En marzo de 2011, Gadafi advirtió que sin un gobierno fuerte y estable en Libia, no habría nadie para controlar el alud de inmigrantes procedentes de África y Oriente Medio que tratarían de huir a Europa.
“Hay millones de negros que podrían llegar al Mediterráneo para cruzar a Francia e Italia, y Libia juega un papel en la seguridad en el Mediterráneo”, declaró Gadafi al canal de televisión France 24.
Pues bien, la reciente crisi de los refugiados, demuestra que la profecía de Gadafi era cierta.
Asimismo, Saif, el hijo de Gaddafi, que ahora se encuentra en el corredor de la muerte en espera de ejecución, amplificó la “profecía” de su padre.
“Libia puede convertirse en la Somalia del norte de África, en el Mediterráneo. Veremos a los piratas atacando en Sicilia, en Creta, en Lampedusa. Ustedes verán a millones de inmigrantes ilegales. El terror está a la vuelta de la esquina”.
Nadie escuchó estas advertencias y en cambio, Occidente lanzó una intervención militar para derrocar a Gadafi.
Las primaveras árabes, apoyadas por Occidente y las intervenciones militares lideradas por Estados Unidos en todo el Oriente Medio se consideran en gran medida los factores principales, que han acabado provocando el éxodo actual de los refugiados.
Ahora empezamos a sufrir unas consecuencias, que por otro lado, eran fácilmente previsibles, lo que nos lleva a preguntarnos: cuando EEUU y sus aliados occidentales emprendieron esta acción ¿lo hicieron precisamente para provocar la situación actual?
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