lunes, 10 de enero de 2011

La economía solidaria en el marco de un modelo de desarrollo alternativo.

El rumbo de un sistema económico mundial más homogenizado y con agudas crisis estructurales de forma y fondo, nos da las prerrogativas para adentrarnos en las posturas autogestinadas de organizaciones económicas que integran en sus partes rasgos de solidaridad como conjunto. Veo detenidamente el avance de una nueva corriente de pensamiento CON BASE TEORICA Y PRACTICA EN UN MACRO PROYECTO  que ha provocado un germen expansivo de la potencialidad de sostener un modelo con rentabilidad social para sus miembros y para formar una red que corresponda a un mercado justo, que pregone la ética solidaria y el bienestar de todos. El ego desde la caída del muro de Berlín de Neoliberalismo Salvaje, bandera de los tecnócratas de derecha  que expandieron por todo el globo como la “Modalidad Mágica” para ostentar la máxima eficiencia en el crecimiento y que este mismo generaría una comunicación de canalización de recursos hacia los estratos socialmente excluidos. Graso error. La concentración de los recursos, cayó a una elite empresarial que desinfló el Estado y generó la más honda brecha entre ricos y pobres. Es debastante ver el plano de desolación a nivel de las coordenadas geopolíticas del tercer mundo, donde en los países en vías de desarrollo según términos de los organismo de control y supervisión como el Fondo Monetario Internacional y el BID, hicieron de Latinoamérica el laboratorio del pillaje, del abuso de poder con los sectores estratégicos para el desarrollo en control de una nueva oleada de privatizaciones por una partidocracia electoralmente fuerte en base al mediatismo, la corrupción y la ilegitima perpetuidad de los sectores económicos privilegiados en el poder y de las multinacionales, en una retocada estrategia, más grande que la colonización. Se fueron por aquí, porque para mantener el consumismo acelerado, debían tener recursos naturales renovables y no renovables, tienen como móvil la Amazonía, el Cobre los minerales estratégicos de toda América sin importarles absolutamente nada, el petróleo,  con voracidad genocida y con ecocidios crecientes. Hicieron de la Droga la boga de la juventud en un frenesí sangriento que recoge casos simbólicos como Colombia y México, los tragénicos con la manipulación genética de la obesidad, nos manejan desde que nacemos, el nuevo elemento de persuasión con la elevación de los anti valores, apoyando el parasitismo económico a un sector nunca visible para los indicadores del PIB, la ignorancia como modo de vida y una nueva arquitectura de control más compleja, es el esquema del Siglo XXI. Pero no todo está perdido. El avance de una nueva alternativa solidaria nos propone una reflexiva evaluación para que en sinergia combinada ver los errores del socialismo real y la economía planificada, y la potencialidad de un modelo micro, socialmente compatible y económicamente factible. La frecuencia de adoptar el discurso es sorprendente. En todas las latitudes del globo, hay claras expresiones de economía solidaria, con matices culturales, políticos, y económicos pero trazando una clara `postura de asumir el solidarismo como ente que garantice la supervivencia no del hombre de por sí, sino de la humanidad. Cuando veo con clara admiración los avances del ALBA, me supone que no todo está perdido, en definitiva si hay de otra. Para comprender la complejidad de esta revolución y los complejos procesos que interactúan entre sí, que son más que el de evaluar variables económicamente ligadas al paradigma actual, solo hay que tener en cuenta la causa cumbre que inspira este proceso: la gente. Esa materia orgánicamente organizada está impulsando la esperanza de millones con una frecuencia barbará pero alentadora. Cuando por encima de los complejos algoritmos de la producción manufacturada, el marketing del servicio y la competencia por el consumo, lucen pequeño, ante la decisión de millones de adoptar una nueva bandera, humanitaria, dice mucho de los grandes logros por venir. Sin duda.

En mis caminos, veo el poder de la propiedad social sin importar lo desarrollada que estén sus ciclos de producción o el tecnicismo de sus agentes económicos. Veo de los valores ocultos que salen a flote del cooperativismo, de la fuerza de trabajo bien valorizada en las equivalencias del valor y de la autogestión compartida, de un mercado consiente del medio ambiente, de abolir gradualmente la avaricia y pregonar un mundo mejor desde abajo y con la gente. No podemos obviar la dinámica de organización que se centra aquí, base para orquestar los cambios políticos, según  Torres López los medios de producción son el ente clave para lograr liderazgos de base. Seguiremos viendo expresiones desalentadoras con matices de retórica de números fríos, pero sin lugar a dudas, temen a un despertar colectivo,  que sea la energía de la transformación.  No es una homogenización de clases insostenible, sino más bien donde todas las reglas de juego sean igualitarias, abolir la corrupción y el privilegio inquisidor. Las relaciones serán basadas en otra fórmula, donde el resultado no sea una minoría sino el conjunto. Dentro de esta fase introductoria, que sea el paso significativo para tener un concepto claro del rumbo a seguir, veo idóneo un empoderamiento de todos los litorales que desaprueban los limitantes alcances que hemos logrado y seamos consientes de que la suma de las partes puede algún día muy cercano ser el todo, tan soñado por los que sus gritos aun no salen de las rocas.


POR UNA NUEVA ECONOMIA, FUNDADA EN EL AMOR HACIA EL PRÓJIMO Y EN EL VALOR AGREGADO DE LA GENTE.

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