ERNESTO CARMONA / MAPOCHO PRESS – Un increíble acierto foto-periodístico registró a un encapuchado que participaba en la marcha estudiantil del jueves en el instante en que protegió y salvó a un miembro del ejército a quien los manifestantes gritaban “¡Asesino!”, en la intersección de Alameda y Diagonal Paraguay, frente al cerro Santa Lucía, en el centro de Santiago. El acierto periodístico fue de Mario Ruiz, fotógrafo de la agencia española EFE.
La pregunta del millón es si el encapuchado era un manifestante de verdad o un infiltrado de Carabineros o de algún servicio de inteligencia. Para el portal “Generacion 80” podría tratarse de alguno “de los ‘capucha’ funcionarios públicos de Carabineros que inician e incitan a las manifestaciones y luego detienen a los jóvenes que se involucran en ellas”.
El fotógrafo Ruiz contó que por ese lugar transitaba una camioneta tipo Van, sin ningún distintivo institucional, que transportaba militares, entre ellos al uniformado que aparece en la foto, quien descendió del vehículo para increpar a los manifestantes que habían lanzado piedras. “Y ellos se van encima, sin agredirlo físicamente, y le empiezan a gritar asesino”, relató. Según el reportero gráfico, el militar dialogó con los manifestantes, “dice que no mató a nadie y en ese momento, lo agarra el capucha grandote –porque era bastante grande–, el de la foto, lo abraza y se lo lleva al furgón”.
El autor del acierto fotográfico dijo que todo “ocurrió en un minuto”. El vehículo se retiró rápidamente con el militar nuevamente a bordo, mientras el encapuchado se alejaba discretamente del lugar. Ruiz le dijo a LaNación.cl que el episodio le parecía “como el ying y el yang, el blanco y el negro; es eso, es un capucha protegiendo un militar, cuando producto de la Constitución de un militar se ha provocado todo esto”.
Historial gráfico de “capuchas” e infiltrados
Una de las primeras pruebas gráficas de un “paco” infiltrado entre los estudiantiles mostró a dos civiles junto a un pelotón de carabineros que reprimirían la marcha del 16 de junio. El detalle es que uno tomaba fotos mientras su acompañante portaba un vistos esantarte de la Juventud Comunista.
Los “sapos” e infiltrados “observan” y toman fotos que luego enseñan a sus colegas uniformados para que sepan a quien aprehender. El esquema político-represivo y mediático del gobierno es muy simple: si se niega el permiso para una marcha, como ocurrió el 4 de agosto y el 6 de octubre, la policía inicia la violencia porque “no existe autorización” y ataca a la gente que circula o permanece en las veredas, así sean sólo dos personas. En la escena siguiente de este guión aparecen los encapuchados, que proporcionan a los grandes medios y a los voceros del gobierno el material para privilegiar los “informes” monocordes sobre la violencia y los daños materiales causados por la marcha de los estudiantes.
El gobierno y la policía aplican en pequeño –y quizás sin haberlo estudiado jamás en libros políticos– aplican tácticas policíaco-mediáticas que evocan la teoría del foco del Che Guevara y las enseñanzas filosófico-militares de Mao Tse Tung: Si la marcha resulta autorizada, el guión establece una acción que inician encapuchados lejos del centro de los acontecimientos, donde se encuentra la gran masa de estudiantes a rostro descubierto, pero muy cerca de donde están las tropas de carabineros, que no se dan por enterados y no reprimen al foco, que al poco rato consigue “incendiar la pradera” y concitan el malestar del vecindario por tanto destrozo que reflejan en la noche los noticiarios de TV, pero excluyendo el daño provocado por los gases lacrimóenos que penetran a los departamentos y afetan la salud de sus moradores.
Así, los grandes medios de TV tienen de nuevo abundante material para privilegiar sus informes focalizados en la violencia, vandalismo y daños a la propiedad. Se supone que la puesta en práctica de esta teoría ayudaría a mejorar la valoración del gobierno en las encuestas, porque se exhibe a los carabineros como “víctimas” y el guionista de este sencillo western pretende “demostrar” que los estudiantes son “los malos” (e “irresponsables”). Es simple, pero no siempre funciona, porque las imágenes terminan mostrando cómo los carabineros violan cruelmente los derechos humanos de niños y niñas estudiantes. Y todo se revierte cuando los policías se salen de este guión y las emprenden contra las cámaras, sin darse cuenta que están siendo grabados, porque hoy cualquier persona puede ser reportero, sin necesidad de estudiar periodismo ni pertenecer a la orden profesional. De otro modo no podrían existir los medios comunitarios y populares de radio y TV, y las grandes estaciones tampoco podrían alimentar su sección “Caza noticias” o “Periodismo ciudadano”.
El desenmascaramiento más espectacular de un infiltrado ocurrió el 8 de agosto, en Valparaíso, cuando un encapuchado que incitaba a los desórdenes fue acosado por los propios estudiantes y terminó refugiándose en la caseta de Carabineros del Congreso de la República. La policía reconoció que se trataba de uno de los suyos, pero no entregó su nombra ni quiso dar más información ni siquiera a los diputados presentes.
El portal Generación 80 ofrece una verdadera galería de “sapos”, e infiltrados, captados in fraganti en 23 semanas de movilización estudiantil, desde la primera marcha del 28 de abril. Este impresionante recuento gráfico del acuar de “mirones (as) de inteligencia” durante casi 6 meses de conflicto estudiantil, muestra personas que se repiten en casi todas las marchas y puede verse en “Festival del Sapo: estos son los infiltrados” (http://www.g80.cl/noticias/noticiacompleta.php?varbajada=12648).
El gobierno de Piñera terminó reconociendo la actuación de estos personajes en su particular concepto de “mantenimiento del orden público”. En víspera de la marcha del 23 de junio, el entonces intendente de Santiago, Fernando Echeverría, anunció que habría policías encubiertos infiltrados para “contener a grupos de violentistas que protagonizan desmanes”. No sólo la prensa alternativa, sino también los grandes medios y hasta los principales canales de televisión han registrado a estos personajes que incitan a la violencia y al vandalismo para justificar la represión de Carabineros. Chilevisión mostró a uno que a la hora de almuerzo se sacó la capucha y se dirigió a gastar su viático en un restaurante cercano al ministerio de Educación y a pocos metros del palacio de La Moneda para reponer energías y retomar después la tarea. Incluso algunos han sido identificados:
En la manifestación del 26 de agosto 2010, convocada por los estudiantes y la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), Carabineros introdujo policías provocadores un tanto chambones porque perdieron una mochila con esposas, un equipo de radio-comunicación, las TIFAs (tarjeta de identificación de las Fuerzas Armadas), cédulas de identidad e instructivos para actuar en marchas, entre otros “implementos de trabajo”. La policía uniformada detuvo a dos trabajadoras del Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM) y a una joven de 16 años, a quienes inculpó de robar las especies introducidas por los agentes secretos en la manifestación. Esta noticia no fue recogida or los medios, excepto radio Cooperativa.
Carabineros amenazó con acusar de robo a las funcionarias detenidas si no entregaban la mochila, relataron testigos de los hechos al diputado comunista Guillermo Teillier. El 27 de agosto, la menor y su madre, también funcionaria del SERNAM, presentaron un recurso de amparo ante los tribunales, representadas por el abogado Nelson Caucoto, por la figura de “apremios ilegítimos”. El material de cobertura fotográfica sobre los objetos abandonados por los descuidados agentes secretos fue entregado a Fiscalía para su investigación.
Por radio Cooperativa, Andrea Figueroa, secretaria general de la Asociación Nacional de Funcionarios del Sernam (Anfusem), acusó de tortura sicológica a Carabineros. Explicó que el incidente se inició cuando “dos funcionarias del servicio, yo estaba cerca de ellas, intentan ayudar a un joven que estaba siendo detenido por Carabineros y en el forcejeo a este joven se le cae la mochila” que posteriormente descubrieron que contenía material propio de los uniformados.
Cuando se iban retirando y la protesta ya había finalizado, “sorpresivamente un grupo de Fuerzas Especiales nos cae por la espalda y nos detienen en forma muy violenta. Nos suben a una micro de Carabineros”, donde estaba detenida una estudiante secundaria, hija de una funcionaria del Sernam, a quien suben al bus “con mucha violencia. La madre la trata de defender y dentro de la micro Carabineros de Fuerzas Especiales las golpean a ella, a su hija y a otra funcionaria”, mientras “a nosotras nos mantenían en la parte de atrás de la micro sin poder intervenir”.
La dirigenta de Anfusem relató que “al entrar nosotros a la 3a Comisaría hay por lo menos 15 funcionarios de civil muy jóvenes que habíamos visto en la marcha participando como cualquier estudiante e incluso promoviendo desórdenes”. La ANEF y la Comisión de DD. HH. de la Cámara de Diputados presentaron entonces una querella a la Corte Marcial “para denunciar la infiltración de Carabineros en un movimiento gremial”.
*) Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno
domingo, 9 de octubre de 2011
Chile: un fotografo “captura” a un encapuchado salvando a un militar en el medio de manifestación
9:18
1 comment
que fantasiosos que son, claro que algo de verdad hay, un poli infiltrado es eso, un infiltrado quien debe hacer desorden para pasar entre los verdaderos delincuentes, tomar fotos para aprender a los verdaderos delincuentes....según uds. esto esta mal? si piensan que si...tan cagados con su basura comunista...ahora esa publicación de que el gobierno...bla bla bla...las marchas...el desorden para que los pacos sean las victimas...noooooo, es un recurso de prensa barata...podríamos decir entonces que el "guerrillero" fomenta la violencia??? que me dicen a esto...OJO: distinto es decir: policías infiltrados generan desorden para lograr la captura de verdaderos delincuentes....a decir policías generan desorden para parecer victimas...
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