BOLPRESS – Ha mejorado significativamente el desempeño del Estado boliviano en la lucha contra el narcotráfico y sus resultados en materia de reducción de cocales e interdicción han merecido el reconocimiento de varios organismos internaciones. Sin embargo, la JIFE no reconoce estos esfuerzos, Estados Unidos coopera cada vez menos, y el mundo hace poco por reducir el consumo de droga y combatir el lavado de dinero, reclamó el viceministro de Relaciones Exteriores Juan Carlos Alurralde en Naciones Unidas.
El Estado Plurinacional de Bolivia ha reconocido la importancia de unirse al mundo en la lucha contra el tráfico y el consumo de drogas que afecta a millones de personas; sin embargo, lamentablemente el narcotráfico en Bolivia se mueve principalmente por la creciente demanda de cocaína y otras drogas por parte de países limítrofes y transcontinentales, dijo el viceministro Alurralde en la apertura del 54 período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de la ONU.
Bolivia ha reiterado su decisión no sólo de respaldar, sino especialmente de actuar tanto en el campo de los convenios internacionales como en las medidas de prevención, represión y lucha sostenida, principalmente con su propio esfuerzo sustentado en el cumplimiento bilateral y multilateral de naciones y organismos multilaterales.
Bolivia se sitúa en el tercer lugar en potencial de producción de cocaína con el 19%, resaltando su condición de país de tránsito de droga. La comparación porcentual de secuestro de cocaína boliviana en relación a la de origen extranjero entre 2009 y 2010 muestra el incremento de esta última en un 140%.
Los resultados en materia de reducción de superficie de hoja de coca e interdicción en la gestión del Presidente Evo Morales (2006-2010) han mejorado enormemente en comparación con anteriores gestiones.
En conformidad con la Ley 1008 de 19 de julio de 1988 que dispone una reducción anual mínima de 5.000 hectáreas de cultivos de hoja de coca, Bolivia redujo 5.070 hectáreas en 2006, 6.268 en 2007, 5.484 en 2008, 6.341 en 2009 y 8.200 has de cultivos de coca en 2010. Para el año 2011 se tiene previsto sobrepasar el registro del año pasado.
En cuanto a los resultados de interdicción, el Prefacio del Informe de Monitoreo de Cultivos de Coca de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el delito (ONUDD) de 2009 señala que “el Gobierno de Bolivia merece ser elogiado por el significativo incremento en la interdicción de drogas. Ha habido un incremento de 45% en las incautaciones de pasta base de cocaína, de 14,912 kg a 21,641, y un incremento de 145% en las incautaciones de clorhidrato de cocaína, además, el número de laboratorios desmantelados continúa en aumento”.
En el período 2006-2010 se realizaron 56.272 operativos, 28.053 operativos más que en la gestión anterior. Se han destruido 57 laboratorios de refinamiento de droga. en contraposición a las 16 fábricas desmanteladas en el periodo 2000-2005.
Los resultados de interdicción son producto de un esfuerzo tenaz y sostenido; pero no son sólo logro de Bolivia, sino el producto de la acción conjunta, solidaria, soberana y el trabajo conjunto con países vecinos. Bolivia fortaleció las relaciones bilaterales y la articulación de organismos de seguridad antidrogas, principalmente con Brasil (3.423 km de extensión fronteriza), Chile (850 Km), Argentina (773 Km), Paraguay (741 Km) y Perú (1131 km).
En cuanto a la regionalización de la lucha contra las drogas a través de UNASUR, se promovió activamente la conformación del Consejo Suramericano de Lucha contra el problema de las drogas, que ya cuenta con su plan de acción y su estrategia propias.
El Viceministro Allurralde afirmó que las cifras demuestran fehacientemente que Bolivia cumple sus compromisos y se encuentra inmersa en una lucha frontal contra el tráfico y producción de estupefacientes. “Sin embargo, los informes de la JIFE y de Estados Unidos se empeñan en ocultarlo”. Además, el esfuerzo de Bolivia no se refleja en la política de cooperación de Estados Unidos.
Este año Estados Unidos nuevamente ha reducido en 50% su financiamiento para la lucha contra el narcotráfico y Bolivia recibe cada vez menos recursos externos en comparación con otros países. El disminuir recursos internacionales legítimos para sustentar la lucha contra el narcotráfico, agrava el problema y deja más vulnerables a los países y organizaciones que verdaderamente combaten el narcotráfico.
“Todos sabemos que si no hubiera un mercado de consumo tampoco habría una fuente de producción, también sabemos que políticas laxas de lucha contra el lavado de dinero favorece a ese salvaje mercado de la cocaína y a su cobertura al amparo de la criminalidad”, reflexionó Alurralde y afirmó que el gobierno boliviano cree “firmemente que se deben mejorar las políticas y acciones en ambas materias”.
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