AVN – Si la reciente visita de Obama a Puerto Rico, fue la de un oportunista candidato en busca de dinero para su reelección, también sirvió para escuchar una vez más el clamor de un pueblo que desde hace quinientos años lucha por su libertad, y para constatar la solidaridad de sus hermanos del ALBA, que esta semana reavivaron en la ONU el casi olvidado debate sobre el derecho de esa isla a ejercer plenamente su libre determinación e independencia.
Y es que “La Isla del Encanto”, nombre con que los expertos en publicidad turística designan a Puerto Rico, es el menos adecuado para la colonia más antigua del planeta, cuyo pueblo vivió sojuzgado cuatro siglos por el imperio español, y desde hace más de una centuria vive oprimido por el imperio yanqui, que bajo el eufemismo de“Estado Libre Asociado, lo sumergió en abismos de miseria, hambre, ignorancia, enfermedad y otras plagas sociales”.
Esa ínsula,la más pequeña de las Antillas Mayores, de la que EE UU se apoderó en 1898, sigue viviendo en las mismas condiciones en las que el genio musical de Rafael Hernández la vio hace 80 años a través del Lamento Borincano, trágica visión de un país donde, detrás de la fachada de prosperidad que exhibe, “se oyen los lamentos por doquier/del desdichado boriquen, si/, porque el pueblo está lleno de necesidad/ay de necesidad”.
Porque, mientras Obama disfrutaba del banquete ofrecido en su honor y recaudaba para su campaña un millón de dólares, pagados por decenas de políticos y empresarios, adulantes de oficio que gustosos compraron la invitación para asistir a esa especie de circo, con derecho a tomarse una foto con el mandatario y estrechar su mano, miles de familias puertorriqueñas que viven en pobreza extrema, ese día, en su mesa, apenas si tenían algo que comer.
Es que son miles los desempleados, pues las farmacéuticas que eran la principal fuente de trabajo, se fueron a otros lugares donde la mano de obra es mas barata; decenas de miles los universitarios que abandonaron los claustros por no poder pagar la alta cuota de la matrícula, y centenares de miles de niños que no van a la escuela y el liceo porque sus padres no tienen dinero para comprar libros, útiles escolares, ni tampoco la merienda escolar.
Esos datos no son una ficción, sino reflejo de una espantosa realidad socioeconómica extraída de las cifras de encuestas serias que revelan los abismos de miseria en que están inmersos millones de puertorriqueños, mientras una oligarquía cómplice y los altos funcionarios del gobierno que sirven al Imperio, viven en medio de la abundancia y el lujo recogiendo las migajas que le arroja su amo.
Y cuando las sombras invaden las ciudades de la isla, el vicio de la droga se apodera de las calles, de los miles de “discos”, bares, cabarets, y otros centros nocturnos, donde además del licor abunda el crack, la marihuana, la cocaína, la heroína y otras sustancias prohibidas, distribuidas por las bandas que allí operan con la complicidad de la policía, protectora de su macabro oficio.
El origen de ese trágico escenario se encuentran en el salvaje capitalismo impuesto por EE UU no solo a la colonia, sino también a otros países, responsable de la espiral de violencia y muerte que además atiza con sus guerras de conquista, sistema del cual se están alejando pueblos y gobiernos progresistas y revolucionarios de la Gran Patria Latinoamericana y Caribeña, como Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua, Paraguay y Uruguay.
Porque, contrapuesto al lujurioso y rico mundo del consumismo desbordado en boutiques, restaurantes, balnearios, hoteles 5 Estrellas y casinos de San Juan y otras urbes de la isla, está el drama de los desempleado, las familias pobres y hambrientas, los enfrentamientos entre los narcos, la deserción escolar, la mendicidad que lleva a la demencia y otras aberraciones con su saldo de muerte que enluta a la “Isla del Encanto.”
Mas si el oportunista Obama llegó sólo para llevarse de regreso a la Metrópoli el dinero recaudado entre los asistentes al banquete, que pagaron US$35.800.oo por invitación, en todo Puerto Rico se escuchó la voz de un pueblo que prosigue su lucha de siglos por su liberación sin intimidarse por la secular y violenta persecución y represión de que ha sido y sigue siendo víctima, ya que por cada mártir que cae, un nuevo combatiente ocupa su puesto de batalla.
Fue por ello que miles puertorriqueños, tomaron calles, plazas y avenidas de San Juan y otras urbes para protestar por la visita de Obama quien llegó al aeropuerto Luís Muñoz Marín, bautizado así por el Imperio en honor a ese lacayo, impulsor de la maniobra que burló la gestión de la ONU que buscaba descolonizar la isla, a quien como premio a su indigna labor se le designo como primer gobernador del Estado Libre Asociado, por lo que Neruda le dedicó un poema en el que denuncia su traición, así:
“Hay un gordo gusano en estas aguas
En estas tierras un rapaz gusano,
se comió la bandera de la isla
izando la bandera de sus amos,
se nutrió de la sangre prisionera,
de los pobres patriotas enterrados.”…
Días antes y durante la visita de cinco horas que el oportunista mandatario hizo a la isla, el pueblo desfiló portando pancartas, y hasta una enorme bandera de Puerto Rico, coreando consignas una de las cuales decía: “el tumor colonial lo vamos a extirpar con la independencia, mientras gritaban “YANQUI GO HOME” emblemática frase que pronuncian los pueblos dignos cada vez que se les insulta con la visita un Cesar o un Cónsul imperial.
Las protestas fueron además un homenaje a los caídos, a los combatientes perseguidos, encarcelados y torturados, fuego atizado por el espíritu rebelde que vive en el alma y corazón de todo auténtico hijo de Borinquen, que no se vende, como lo hacen no solo en Puerto Rico, sino en otros países, algunos vende-patria, cegados por el brillo del verde dólar, comprador de conciencias y fabricante de chantajes.
Porque los que exigen la libertad de Borinquen, son los herederos del Grito de Lares; del Grito de Jayuya; de Pedro Albizu Campos; de Filiberto Ojeda Ríos; de Avelino y Norberto González Claudio y demás presos políticos detenidos y torturados por los esbirros del FBI, que se pudren en las cárceles de EE UU adonde son enviados esposados, encadenados y acusados de terroristas, etiqueta que el Imperio coloca a todo aquel lucha contra el extranjero ocupante de su patria.
Son los que levantan su voz de protesta, llevando en sus manos una pancarta, una bandera, escribiendo con un graffiti la palabra “Independencia” o esgrimiendo un arma de guerra, sublevado contra la opresión de un imperio que se niega a darle libertad a Borinquen.
Y es que Puerto Rico, la más antigua colonia del planeta, tiene el legítimo derecho que asiste a todo pueblo, a rebelarse contra el ocupante extranjero, no importa que la ocupación se esconda tras la fachada del Estado Libre Asociado, diabólico engendro del imperio yanqui usado para ocultar la explotación de un pueblo convertido en su esclavo y también en su soldado, enviándolo a morir en las guerras de conquista que desata alrededor del mundo.
Mas la vitrina de boutique que es Borinquen, “Isla del Encanto” para consumo de turistas, se romperá inexorablemente bajo el demoledor impacto de la dignidad de sus hijos, que prosiguen en su lucha libertaria, y a pesar de la muerte, represión, persecución y cárcel que impone el ocupante con su inmenso poderío habrá de ceder más temprano que tarde ante la marcha arrolladora de un pueblo dispuesto a conquistar su libertad e independencia.
Y una señal más de que ese día esta cercano, se dio este 20 de junio, de acuerdo con sendas notas de Prensa Latina y AVN, cuando representantes de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Ecuador lograron que iniciara en la ONU el debate orientado a la puesta en marcha de mecanismos dirigidos a lograr la independencia de Puerto Rico, legitima aspiración de ese pueblo que EE UU viene obstaculizando durante años.
El proyecto de Resolución fue presentado por esos cinco países miembros del ALBA, ante la Comité de Descolonización de la organización mundial, órgano que reiteró que “el pueblo puertorriqueño constituye una nación latinoamericana y caribeña que tiene su propia e inconfundible identidad nacional.”
“El comité, -señalan ambas notas- instó al gobierno de EE UU a asumir su responsabilidad en ese proceso y destacó el amplio apoyo de personalidades, gobiernos y fuerzas políticas de America Latina y el Caribe a las legitimas aspiraciones de la nación caribeña.”
“Por otra parte, enfatizo sobre la creación de mecanismos, entre ellos, de una Asamblea Constituyente (o de un Referendum) que asegure la participación de todos los sectores en la búsqueda de alternativas descolonizadoras reconocidas por el Derecho Internacional.”
La recomendación de crear esos mecanismos se hizo seguramente con la idea de evitar que el Imperio, en complicidad con la oligarquía criolla vende-patria, haga uso de su monumental poder económico y mediático, en caso de acordarse la celebración de l consulta , para hacer creer al pueblo que se esta mejor como colonia siendo esclavo, y no libre y soberano como país independiente.
Que se está muy bien siendo súbdito de EE UU, mucho mejor que ciudadano de un país tercermundista, ya que pueden viajar y vivir en la Metropoli como ciudadano estadounidense, en busca del “American Dream” o “Sueño americano.”
Lo que nunca les dirán, es que mas de la mitad de la población de la isla,(4,6 millones que han emigrado a EE UU en pos del “American Way of Life” y que la mayoría de ellos jamás la alcanzaron; que viven en los ghetos de Nueva York y otras grandes urbes, maltratados y discriminados como los negros afroamricanos y los latinoamericanos, hostigados y perseguidos por la policía que los golpea y a veces mata sin motivo alguno.
Y que, cuando acuciados por la miseria se hunden en los abismos de delitos como el de la droga, terminan en la cárcel o en el cementerio.
Y que, aquellos que escapan de esa suerte, especialmente los jóvenes, y buscan refugio en el ejercito yanqui para sobrevivir a la pobreza y miseria,, son usados como carne de cañón en las aventuras bélicas del Imperio, y que y cuando caen en combate, sin honor ni gloria, regresan en féretros envueltos en la bandera de las barras y estrellas, que no es la suya, porque la de Puerto Rico tiene una sola y única estrella.
Y mientras Barack Obama contaba como un avaro el millón de dólares recaudado durante su insolente visita a Borinquen, en la sede de la ONU proseguía, incólume a las maniobras que su contra ha desatado Washington, el debate impuesto por cinco pueblos hermanos miembros del ALBA, para que Puerto Rico, la colonia mas antigua del planeta se libere de las garras del imperio que desde hace más de un siglo viene sojuzgando a su pueblo.
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