viernes, 28 de enero de 2011

Derechos humanos en Cuba: A Cuba se le respeta, porque respeta


Irónico resulta que, mientras nuestros enemigos nos acusan cada año de violar los derechos humanos, en la Base de Guantánamo, los detenidos en Irak y Afganistán terminan sometidos a torturas.
Rouslyn Navia Jordán (Periodista cubana) 
Después de la Segunda Guerra Mundial, a inicios de la Guerra Fría, cuando todavía dolían las heridas del nazismo y las situaciones de injusticia que se vivían en los cinco continentes, varios países sintieron la necesidad de unirse en una organización supraestatal que garantizara el respeto y la dignidad de las personas, y que evitara la repetición de hechos tan lamentables.
El 10 de diciembre de 1948, en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), fue aprobada la Declaración Universal de Derechos Humanos. Con posterioridad, en 1950, dicha asamblea invitó a todos los Estados y organizaciones a observar la fecha y celebrar así el Día de los Derechos Humanos.
Esta Declaración Universal tiene como finalidad la creación de un compromiso ético para obligar a todas las naciones a cumplir una serie de normas. Fue el primer documento internacional que abordó en detalle la noción de que existe un conjunto de derechos universales y libertades fundamentales que los gobiernos están obligados a garantizar a sus ciudadanos.
Se sostienen sobre dos pilares esenciales: la libertad y la plena igualdad entre todos los seres humanos. Condiciones inherentes a cada persona sin ningún tipo de limitaciones culturales, económicas, étnicas, religiosas, sexuales u opiniones políticas. El concepto hace referencia al sentido de la dignidad humana antes que a cualquier formulación jurídica o política.
En un principio, la declaración iba a titularse “los derechos del hombre” pero Eleanor Roosevelt, destacada feminista, planteó que el término representaba una exclusión hacia las mujeres y terminó entonces por adoptarse una nomenclatura general.
La celebración de la efeméride deviene un hito, un ritual en el calendario, que llama a la reflexión y a observar con mirada crítica los avances logrados, pero también lo mucho que aún resta por hacer en orden de promover y proteger las libertades fundamentales en el orbe.
Educar y formar en relación a su importancia resulta hoy vital en un mundo donde se observa gran incremento del racismo y la xenofobia y donde ya no resultan infrecuentes los videojuegos y juguetes que incluyen contenidos que aplauden la tortura, discriminación sexual o racial, matanzas o ejecuciones.
Este documento resulta el instrumento legal de mayor difusión y conocimiento en la comunidad internacional. Ha sido traducido a más de 360 idiomas y es la base de un sistema jurídico de alcance universal.
Consta de 30 artículos y nuestro país, podemos señalarlo con orgullo, se destaca en el cumplimiento cabal de los mismos. En Cuba se garantizan la libertad e igualdad plena de todos los ciudadanos, se respeta el derecho a la vida y la seguridad de las personas.
Se protegen de forma especial la maternidad y la infancia. El programa de salud cubano dedicado a estos sectores ha obtenido logros importantes, como la disminución de la tasa de mortalidad de los menores y sus progenitoras, con cifras inferiores incluso a las de muchos países desarrollados.
La Revolución garantiza también el derecho a la educación gratuita, sin importar el nivel de enseñanza. Con la erradicación desde el año 1959 del analfabetismo, Cuba se proclamó primer territorio libre en América Latina de este triste flagelo. La educación primaria obligatoria para todos atestigua el interés y la preocupación del Estado por mantener este logro. Diversos programas conceden acceso a la educación superior sin importar extracción social, color de la piel o religión de modo tal que se alcanzó la cifra de un millón de graduados universitarios, según hizo saber Miguel Díaz-Canel, ministro de Educación Superior en julio de este año.
Durante años, en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, los Estados Unidos y un grupo de países industrializados imponían criterios para juzgar selectivamente.Washington promovió allí un ejercicio de peritaje anticubano que buscaba refrendar su genocida bloqueo económico.
Irónico resulta que, mientras nuestros principales enemigos nos acusan cada año de violar los derechos humanos, en la Base que mantienen de forma ilegal en Guantánamo, cercenando nuestra soberanía, los detenidos durante sus aventuras bélicas en Irak y Afganistán terminan sometidos a torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes. Aquellos que pretenden erigirse jueces no logran ocultar su rostro de principales incumplidores.
No obstante sus denotados esfuerzos por desacreditarnos, muchas naciones del planeta reconocen en Cuba a un Estado celoso del bienestar de sus ciudadanos. Y solo con eso, como en buen cubano muchos decimos, ¡Nos basta!
http://rouslyn.wordpress.com/
 

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