miércoles, 5 de enero de 2011

El miedo de EEUU a Chávez y su política o el miedo a "perder" el "ganar"


La mano del gigante americano,nunca satisfecha, siempre corrupta,sueña con abatir a Chávez y "perder", con ello, su "eterno ganar" ¿Por qué temería un elefante a un ratón?
Pura María García

La verdad absoluta no existe, aunque es cierta la existencia de verdades relativas que, afortunadamente, se sitúan lo suficientemente distantes de la mentira como para no enturbiar la consciencia colectiva.

Afirmar que EEUU es, y ha sido, además de una potencia en estrategias de manipulación y sobrepoder, una caja oscura que oculta temores, podría parecer la manera más sencilla de iniciar un artículo escrito con la finalidad de que un posible lector interrumpiese en esta séptima línea su lectura, pensando que quien lo escribe, y lo asume, no está en su pleno juicio. Sí, es absolutamente paradójico afirmar que los Estados Unidos poseen una lista de asuntos, hechos, personajes y países a los que teme, lo que algunos han denominado target of the EEUU fears, el centro de la diana de los temores del sistema americano, pero, aunque paradójico, constituye una de esas verdades relativas que deberían convertirse en evidencia.

Sería deseable, para contrarrestar el poder de los falsimedia, conocer que el sistema corrupto y poderoso americano teme, entre otros a Cuba y su RESISTENCIA y a Chávez y su"antipolítica", o política para el pueblo: el elefante teme al ratón, lo máximo siente temor ante lo "mínimo". Los motivos, no siendo simples ni reducibles fácilmente a una única causa, se relacionan directamente con la "sensación" de pérdida de sobrepoder que tiene el gigante ante Chávez y las consecuencias de sus planteamientos políticos.

Venezuela es una porción de la tarta americana que resultaría, por su potencial económico y social, especialmente rentable para la mano siempre insatisfecha y podrida del tío Sam.

Desde hace mucho tiempo, los Estados Unidos han gestado, instilado, provocado, participado, mantenido o alentado guerras, escudándose en campañas ideológicas para que, ayudados por los falsimedia y los "profetas" entrenados para apoyar el sobrepoder americano, la población afectada y el resto del mundo creyésemos en la voluntad "salvadora y solidaria" americana. Nada se aleja más de la verdad. Como explica, con una profusión de detalles e información incuestionable, N. Klein en su libro LA DOCTRINA DEL SHOCK, para los Estados Unidos, las guerras y los "desastres inducidos", manera eufemística de denominar la creación de escenarios de pobreza y caos socioeconómico por parte del gobierno americano y la CIA, se transformaban en maravillosas oportunidades para una parte de su economía, específica y no muy extensa para evitar que el mundo estableciese conexiones peligrosamente sospechosas. Los fabricantes de aviones, empresas dedicadas a la construcción o las grandes firmas especializadas en defensa, personal o de entidades, se beneficiaban de la guerra y el estado inducido de caos, muerte y pobreza generados, antes, durante y tras el período bélico. Además, la mano americana hallaba en cada guerra un escenario más que propicio para examinar, corregir y mejorar las técnicas de tortura, física y mental, que tan bien conoce y que utiliza, desde tiempo inmemorial, con suma destreza.

Las guerras "inducidas" abrían un mercado en el que esa misma mano podrida intervenía sin ningún tipo de remordimientos. Nuestra memoria colectiva debería acceder sin dificultad al recuerdo de la guerra de Irak y de unas frases, escritas por un afamado analista de mercado que se encargaba de reportar con sus informes, al gobierno americano, en las que se expresaba en estos términos acerca de los beneficios de la guerra para empresas americanas, entre ellas la compañía Halliburton de servicios energéticos: "Irak fue mejor de lo que esperábamos".

La afirmación se hacía pública en octubre de 2006, uno de los más cruentos meses de esa guerra, con más de el mes más cruento con más de 3.709 bajas de civiles iraquíes, una "nadería" comparada con los más de 20.000 millones de dólares que Halliburton obtuvo de Irak.

El gigante americano no puede permitirse perder a Venezuela o a Cuba y, ni mucho menos, continuar viéndose obligado a "mantener las formas" ante Chávez y ante el mundo para ocultar las estrategias que utiliza de manera reiterada para actuar y tratar de desestabilizar y aniquilar, como ya intentó en el fallido golpe de estado de 2002, la política de Chávez.

Venezuela es una de las seis áreas de acción "intervencionista e induccionista" prioritarias de los EEUU, como consta, entre otros, en informes secretos, que han visto en estos días la luz pública, como los emitidos por C.Kelly, Secretario de Estado americano para los Asuntos del Hemisferio Occidental, que fueron remitidos a "elementos" estratégicos para la intervención y desestabilización ideológica: la CIA, una serie "selecta" de embajadas de países pro americanos y departamentos específicos del Pentágono. El gigante americano, no sin cierta vergüenza, fundamentalmente por la FALTA DE COSTUMBRE, agacha parcialmente su cabeza, tuerce, parcialmente, su brazo, alargado y maligno, para reconocer, en estos informes, que Chávez es un "enemigo a tener muy en cuenta", denominación que también aparece en WIKILEAKS: documentos sobre los planes de EEUU contra Venezuela, a cargo de E. Golinger.

La podrida mano americana ha estado financiando grupos antichavistas, campañas en los falsimedia que deforman la realidad que se vive a diario en Venezuela y que ocultan las mejoras que el pueblo, los más pobres, han obtenido, algunas incluso por primera vez, en la historia de este país. Los EEUU no pueden, abiertamente, inducir a una guerra en Venezuela, como hicieron en Irak y preparan veladamente en Irán desde hace un tiempo, que, por varios motivos.

Uno de ellos es el carácter "amigable y pacifista", pero prefabricada e irreal, que, como en una caracterización perfectamente realizada para un film de Hollywood, el sistema americano se ha encargado de "insertar" en la visión mundial global de Obama. El otro motivo es que una guerra implicaría ciertas pérdidas y el gigante americano no quiere escuchar el término "pérdidas" en relación a un país cuya riqueza petrolífera es más que patente. Aún así, no creamos que el sobre poder americano se resiste a "perder" la oportunidad de "ganar", sus intentos, como plan B, se encaminan a destruir la imagen de Chávez, falsimediándola e intentando convertirle en un "supuesto" terrorista que "alienta" a otros terroristas; distribuir estratégica y crecientemente a sus "espías" en Venezuela y tratando de contrarrestar las reformas, convertidas en medidas legisladas, de Chávez que se dirigen, por una vez, a declarar la no-necesidad del besamanos baboso que el resto del mundo hace a la banca. Chávez la considera parte de "la administración pública" y como tal, insiste no en realizar genuflexiones ante su capital, sino en "requerirle y exigirle" su colaboración para que los programas sociales, que están dignificando a los habitantes más pobres del país, sean realidad y no utopía. Todo lo contrario a lo que descubriríamos, si los falsimedia no nos lo impidieran con sus mentiras inductoras, en los EEUU: intentaron imponer, como embajador estadounidense en Caracas, a mister L. Palmer, personaje oscuro y mafioso, apoyado abiertamente por los oligarcas americanos y con una más que real conexión con los abusos americanos, escondidos tras las famosas teorías del LIBRE COMERCIO, en países como Uruguay, Honduras y Paraguay entre otros, LIBRE COMERCIO, LIBRE LUCRO, que en nada se parece, por desgracia, a las leyes económicas que Chávez está dictando para, por ejemplo, asegurar que el 5% de los beneficios, antes de impuestos, de todos los bancos se dedique exclusivamente a los proyectos elaborados por los consejos comunales o que el 10% del capital de los bancos debe constituir un fondo para pagar los salarios y pensiones en caso de quiebra.

El gigante americano no se resiste a "perder".

TODOS deberíamos contribuir a que, por una vez, no lograse "ganar" en Venezuela.

http://lamoscaroja.wordpress.com/

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