“Ser soldado de la revolución significa: guardar fidelidad infrangible a la causa, una fidelidad que se comprueba tanto en la vida, como en la muerte; significa demostrar absoluta fiabilidad...
Marc M. Navarro
“Ser soldado de la revolución significa: guardar fidelidad infrangible a la causa, una fidelidad que se comprueba tanto en la vida, como en la muerte; significa demostrar absoluta fiabilidad, confianza, audacia y energía en cualquier situación.” Ernst Thälmann
1. Introducción
1. Introducción
En el sistema educativo actual, nos encontramos con la ESO, un intento del gobierno para que todos los alumnos del país tengan un mínimo de cultura básica (por eso es obligatoria). Sin embargo, teniendo en cuenta que el ámbito de la cultura es muy extenso, ¿Qué clase de educación nos dan? Si pensamos en la eterna pregunta “¿Esto a mí de qué me servirá en la vida?”, los profesores suelen saltarse algunos puntos de los libros de texto. Por un lado, de esa manera ganan tiempo para dedicarlo a otros temas, y por otro, suelen ser los puntos dónde se formula la anterior pregunta. Un ejemplo sería, dedicar tres clases para explicar el fascismo y una y media para explicar el comunismo.
Dedican más tiempo al fascismo, porque los nombres de Hitler, Franco o Mussolini nos
son conocidos, y teniendo en cuenta que estos nombres “a mí me suenan”, los profesores dedican tiempo a explicar (como pueden) lo que ocurrió en la Alemania nazi, II Guerra Mundial, etc. Sin embargo, cuando llegamos al comunismo, nos explican la revolución de Lenin, el papel soviético en la II GM y por encima un poco sobre Stalin y la guerra fría. Evidentemente, hay que dedicar tiempo a explicar los horrores del nazismo y la represión, sin embargo dedican poco tiempo a la URSS, porque los EUA ganaron la guerra fría. ¿Para qué hablar de la revolución o el Estado socialista si es un sistema que dicen que no funciona? (¿para qué explicar la filosofía o la historia del comunismo “si es una dictadura y sólo provoca muerte y destrucción”?).
Como siempre, la historia la escriben los vencedores. Un personaje (entre muchísimos otros) olvidado, es Ernst Thälmann. Thälmann hizo una revolución un mes antes que el putsch de Hitler. Cuatro años antes hubo otra revolución en Berlín. Dos revoluciones en menos decinco años, ¿¡Y no nos dicen nada?! No nos dicen nada porque creen que no vale la pena. Que por un lado no triunfaron, y por otro Hitler fracasó pero consiguió llegar al poder diez años después. Aquí está la diferencia, Thälmann fracasó, y nunca llegó al poder. Hitler llegó al poder y por sus actos se le recuerda (y maldice). Ernst Thalmann fue un líder del KPD (Kommunistische Partei Deutschlands, Partido Comunista de Alemania) y su papel durante la República de Weimar fue muy importante. Por un lado por su revolución, por otro porqué fueron él y el KPD quienes denunciaron el militarismo del partido nazi y que su llegada al poder solo traería miseria y guerra para Alemania. “Un voto para Hindenburg es un voto para Hitler, un voto para Hitler es un voto para la guerra”, era el lema propagandístico del KPD para las elecciones de 1933.
son conocidos, y teniendo en cuenta que estos nombres “a mí me suenan”, los profesores dedican tiempo a explicar (como pueden) lo que ocurrió en la Alemania nazi, II Guerra Mundial, etc. Sin embargo, cuando llegamos al comunismo, nos explican la revolución de Lenin, el papel soviético en la II GM y por encima un poco sobre Stalin y la guerra fría. Evidentemente, hay que dedicar tiempo a explicar los horrores del nazismo y la represión, sin embargo dedican poco tiempo a la URSS, porque los EUA ganaron la guerra fría. ¿Para qué hablar de la revolución o el Estado socialista si es un sistema que dicen que no funciona? (¿para qué explicar la filosofía o la historia del comunismo “si es una dictadura y sólo provoca muerte y destrucción”?).
Como siempre, la historia la escriben los vencedores. Un personaje (entre muchísimos otros) olvidado, es Ernst Thälmann. Thälmann hizo una revolución un mes antes que el putsch de Hitler. Cuatro años antes hubo otra revolución en Berlín. Dos revoluciones en menos decinco años, ¿¡Y no nos dicen nada?! No nos dicen nada porque creen que no vale la pena. Que por un lado no triunfaron, y por otro Hitler fracasó pero consiguió llegar al poder diez años después. Aquí está la diferencia, Thälmann fracasó, y nunca llegó al poder. Hitler llegó al poder y por sus actos se le recuerda (y maldice). Ernst Thalmann fue un líder del KPD (Kommunistische Partei Deutschlands, Partido Comunista de Alemania) y su papel durante la República de Weimar fue muy importante. Por un lado por su revolución, por otro porqué fueron él y el KPD quienes denunciaron el militarismo del partido nazi y que su llegada al poder solo traería miseria y guerra para Alemania. “Un voto para Hindenburg es un voto para Hitler, un voto para Hitler es un voto para la guerra”, era el lema propagandístico del KPD para las elecciones de 1933.
2. La Alemania de finales del siglo XIX
La fuerza político-económica de Alemania a lo largo del siglo XIX fue muy importante.
Alemania era una de las tres grandes naciones que poseían un gran número de colonias (motivo por el cual era un imperio extenso). El Káiser, era el máximo órgano de decisión en Alemania, en él residía todo el poder imperial. Antes de la unificación de Alemania, ésta se dividía en centenares de ciudades-estado, la mayoría de ellas divididas entre sí por conflictos económicos. El comercio en Alemania era el motor de su economía, principal interés para obtener el mayor número de colonias posible para extender el comercio, y como consecuencia aumentar sus beneficios. La unificación de Alemania, se hizo posible gracias a un hombre, Otto Von Bismarck, quien empezó una campaña político-militar para unificar a todos los alemanes en un gran Estado.
Bismarck, junto al Káiser Wilhelm I unieron a la mayoría de ciudades-estado y en 1870 se declaró la unificación de la nación alemana, y la guerra con Francia. Entre 1870 y 1871, alemanes y franceses lucharon por Alsacia y Lorena (territorios que pertenecían a Francia y dónde vivían miles de alemanes). La llamada guerra “Franco-Prusiana”, fue ganada por los prusianos, que al fin, conquistaron Alsacia y Lorena. Fue entonces cuando las posesiones alemanas que había en Europa, se unieron bajo la “Gross Deutschland” (la Gran Alemania, que 60 años más tarde Hitler reclamaría).
Políticamente el país estaba unido, socialmente estaba dividido. Los trabajadores alemanes no eran distintos a los trabajadores franceses o ingleses. El socialismo utópico (con mucha presencia francesa, como Cabet o Proudhon) veía las diferencias entre las clases sociales e intentó de un modo u otro mejorar las condiciones de la clase trabajadora, pero fracasó. Entonces, en Alemania, un grupo de pensadores, entre ellos Kart Marx y Friedrich Engels, creían que era posible cambiar las cosas. El antecedente que tenían dichos autores, era el socialismo utópico, que como indica su nombre, se basaban en utopías personales. Sin embargo, Marx y Engels, formularon la base del socialismo científico o “Marxismo”, que fue la mayor influencia entre los obreros alemanes en el siglo XIX (y XX). Después de la “Comuna de París”, los obreros alemanes tomaron aquel hecho como un ejemplo, y empezaron a mejorar la organización de los sindicatos (ilegales). La huelga, se convirtió en su mejor arma, pero
la represión era muy grande. Aún así, eran millones las personas que eran explotadas, y poco a poco sus organizaciones fueron mejorando, cosa que les permitió intentar mejorar sus condiciones de vida, o incluso a atacar aquellos que les explotaban.
3. La República de Weimar
Cuando el Káiser Wilhelm II (Guillermo II) tomó el poder, había mucha agitación social en Europa. Los obreros se estaban organizando, y los beneficios procedentes de las colonias disminuían cada vez más. Este era el principal problema de Alemania, Francia e Inglaterra. Cuando éstas quisieron expandir sus posesiones, estalló la I Guerra Mundial. El resultado se saldó con la derrota de Alemania y una Europa destruida.
Después de la firma del Tratado de Versalles en 1919, se firmó en Weimar la constitución de una república, la República de Weimar (que aún así, era conocida como “Deutches Reich” (el Imperio Alemán)). La República, fue declarada tras la revolución de 1918.La “inexperiencia democrática” de los sucesivos gobiernos, fue un gran problema para lograr cambios sociales. Los comunistas tenían mucha influencia sobre las masas (los Social-Demócratas llegaron a combatirles en el Parlamento, el Reichstag), y fue entonces cuando los conservadores y los militares se fijaron en el Partido Nacional-Socialista. En las elecciones de 1933, cuando Hindenburg tendió su mano a Hitler, fue cuando la democracia murió y cuando la advertencia del eslogan del Partido Comunista, se cumplió. Alemania se vio finalmente arrastrada hacia otra Guerra Mundial, cuando su mayor oposición hasta 1943 (10 años) fueron los comunistas.
El primer gobierno de la República de Weimar fue del SPD (Sozialdemokratische
Partei Deutschlands, Partido Social-demócrata de Alemania) a mano del Presidente Friedrich Ebert, que gobernó entre 1918 y 1925 y el Canciller Philipp Scheidemann. El último gobierno estuvo a cargo del Presidente Paul von Hindenburg y el Canciller Adolf Hitler. La República debía enfrentarse a una crisis tanto política como económica de Alemania. Entre 1923-1925, gracias al Ministro de Relaciones Exteriores Gustav Stresemann Reichskanzler, se redujeron los disturbios y el déficit económico. Aún así, ningún gobierno consiguió solucionar los problemas del país, que culminaron con la decisión de Hindenburg de elegir a Hitler como Canciller, acción totalmente ilegal, ya que Hitler no ganó las elecciones de 1933 (no tenía mayoría). Sin embargo, Hindenburg, en 1929, decidió crear una ley que permitiera al Presidente elegir al Canciller (algo totalmente ilegal). Los principales partidos políticos que hubo durante la República de Weimar fueron de izquierda: Partido Comunista de Alemania (KPD), Partido Social-Demócrata de Alemania (SPD), Partido Social-demócrata Independiente
de Alemania (USPD); y de derecha: Partido Nacional del Pueblo de Alemania (DNVP),
Partido Nacional-Socialista del Trabajo Alemán (NSDAP).
4. Nacimiento, familia y condición social
Ernst Thälmann nació el 16 de Abril de 1886, en la ciudad portuaria de Hamburgo, en el seno de una familia de clase trabajadora. Las condiciones de la clase trabajadora en aquellos años eran penosas. Los obreros trabajaban más de 14 horas al día, el salario era mínimo, las mujeres cobraban menos que los hombres (muchas se veían forzadas a prostituirse para ganar dinero) y los niños a partir de los 10 años dejaban la escuela para ponerse a trabajar y de ese modo “mejorar” mínimamente la economía del hogar. No era de extrañar pues, que los hijos fueran numerosos en las familias trabajadoras ya que cuantos más hijos tuvieran más trabajarían, y por lo tanto, se ingresaría más dinero.
Thälmann no fue una excepción. Su padre, Johannes Thälmann (también llamado “Jan”) nació en Holstein Wedde y trabajó allí como sirviente hasta que conoció a su futura esposa María Magdalena Thälmann (el apellido de soltera era Kohpeiss) que era hija de un carpintero. En 1884 se casaron en Hamburgo, y poco después abrieron una pequeña tienda en Hamburg-Eilbeck. Allí, el pequeño Ernst entró por primera vez en contacto con el mundo de los negocios. Poco a poco, fue conociendo los diferentes mercados donde iban los trabajadores a comprar comida. Fue allí, donde se dio cuenta de las diferencias sociales. No entendía porque había gente pasando hambre y otra que gastaba mucho dinero en decorar sus casas. Gracias al negocio que abrieron sus padres, Ernst pudo ir al colegio. Era un buen estudiante y no tenía demasiados problemas con las asignaturas, le encantaban: la historia (universal y natural), las matemáticas y la educación física (el deporte en general), sin embargo, tenía problemas con la religión.
Llegó a encararse con su profesor (un cura) porque no entendía el porqué Dios no ayudaba a los pobres. Aún así, sus padres, profundamente religiosos, le obligaban a atender en dicha asignatura. Ernst no llegaba a comprender lo que pasaba a su alrededor. Llegó a acostumbrarse a ver la pobreza en su vida cuotidiana, en su propia familia. Veía concentraciones de trabajadores y no sabía porque no trabajaban, “como su padre”. A todo eso no empezó a verle el sentido hasta que a los 10 años comenzó a trabajar en el puerto de Hamburgo cargando enormes sacos, que fue cuando se dio cuenta de la dura vida del trabajador. Los hombres se pasaban el día cargando y descargando sacos durante horas. Fue entonces, cuando empezó a entender las reuniones de trabajadores.
Cuando oía a los mayores hablando en la taberna, él escuchaba, aprendía. Fue entonces, cuando entendió el significado de la explotación, de las huelgas y del odio.
Segunda parte
5. Carrera política
A partir de las huelgas de 1896 en el puerto de Hamburgo, Ernst quería cambiar las condiciones de la clase trabajadora, un sentimiento que le duró toda su vida. En 1902, tuvo una fuerte discusión con sus padres, y se fue a vivir en un asilo y luego en el sótano de un apartamento. En 15 de Mayo de 1903, Thälmann ingresa en el SPD.
Aquél mismo año trabajó como fogonero en un carguero y viajó unos años por el mar, lo que aprovechó para conocer la situación de la clase trabajadora en otros países. En 1904 ingresó en la Unión de Comercio, Transporte y Tráfico de trabajadores de Alemania. Durante muchos años, Thälmann se dedicó a luchar por los derechos de los trabajadores en el puerto de Hamburgo, hasta que en 1915 fue llamado a filas. Antes de eso, en Enero del mismo año, se casó con Rosa Koch. Ernst luchó hasta el final de la guerra en el frente occidental, donde participó en la ofensiva del Somme (1916) y fue herido dos veces. En 1918, ingresó en el USPD (Partido Social-demócrata Independiente de Alemania). En 1919 fue elegido Presidente del Partido. El primer gran paso para Thälmann fue la unión del USPD (escisión del SPD, pues éste no era un partido revolucionario) con el KPD (herederos de la Liga Espartaquista). En 1920 fue nombrado miembro del Comité Central del KPD. En 1921, fue elegido para representar al KPD en Moscú para su adhesión en la III Internacional, donde conocería personalmente a Lenin. Cuando volvió, en 1922, hubo un atentado contra él en su casa, por parte de un grupo paramilitar de extrema derecha llamado “Konsul”, no hubo muertos ni heridos. En Febrero de 1924 fue nombrado vicepresidente del Partido.
En Septiembre de 1925 fue elegido Presidente del KPD y se presentó a las elecciones, donde solo consiguió el 7% de los votos. En 1926, como muestra de solidaridad con los obreros de Inglaterra, inició una huelga en Hamburgo, que tuvo éxito y reconocimiento internacional. En 1928 fue herido en una manifestación en Berlín, y más tarde, en Moscú fue nombrado miembro honorario del crucero Aurora. Aquél mismo año, el “Asunto Wittorf” manchó su imagen. John Hamburger Wittorf, funcionario y miembro del KPD fue acusado por malversación de fondos, y Thälmann lo encubrió. Argumentó que en plena campaña electoral no podían permitirse ser acusados de corrupción, y al final no fue destituido como Presidente del KPD.
Aquél mismo año trabajó como fogonero en un carguero y viajó unos años por el mar, lo que aprovechó para conocer la situación de la clase trabajadora en otros países. En 1904 ingresó en la Unión de Comercio, Transporte y Tráfico de trabajadores de Alemania. Durante muchos años, Thälmann se dedicó a luchar por los derechos de los trabajadores en el puerto de Hamburgo, hasta que en 1915 fue llamado a filas. Antes de eso, en Enero del mismo año, se casó con Rosa Koch. Ernst luchó hasta el final de la guerra en el frente occidental, donde participó en la ofensiva del Somme (1916) y fue herido dos veces. En 1918, ingresó en el USPD (Partido Social-demócrata Independiente de Alemania). En 1919 fue elegido Presidente del Partido. El primer gran paso para Thälmann fue la unión del USPD (escisión del SPD, pues éste no era un partido revolucionario) con el KPD (herederos de la Liga Espartaquista). En 1920 fue nombrado miembro del Comité Central del KPD. En 1921, fue elegido para representar al KPD en Moscú para su adhesión en la III Internacional, donde conocería personalmente a Lenin. Cuando volvió, en 1922, hubo un atentado contra él en su casa, por parte de un grupo paramilitar de extrema derecha llamado “Konsul”, no hubo muertos ni heridos. En Febrero de 1924 fue nombrado vicepresidente del Partido.
En Septiembre de 1925 fue elegido Presidente del KPD y se presentó a las elecciones, donde solo consiguió el 7% de los votos. En 1926, como muestra de solidaridad con los obreros de Inglaterra, inició una huelga en Hamburgo, que tuvo éxito y reconocimiento internacional. En 1928 fue herido en una manifestación en Berlín, y más tarde, en Moscú fue nombrado miembro honorario del crucero Aurora. Aquél mismo año, el “Asunto Wittorf” manchó su imagen. John Hamburger Wittorf, funcionario y miembro del KPD fue acusado por malversación de fondos, y Thälmann lo encubrió. Argumentó que en plena campaña electoral no podían permitirse ser acusados de corrupción, y al final no fue destituido como Presidente del KPD.
6. La revolución de 1923
Sin duda alguna, los hechos ocurridos entre los días 23, 24 y 25 de Octubre de 1923, fueron los momentos más decisivos e importantes de la vida de Thälmann. La verdadera importancia de la revolución, no dependía solo del éxito o de su fracaso, era también un aviso, una señal que indicaba por un lado la capacidad de organización de la clase trabajadora (como mínimo, suficiente capacidad como para organizar y coordinar a los distintos trabajadores que participaron en dicha revolución) y que solo era un ejemplo de lo que se podía avecinar si por un lado los trabajadores seguían siendo explotados, o por el otro, si el KPD sería capaz de tomar el poder con una revolución. Sin embargo, acabó fracasando, gracias a la “capacidad” de coordinación y organización entre la policía, los militares y miembros de la extrema derecha. Independientemente de la importancia simbólica que pudiese llegar a tener la revolución, Thälmann y otros tuvieron que desaparecer algún tiempo (fueron protegidos por los propios obreros).
Después del fracaso, llegó la reflexión. En Berlín, se publicó más tarde en el órgano del Partido “Die Rote Fahne” (La Bandera Roja): “Nuestro Partido en conjunto sigue siendo demasiado inmaduro, permitiendo errores de comportamiento y dirección. Por lo tanto, se plasma en la revolución de 1923 la ausencia de uno de sus principales requisitos: la existencia de un Partido Bolchevique”. Así pues, como conclusión final podríamos decir que: “La falta de bolchevización fue la clave de la derrota” (como cita Thälmann en su escrito). Por lo tanto, los miembros del KPD se dieron cuenta de que debían mejorar su organización y su “disciplina revolucionaria”. Pero esa autocrítica no fue suficiente. El KPD empezó a buscar culpables por la derrota. Se acusó a los dirigentes del KPD Heinrich Brandler y a August Thalheimer de “desviados derechistas” y por lo tanto, de responsables del fracaso de la revolución. Fue entonces cuando el KPD -que había ingresado en la III Internacional el año anterior- empezó a mejorar las relaciones con Moscú. A partir de 1925, el Partido empezó a imitar el modelo jerárquico soviético. La revolución de Hamburgo, tuvo mucha importancia. En primer lugar, porque simbolizaba la influencia que tenía el KPD sobre las masas, en segundo porque demostró que la ideología revolucionaria estaba cada vez más viva (ya que después del fracaso del motín de Kiel y de la revolución Espartaquista en 1919, la revolución de Hamburgo dio un fuerte impulso a la tesis revolucionarias) y tercero porque demostró el descontento obrero, cada vez más evidente, y la radicalización de la clase obrera.
7. Enfrentamientos entre el KPD y el SPD
El antecedente del SPD, se fundó el 23 de Mayo de 1863 por la Asociación General de Trabajadores de Alemania (Allgemeiner Deutscher Arbeiterverein en alemán,
ADAV, la primera organización obrera alemana) por Ferdidand Lassalle. No hubo participación marxista en su fundación. En 1864 fundaron la AIT (Asociación Internacional de Trabajadores). En 1869, se celebraba el Congreso constituyente del Partido Obrero Socialdemócrata de Alemania (Sozialdemokratische Arbeiterpartei Deutschlands, en alemán, SDAP) El nuevo partido obrero, liderado por Wilhelm Liebknecht y afín al marxismo, adoptó en aquel congreso el llamado “Programa de Eisenach”, en el que se definía el partido como la sección alemana de la AIT y se exigía, entre otras cosas, la separación entre Iglesia y Estado, el sufragio universal masculino, la sustitución del ejército imperial por una milicia popular, la abolición del trabajo infantil y el desarrollo de un modelo fiscal progresivo y el respaldo estatal al cooperativismo. En 1875, los problemas empezaron con la unión de la ADAV y el SDAP. Las posturas de Lassalle y las “Eisenachianas” quedaron formalmente unidas en el conocido “Programa de Gotha”, duramente criticado por Marx y Engels, pues eran contrarios a las ideas de Lassalle. En 1890, el partido fue renombrado como SPD. En 1891, el SPD reemplazó el Programa de Gotha por el
“Programa de Erfurt”, elaborado por Karl Kautsky, Eduard Bernstein y August
Bebel, programa más radical que el anterior. Aún así, el SPD quiere cambiar la sociedad mediante un proyecto de gobierno democrático, no con una revolución violenta. La crisis del SPD, empezó con la Primera Guerra Mundial. El SPD era partidario de la guerra, pero el ala izquierda del partido no, y se separó creando el USPD. El USPD, no solo era contrario a la guerra, sino que no respetaba los tratos que hacía el SPD con la centro-derecha para conseguir mantenerse al poder, ni que se formaran gabinetes con miembros del SPD y la derecha. Entonces, después de las derrotas electorales, el USPD se desintegró. Unos volvieron al SPD, pero otros se unieron al KPD. El KPD consideraba que el SPD solo quería poder, pues era capaz de pactar con la derecha para conseguirlo. El KPD lo llamaba en tono de burla “Partido Social-Fascista”, y estuvo siempre boicoteando las decisiones o iniciativas del SPD, por un lado consideraba que las decisiones no las tomaba en realidad el SPD sino la derecha, y por el otro las iniciativas fueron siempre insuficientes. Su rivalidad cambiaria con la llegada de Hitler al poder.
8. Nazismo, represión y muerte
El 30 de Enero de 1933, la democracia en Alemania, si de buen principio ya era débil, cuando Hitler llegó al poder tenía las horas contadas. Con la llegada del fascismo al poder, Thälmann y el KPD debían reaccionar. Antes de la llegada al poder de Hitler, Thälmann ya empezó a criticar a los nazis. En la 12ª concentración del KPD entre el 9 y 15 de Junio de 1929, en Berlín-Wedding, Thälmann destacó la confrontación con el SPD, comentó también los problemas del país y de las relaciones exteriores. Por un lado, criticaba la política del nacional-socialismo, por el otro exigía la retirada de la Liga de Naciones y de las compensaciones de guerra. En 1931, envió una carta al “Nuevo Periódico Alemán de los Agricultores” donde criticaba a los nacionalistas de Hindenburg y a los nazis de Hitler que no cumplían con el plan para erradicar las reparaciones de guerra o la salida de la Liga de Naciones. También dejó muy claras sus ideas sobre la liberación nacional y social de Alemania.
En Marzo de 1932, Thalmann se presentó como candidato a las elecciones. Aquel mismo año el SPD ofreció al KPD hacer una “acción antifascista” para ir juntos contra Hitler, pero nunca llegaron a un acuerdo. Cuando Hitler llegó al poder, el KPD quiso reaccionar en seguida y propuso al SPD hacer una huelga general para boicotear el ascenso al poder de Hitler, pero no triunfó. En la clandestinidad, el político del SPD Herbert Wehner, propuso a Thalmann hacer un “Frente Popular” entre el KPD, el SPD y los liberales. El 3 de Marzo de 1933, Thälmann fue detenido en Berlín. Fue encarcelado, aislado e incomunicado. Su mujer Rosa podía visitarle, y conseguía darle mensajes entre la ropa que le podía dar.
Thälmann tenía acceso al correo o incluso a leer periódicos. Dejó el cargo que ostentaba en manos de John Schehr. Su juicio fue el típico montaje nazi y fue encarcelado. En 1936, cuando cumplió 50 años, recibió felicitaciones de mucha gente. En 1939, Stalin dejó de interesarse por él después de firmar la no-agresión con los nazis. Fue trasladado a la cárcel de Hannover y luego a Bautzen. En 1944, fue trasladado por la Gestapo al campo de concentración de Buchenwald. En la mañana del 18 de Agosto de 1944, Thälmann es trasladado por hombres de las SS, y llevado al sótano del campo, donde estaban los hornos crematorios y allí fue fusilado. Aún así, hoy en día siguen existiendo diferentes teorías sobre su muerte. Un preso polaco testificó diciendo que lo fusilaron en Buchenwald, pero el caso se cerró en 1988, absolviendo al SS superviviente por falta de pruebas.
9. Conclusiones
La vida de Thälmann estuvo marcada por las críticas y la polémica. En un principio era solo “uno más” entre los trabajadores de Hamburgo, pero fue de los primeros en plantar cara oficialmente al Estado y a los patronos, a pesar de la represión que había en aquel momento. Como cualquier líder político de entonces (incluso como hoy en día) era criticado, insultado o caricaturizado por sus rivales. El paso que hay entre un “hombre corriente” a ser un líder de un partido político es inmenso (sobre todo en responsabilidad). Thälmann, a nivel político, fue criticado por: atacar al SPD, ya que mucha gente de “izquierdas” consideraban que, si los únicos partidos capaces de plantar cara a los nazis -el SPD y el KPD- se discutían entre ellos, nunca podría haber una unidad antifascista. También se consideraba que al querer formar parte de la III Internacional, no lo hacía “por el bien” del KPD, sino que quería “estalinizar” el Partido para ser él quien mandara y por lo tanto, podría hacer abuso de poder y echar a quien quisiera. Fue criticado también por seguir consejos y órdenes del PCUS y desatender las decisiones del Comité Central del KPD. En el ámbito familiar, se considera que tuvo relaciones extramatrimoniales y que de dichas relaciones tuvo diversos hijos (rumores que nunca se han demostrado). Por lo tanto, como figura pública que fue Thälmann en su momento, recibía más críticas que cumplidos, críticas de las cuales hoy en día, algunas se mantienen. Sin embargo, Ernst Thälmann, fue y sigue siendo uno de los personajes más importantes de la historia contemporánea alemana. Thälmann unificó primero a los obreros de Hamburgo, y luego lo intentó con los de toda Alemania. La revolución de Thälmann fue sin duda, el síntoma más claro de la organización obrera.
Demostró que los obreros sí podían conseguir sus objetivos si se lo propusiesen. Fue un hombre muy homenajeado, incluso hoy en día. En la guerra civil española, la XI
Brigada Internacional le dedicó el nombre de un batallón y muchos intelectuales del momento le admiraban. Durante la RDA, se hicieron edificios y monumentos a doquier con su nombre. Por lo tanto, como conclusión, independientemente de lo que uno pueda pensar sobre Thälmann, sigue siendo uno de los personajes clave del siglo XX alemán, y de la lucha antifascista. Por desgracia, hoy en día, su memoria está siendo borrada, por los mismos que él combatió en su momento. Es uno de muchos personajes que, por su condición de comunista y antifascista, está a punto de desaparecer de las páginas de la historia, y es cosa de todos que esto no ocurra.
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