Casi la mitad de los mexicanos cree que el gobierno de Enrique Peña Nieto negoció la liberación de Rafael “Caro” Quintero, el prófugo ex líder del Cartel de Guadalajara sindicado como un activo colaborador de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) durante la década de los ochenta.
En agosto y septiembre de este año, la empresa de investigación estratégica Parametría levantó una encuesta consultando a los mexicanos su opinión sobre Quintero, “narco de narcos” que pasó más de 28 años en la cárcel acusado del asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena.
Según la encuesta, un 45% de los mexicanos cree que Quintero pactó su libertad con el gobierno. El ejercicio reveló además que dos de cada 10 mexicanos (21%) no conoce el motivo por el cual el capo se encuentra libre, mientras que el 23% cree que su libertad se remite a haber cumplido la condena que se le imputó.
Recordemos que el amparo que llevó a la liberación de Quintero fue revocado hace dos semanas por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de México, el cual resolvió que la decisión de absolver al capo fue inadecuada.
La desconfianza de los mexicanos coincide con las impactantes revelaciones del ex piloto de la CIA Robert “Tosh” Plumlee, quien declaró a la Revista Proceso de México que la administración de Ronald Reagan prestó protección a Caro y encubrió el asesinato del agente Camarena a manos de la Agencia. La razón: el integrante de la DEA había descubierto que su propio gobierno colaboraba con el narco mexicano.
Plumlee agregó que los ranchos del narcotraficante en Veracruz, México, fueron usados “como puntos de reabastecimiento de combustible para los aviones delas compañías subcontratadas por la CIA que llevaban drogas de Sudamérica a Estados Unidos y las armas de Estados Unidos a Sudamérica”.
El dinero de la droga llenó las arcas del presupuesto negro de la CIA, destinado a financiar a los Contras nicaragüenses para desestabilizar el régimen sandinista.
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