"La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las ordenes." -Charles Bukowski
Salmón Urbano | Colombia
¿Eres Clavo o Eres Ye?http://elsalmonurbano.blogspot.com/2011/06/como-se-mide-una-dictadura.h
“El que por medios ilícitos obstaculice, de manera temporal o permanente, selectiva o general, las vías o la infraestructura de transporte de tal forma que afecte el orden público o la movilidad, incurrirá en prisión de cuatro a ocho años y multa de trece a setenta y cinco salarios mínimos legales mensuales vigentes”. (Artículo 353 A, Ley de seguridad ciudadana, criminalización de la protesta social)
Sucede que me canso de esta dictadura, sucede que me canso de mojarme los zapatos, me canso de ver RCN y su discurso trasnochado de decir que los paramilitares no se llaman así sino bandas criminales emergentes. Sucede que el panorama en el que vivo me amedrenta con lenguajes que pudren mi cuerpo con balas fugases como si no sintiéramos la muerte de nuestros hermanos. Me canso, me canso de vivir en una dictadura que ahora si nos llego enserio. Sucede que la radio, la televisión, los periódicos, los vecinos, los gritos, las canciones me intimidan con sus eufemismos sobre la guerra y yo que antes estaba acostumbrado a quejarme, solo a quejarme por que ya no me quedan más armas, tenga que silenciar mi voz por el hecho de que es ilegal, ilegal decir lo que uno piensa desde cualquier estética. Hemos pasado de la intimidad a la impunidad, las voces de alto mando en este cansancio y desasosiego que llevo a cuestas me piden pruebas para darme el derecho… sucede que en esta miserable hora mi osadía vence la voluntad de indiferencia y ratifico la banalidad del mal en los ojos de los transeúntes que permutan su dignidad por la falsa moralidad del tiempo convenido que naturaliza la docilidad de una mente alienada. Para la cual es más fácil comprender por qué “Antonio de la Rúa presenta a Carla, su nuevo amor” (El Espectador) que por qué “En el proyecto de ley seguridad ciudadana presentado por el ministro del interior Germán Vargas hace 7 meses, se pretende criminalizar la protesta social en un país en donde hay más de una movilización diaria en promedio” (Nasaacin.org)
Entonces, ¿cómo se mide una dictadura? Comencemos:
La dictadura se mide en grados de silencio, uno mas pequeño, otro mas grande y otro grandotote, en el cual ya no puedes salir a la calle en medio de la lluvia descalzo, desnudo, diciendo que nada está bien mientras el cuerpo se convulsiona y en el peor de los casos no puedes salir a la calle bajo el sol ardiente, a la carretera empolvada, con los letreros de las reglas gubernamentales, a decir que hace dos días mataron a tu herman@ o un vecino y otro y otro y otro y otro… mejor dicho que viste una pila de cuerpos ensangrentados sobre la tierra mojada; mientras el ejercito, los paramilitares o la guerrilla terminaban quemando las casas… y es que hay dictaduras imperceptibles hay silencios inocentes como el de los diecisiete niños que se acostaron bajo un cambuche de las Farc abrigándose de la noche y el frío para regresar al colegio al día siguiente, luego de una tarde recreativa y lúdica, de una inocente promesa de cambio, cincuenta mil pesos en mano, montaña arriba, con boticas de caucho y uniforme de colegio, unos videos, una tarde educativa y un sancochito por la noche y la promesa de un sueldo, de esos sueldos de jornalero que solo te ofrecen en un grupo armado, porque no hay para más, que si del ejército, que si de la guerrilla igual estas destinado a matar.
Tan inocente como los sueños que hubiesen tenido esa noche mientras el guerrillero que los vendió por unos cuantos millones corría montaña abajo y llamaba al ejército para decirles que ya estaba lista la vuelta, que ya tenían a quien bombardear que ya tenían a un positivo que presentar. Silencios que el viento nos sopla desde las montañas del Cauca hasta ciudades como Manizales, donde nada malo puede pasar, nada, nada como el hecho de que te judicializen por manifestar lo que piensas en un pedazo de cemento, de ladrillo o lo que tu cuerpo performado puede decir sobre la avenida. Algunas de estas pequeñeces pueden saltar a un grado mayor, un grado un tanto más “especial” como: cuando ya tu voz inocente es silenciada por el escuadrón de la muerte, tu cuerpo no resiste y vomita pedazos de bilis Santificada en el Para-iso colombiano. Cosas por este estilo, sin mencionar aquellos detallitos como el que nuestro queridísimo rector Ricardo Gómez fuese reelegido muy a pesar del estudiantado o muy por encima de un estudiantado acostumbrado a los ultrajes, como la incursión del ESMAD el 5 de junio de 2007, que hoy por hoy pasa sin pena ni gloria porque a la niña de biología se le olvidó este hecho por estar pintándose las uñas, por estar hablando de la última canción de Lady Gaga o simplemente hablando de Bar c y lo fantástico de zona refrescante. ¿Será que las nuevas cámaras de seguridad estarán para ponchar los mejores perfiles de los nuevos protagonistas del jet set manizalita? ¿Será que esto es pura casualidad, o se parece a la dictadura militar uruguaya en el año 1973, así como se está militarizando Colombia…?
Mientras la filosofía se encarga de penetrarnos su estoicismo de aceptación y resignación ante la vida y la historia, dictaduras un tanto grandototas como la de nuestro actual presidente que fue elegido habiendo sido un genocida que permitió las masacres a civiles llamándolos sutilmente Falsos Positivos, ¡Bello juego del lenguaje! que suaviza el nombre de esto, que no es mas que una Dictadura. O cómo explicar cosas tan grandes como el hecho de que en Colombia hallan más NN que todos los que hubo durante la dictadura Argentina, como llamararemos a este hermoso juego de palabras, ¿Conflicto Armado, Inseguridad Social, Enfrentamiento entre Bandas Criminales Emergentes?
Entonces, cómo se mide la dictadura cuando enfrentamos una ley que castiga la naturalidad de la desobediencia en el ser humano ante imposiciones ficticias con el fin de controlar vigilar y castigar todo pensamiento, acción y deseo o dicho a secas cómo se mide la dictadura en el silencio colectivo de las masacres colombianas donde ya ni siquiera el cuerpo puede hablar, donde los ojos están vendados por batallones de muerte, donde las ventanas están empolvadas por el miedo si quiera a respirar, donde las enfermedades psiquiátricas son el resultado natural de todo este régimen de terror y castración social que nos ha robado el cerebro y nos ha cortado la lengua para no poder gritar, para silenciar y no poder recordar, lo peor es que todo esto se nos ha hecho tan natural que “cuando todo ser pierde la capacidad de sorprenderse esta ya muerto” (Albert Einstein)
Por: Alieth Ariana Raad / Alexandra Mora Montes
Notas:
http://www.nasaacin.org/informativo-kueta-susuza/77-informativo-kueta- susuza/2153-el-proyecto-de-ley-de-seguridad-ciudadana-pretende-criminal izar-la-protesta-social
Sucede que me canso de esta dictadura, sucede que me canso de mojarme los zapatos, me canso de ver RCN y su discurso trasnochado de decir que los paramilitares no se llaman así sino bandas criminales emergentes. Sucede que el panorama en el que vivo me amedrenta con lenguajes que pudren mi cuerpo con balas fugases como si no sintiéramos la muerte de nuestros hermanos. Me canso, me canso de vivir en una dictadura que ahora si nos llego enserio. Sucede que la radio, la televisión, los periódicos, los vecinos, los gritos, las canciones me intimidan con sus eufemismos sobre la guerra y yo que antes estaba acostumbrado a quejarme, solo a quejarme por que ya no me quedan más armas, tenga que silenciar mi voz por el hecho de que es ilegal, ilegal decir lo que uno piensa desde cualquier estética. Hemos pasado de la intimidad a la impunidad, las voces de alto mando en este cansancio y desasosiego que llevo a cuestas me piden pruebas para darme el derecho… sucede que en esta miserable hora mi osadía vence la voluntad de indiferencia y ratifico la banalidad del mal en los ojos de los transeúntes que permutan su dignidad por la falsa moralidad del tiempo convenido que naturaliza la docilidad de una mente alienada. Para la cual es más fácil comprender por qué “Antonio de la Rúa presenta a Carla, su nuevo amor” (El Espectador) que por qué “En el proyecto de ley seguridad ciudadana presentado por el ministro del interior Germán Vargas hace 7 meses, se pretende criminalizar la protesta social en un país en donde hay más de una movilización diaria en promedio” (Nasaacin.org)
Entonces, ¿cómo se mide una dictadura? Comencemos:
La dictadura se mide en grados de silencio, uno mas pequeño, otro mas grande y otro grandotote, en el cual ya no puedes salir a la calle en medio de la lluvia descalzo, desnudo, diciendo que nada está bien mientras el cuerpo se convulsiona y en el peor de los casos no puedes salir a la calle bajo el sol ardiente, a la carretera empolvada, con los letreros de las reglas gubernamentales, a decir que hace dos días mataron a tu herman@ o un vecino y otro y otro y otro y otro… mejor dicho que viste una pila de cuerpos ensangrentados sobre la tierra mojada; mientras el ejercito, los paramilitares o la guerrilla terminaban quemando las casas… y es que hay dictaduras imperceptibles hay silencios inocentes como el de los diecisiete niños que se acostaron bajo un cambuche de las Farc abrigándose de la noche y el frío para regresar al colegio al día siguiente, luego de una tarde recreativa y lúdica, de una inocente promesa de cambio, cincuenta mil pesos en mano, montaña arriba, con boticas de caucho y uniforme de colegio, unos videos, una tarde educativa y un sancochito por la noche y la promesa de un sueldo, de esos sueldos de jornalero que solo te ofrecen en un grupo armado, porque no hay para más, que si del ejército, que si de la guerrilla igual estas destinado a matar.
Tan inocente como los sueños que hubiesen tenido esa noche mientras el guerrillero que los vendió por unos cuantos millones corría montaña abajo y llamaba al ejército para decirles que ya estaba lista la vuelta, que ya tenían a quien bombardear que ya tenían a un positivo que presentar. Silencios que el viento nos sopla desde las montañas del Cauca hasta ciudades como Manizales, donde nada malo puede pasar, nada, nada como el hecho de que te judicializen por manifestar lo que piensas en un pedazo de cemento, de ladrillo o lo que tu cuerpo performado puede decir sobre la avenida. Algunas de estas pequeñeces pueden saltar a un grado mayor, un grado un tanto más “especial” como: cuando ya tu voz inocente es silenciada por el escuadrón de la muerte, tu cuerpo no resiste y vomita pedazos de bilis Santificada en el Para-iso colombiano. Cosas por este estilo, sin mencionar aquellos detallitos como el que nuestro queridísimo rector Ricardo Gómez fuese reelegido muy a pesar del estudiantado o muy por encima de un estudiantado acostumbrado a los ultrajes, como la incursión del ESMAD el 5 de junio de 2007, que hoy por hoy pasa sin pena ni gloria porque a la niña de biología se le olvidó este hecho por estar pintándose las uñas, por estar hablando de la última canción de Lady Gaga o simplemente hablando de Bar c y lo fantástico de zona refrescante. ¿Será que las nuevas cámaras de seguridad estarán para ponchar los mejores perfiles de los nuevos protagonistas del jet set manizalita? ¿Será que esto es pura casualidad, o se parece a la dictadura militar uruguaya en el año 1973, así como se está militarizando Colombia…?
Mientras la filosofía se encarga de penetrarnos su estoicismo de aceptación y resignación ante la vida y la historia, dictaduras un tanto grandototas como la de nuestro actual presidente que fue elegido habiendo sido un genocida que permitió las masacres a civiles llamándolos sutilmente Falsos Positivos, ¡Bello juego del lenguaje! que suaviza el nombre de esto, que no es mas que una Dictadura. O cómo explicar cosas tan grandes como el hecho de que en Colombia hallan más NN que todos los que hubo durante la dictadura Argentina, como llamararemos a este hermoso juego de palabras, ¿Conflicto Armado, Inseguridad Social, Enfrentamiento entre Bandas Criminales Emergentes?
Entonces, cómo se mide la dictadura cuando enfrentamos una ley que castiga la naturalidad de la desobediencia en el ser humano ante imposiciones ficticias con el fin de controlar vigilar y castigar todo pensamiento, acción y deseo o dicho a secas cómo se mide la dictadura en el silencio colectivo de las masacres colombianas donde ya ni siquiera el cuerpo puede hablar, donde los ojos están vendados por batallones de muerte, donde las ventanas están empolvadas por el miedo si quiera a respirar, donde las enfermedades psiquiátricas son el resultado natural de todo este régimen de terror y castración social que nos ha robado el cerebro y nos ha cortado la lengua para no poder gritar, para silenciar y no poder recordar, lo peor es que todo esto se nos ha hecho tan natural que “cuando todo ser pierde la capacidad de sorprenderse esta ya muerto” (Albert Einstein)
Por: Alieth Ariana Raad / Alexandra Mora Montes
Notas:
http://www.nasaacin.org/informativo-kueta-susuza/77-informativo-kueta-
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