El Gobierno decidió “denunciar” la Convención de Viena de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre drogas de 1961, enmendada por el Protocolo de 1972, porque considera a la hoja de coca como “estupefaciente” y obliga a Bolivia a eliminar la práctica ancestral
El Gobierno decidió “denunciar” la Convención de Viena de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre drogas de 1961, enmendada por el Protocolo de 1972, porque considera a la hoja de coca como “estupefaciente” y obliga a Bolivia a eliminar la práctica ancestral de la masticación en un plazo de 25 años.
Así lo confirmó ayer el canciller David Choquehuanca, quien explicó que la Convención señala que “nosotros —los bolivianos— no podemos ejercitar esta práctica ancestral” de la masticación de coca y el “denunciar el acuerdo significa defender nuestra cultura, que podamos seguir practicando nuestra cultura”.
Bolivia reconoció en 1973 esta Convención, que establece un plazo de 25 años para eliminar la masticación de la hoja de coca.
Choquehuanca sostuvo que la decisión se tomó al no haber encontrado respaldo a las gestiones que realizó el presidente Evo Morales para que la onU retire la penalización.
La Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, en su Disposición Transitoria Novena, establece que en un plazo de cuatro años, desde la elección del nuevo Órgano Ejecutivo, éste denunciará y, en su caso, renegociará los tratados internacionales que sean contrarios a la Carta Magna.
En ese marco, el artículo 384 de la Constitución establece que el Estado protegerá a la coca originaria y ancestral como patrimonio cultural y que en su estado natural no es estupefaciente, como contrariamente fue tipificada por la Convención de la onU en 1961.
“La comunidad internacional conoce las convenciones, la comunidad internacional está consciente de que se ha cometido un error”, afirmó el canciller Choquehuanca.
La cámara de Diputados aprobó el miércoles, por mayoría, el proyecto de ley para denunciar la Convención de Viena sobre estupefacientes.
De acuerdo con Choquehuanca, si la norma es refrendada en el Senado, será promulgada por Morales “antes del mes de julio”.
Aclaró que Bolivia volverá a “adherirse” a la Convención de Viena en el plazo más breve, pero “manifestando su reserva” a la prohibición de masticar coca.
“Tendrían que objetar para que Bolivia no sea parte de esta Convención 63 ó 64 países (...), nosotros hemos tenido solamente una objeción de 18 países”, dijo el Canciller.
Al respecto, el diputado opositor Mauricio Muñoz indicó que la denuncia se constituye en “una mala señal a la comunidad internacional”, porque se quiere legalizar el cultivo masivo de coca, “cuando el Gobierno no puede luchar contra el narcotráfico”.
Los datos de la onU sostienen que Bolivia cuenta con 30.900 hectáreas de coca, de las que la legislación nacional sólo reconoce a 12.000 para usos tradicionales.
Cámara de Diputados aprueba proyecto de ley
El pleno de la Cámara de Diputados aprobó ayer por mayoría el proyecto de ley que denuncia a la Convención Única de Naciones Unidas sobre Estupefacientes, de 1961, enmendada por el protocolo de 1972, porque contiene un artículo contrario a la Constitución Política del Estado, que protege la coca como patrimonio cultural de Bolivia.
“Este proyecto de ley denuncia ese Convenio y con la posición firme y determinante de los bolivianos y del Estado de excluir de la lista de estupefacientes a la hoja de coca y preservar las prácticas ancestrales”, explicó el presidente de la Cámara de Diputados, Héctor Arce.
Agregó que el proyecto de ley establece que Bolivia seguirá cumpliendo con todos los elementos comprometidos en esa Convención, tales como la lucha contra el narcotráfico y el tratamiento que se da a las sustancias controladas.
“El proyecto da un mandato al Presidente del Estado para que nuevamente nos adhiramos a esa Convención los primero meses de 2011, formulando una reserva de acuerdo a la Constitución”, dijo Arce. (ABI)
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