultores durante este año, sin embargo, no hay garantías explícitas para que ello no ocurra. No obstante, se registra un número indeterminado de campesinos y agricultores heridos a bala, por lo que esta convocatoria exhorta al Gobierno y al Legislativo chilenos para que ayuden a materializar esta petición.
Jessica Aguirre, Directora de Unadikum Chile, expresa mediante un comunicado que: “No se puede cerrar los ojos ante esta cruda realidad que enfrentan los campesinos gazatíes, dado que trabajan la tierra para llevar el sustento a la población palestina, con grandes sacrificios, si se considera el bloqueo para recibir elementos que les permitan desarrollar dichas faenas labriegas. Los palestinos sufren, además, de la continua y flagrante anexión de los terrenos fértiles a manos de los israelíes, quienes ingresan con buldóceres artillados a las tierras para instalarse, contrariando las resoluciones de la ONU”.
Aguirre ha dicho que, la impunidad de las Fuerzas Armadas israelíes se han transformado en un monstruo, y que nada justifica disparar a los agricultores palestinos, ya “que lo único que hacen es trabajar su tierra. Las Brigadas Unadikum Trabajan como escudos humanos protegiendo del fuego israelí a los campesinos, agricultores y pescadores para que puedan realizar sus faenas de siembras cosechas o pesca, cuando no hay presencia de internacionales protegiéndolos, ocurren los ataques hiriendo a los humildes Gazaties y esto no puede seguir. Así que exigimos que la ONU haga su trabajo”.
La directora de Unadikum Chile ha señalado también: “Exigimos que la ONU garantice la protección para el pueblo palestino ante las continuas agresiones por parte del régimen de Israel. Exigimos que garanticen la protección de los campesinos de la franja de Gaza, para que puedan realizar sus cosechas, sin terminar heridos o muertos por el fuego israelí. Exigimos que la ONU haga su trabajo en Palestina, que no hayan más asesinatos de campesinos y pescadores, y por lo tanto, para este miércoles 20 de noviembre, a las 19:30 horas, convocamos a una protesta internacional frente a la sede de la ONU, ubicada en calle Dag Hammarskjold 3241, comuna de Vitacura.
La franja de Gaza, cuya población es de 1,5 millones, en el sur de Palestina, habita un gigantesco ghetto en su costa, a la vez que se encuentra urbanizada y densamente habitada, la cual ha acogido mareas de refugiados procedentes de los territorios ocupados, desde 1948. Sin embargo, Gaza siempre ha sido una hermosa región agrícola y ni siquiera la casi completa destrucción de sus huertos, o el bombardeo sistemático de las instalaciones y viviendas, situadas en primera línea, han triunfado en su intento por eliminar toda actividad agrícola.
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