miércoles, 9 de noviembre de 2011

El Frente de Liberación de Libia (FLL) se organiza en el Sáhel


Franklin Lamb - Counter Punch / Rebelión.- Al borde del Sáhel, Niger. “Sáhel” en árabe significa “costa” o “línea de la costa. A menos que se haya estado presente hace 5000 años cuando, según antropólogos, comenzó el primer cultivo de nuestro planeta en lo que era entonces una región exuberante, pero ahora semiárida, donde las temperaturas llegan a 52ºC, y solo los camellos y una variedad de criaturas pueden descubrir fuentes de agua, parece un extraño nombre para esta franja de hasta 724 km de ancho de arena ardiente que va desde el Océano Atlántico al Mar Rojo. 
Sin embargo, cuando se está al borde, el Sáhel tiene la apariencia de una especie de línea costera divisora entre las interminables arenas del Sahara y las hierbas de la sabana hacia el sur. Partes de Mali, Argelia, Níger, Chad y Sudán, todas a lo largo de la frontera libia caen dentro de esta supuesta tierra de nadie.
Actualmente el Sáhel suministra protección, sitio de reunión de armas e instalaciones de almacenamiento, para campos de entrenamiento y escondites así como una formidable base para los que trabajan por organizar el creciente Frente Libio de Liberación (FLL). El objetivo del FLL es liberar Libia de lo que considera como marionetas coloniales instaladas por la OTAN. La región del Sáhel es solo uno de múltiples sitios que se preparan para la próxima fase de resistencia contra los rebeldes de la OTAN, dirigida por miembros de las tribus Gadafi y Wafalla.
Cuando recientemente entré a una sala de conferencias en Níger para encontrar a algunos recientes evacuados de Libia que, según mis informaciones, se estaban preparando para lanzar una “lucha popular empleando la táctica maoísta de 1.000 cortes” contra el “actual grupo que pretende representar Libia”, me impresionaron dos hechos.
Uno fue que la cantidad de personas presentes no parecían estar descuidadas, intensamente fervientes o desesperadas sino que obviamente estaban tranquilas, calmas, organizadas y eran metódicas en su comportamiento.
Mi colega, miembro de la tribu Gadafi de Sirte explicó: “Más de 800 organizadores han llegado desde Libia solo a Níger y más llegan cada día”. Un oficial en uniforme agregó: “la situación no es como la presentan vuestros medios occidentales, de desesperados leales a Gadafi que distribuyen frenéticamente montones de dinero y barras de oro para comprar su seguridad frente a los escuadrones de la muerte de la OTAN que ahora pululan en las áreas norteñas de nuestra patria. Nuestros hermanos han controlado las rutas sin fronteras en esta región durante miles de años y saben cómo no ser detectados por los satélites y los drones de la OTAN.”
Mientras estaba sentado en una reunión inicial pensé en otro tema: la gran diferencia que pueden representar tres décadas. Recordé mi visita al ex líder de la juventud de Fatah, Salah Tamari, quien hizo buen trabajo como negociador para sus compañeros reclusos en el campo de prisión israelí en Ansar, en el sur del Líbano durante la agresión de 1982. Tamari insistió en unirse a algunos de ellos en una nueva base de la OLP en Tabessa, Argelia. Fue poco después que la dirigencia de la OLP, erróneamente a mi juicio, aceptó evacuar el Líbano en agosto de 1982 en lugar de librar una defensa como en Stalingrado (hay que admitir sin esperar al inexistente Ejército Rojo) y la dirigencia de la OLP aparentemente creyó en las promesas del gobierno de Reagan de “un Estado palestino garantizado por EE.UU. dentro de un año. Eso lo pueden llevar al banco” según el enviado estadounidense Philip Habib. Aparentemente, siempre confiado, por algún motivo, en Ronald Reagan, el dirigente de la OLP Arafat guardaba la promesa escrita de Habib en el bolsillo de su camisa para mostrarla a quien dudara, incluido a su adjunto, Khalil al Wazir (Abu Jihad) y a, entre otros, las mujeres en el campo Chatila que sentían grave aprehensión ante la posibilidad de que sus protectores las abandonaran. En Tabessa, en algún sitio en el vasto desierto argelino, los otrora orgullosos defensores de la OLP se mostraban esencialmente inactivos y encerrados dentro de su campo, y fuera de algunas sesiones de entrenamiento físico parecían pasar los días bebiendo café, fumando, y preocupados por sus seres queridos en el Líbano cuando llegaron al campo Tabessa como una inmensa bomba las noticias de la masacre organizada por Israel en septiembre de 1982 en Sabra y Chatila y muchos combatientes rechazaron las órdenes de Tamari y partieron hacia Chatila.
No pasa lo mismo con los evacuados libios en Níger. Tienen los últimos modelos de teléfonos satelitales, laptops y mejor equipo que la mayoría de los medios noticiosos que aparecieron en los hoteles de Trípoli durante los últimos nueve meses. La pregunta de este observador: “¿Cómo llegasteis aquí y dónde obtuvisteis tan rápido todo este equipo electrónico nuevo?” recibió como respuesta una sonrisa muda y un guiño de una joven con hiyab a quien había visto por última vez en agosto distribuyendo comunicados de prensa en el hotel Rixos de Trípoli para el portavoz libio Dr. Musa Ibrahim a fines de agosto pasado. En ese día en particular, Musa dijo a los medios mientras estaba junto al ministro de Exteriores adjunto Khalid Kaim, amigo de muchos estadounidenses y activistas de derechos humanos, que Trípoli no caería en manos de los rebeldes de la OTAN y que “tenemos 6.500 soldados bien entrenados que los esperan”. Resultó que el comandante de los 6.500 era controlado por la OTAN y ordenó a sus hombres que no se opusieran al ingreso de las fuerzas rebeldes. Trípoli cayó el día siguiente y el día después Khalid fue arrestado y todavía está dentro de una de las docenas de cárceles de los rebeldes, rogando a sus imperturbables captores que permitan visitas de su familia, mientras un equipo legal internacional, organizado por estadounidenses, negocia para visitarlo.
El FLL tiene proyectos militares y políticos. Uno de estos últimos es competir por cada voto en la elección prometida para el próximo verano. Un miembro del personal que encontré tiene la tarea de estudiar las elecciones en Túnez, Egipto y otros sitios en la región en busca de posibles aplicaciones en Libia.
Otro comité del FLL prepara un mensaje de campaña nacionalista más específica para presentar sus candidatos y preparar listas de recomendaciones de candidatos específicos. Nada ha sido decidido firmemente hasta ahora, pero un profesor libio me dijo “es seguro que los derechos de las mujeres serán un tema importante. Las mujeres están horrorizadas por lo que dijo el presidente del CNT, Jalil, en busca del apoyo de partidarios de al Qaida que amenazan con controlar Libia, en el sentido de que la poligamia es el futuro en Libia y que las mujeres ya no recibirán su casa cuando se divorcien. Libia ha sido muy progresista con los derechos de las mujeres así como con los derechos palestinos.” Aisha Gadafi, la única hija de Muhamar Gadafi que ahora vive cerca en Argelia con familiares que incluyen a su bebé de dos meses, fue una fuerza importante de apoyo en la promulgación en 2010 por los Congresos Populares de más derechos para las mujeres. Se le ha pedido que escriba un panfleto sobre la necesidad de mantener los derechos de las mujeres que será distribuido si las elecciones de 2012 llegan a materializarse realmente.
Mientras su país yace en inmensas ruinas causadas por las bombas de la OTAN, el FLL tiene varios puntos importantes a su favor. Uno son las tribus que en el verano pasado comenzaban a levantarse contra la OTAN precisamente cuando Trípoli cayó, antes de que lanzaran sus esfuerzos que incluían una nueva Constitución. El FLL cree que las tribus pueden ser cruciales para conseguir los votos.
Es posible que una flecha aún más poderosa en la aljaba del FLL mientras lanza su campaña de resistencia son los 35 años de experiencia política de los cientos de Comités Populares Libios establecidos desde hace tiempo en cada aldea en Libia, junto con los Secretariados de las Conferencias Populares. Aunque actualmente están inactivos (ilegalizados por la OTAN –a decir verdad) se están reagrupando rápidamente. Aunque a veces son objeto de ridículo por parte de supuestos “expertos” en Libia, los Congresos Populares, basados en el Libro Verde de Gadafi, son en realidad bastante democráticos y un estudio de su trabajo deja en claro que funcionaban cada vez más no como simples aprobadores automáticos de ideas que flotaban sobre los muros de los barracones de Bab al Azziza. Un secretario general de uno de los Congresos, que ahora trabaja en Níger, repitió lo que le dijeron a una delegación occidental en junio pasado durante una información de tres horas en la central en Trípoli del Secretariado de los Congresos Populares. A los participantes les mostraron registros de la participación y de votaciones, así como cada tema sobre el que se votó en la última década, y las actas de los debates más recientes del Congreso Popular. Ilustran las similitudes entre los Congresos Populares y las Reuniones Ciudadanas de Nueva Inglaterra en términos de que la población local toma decisiones que afectan a su comunidad y un orden del día abierto en el cual se pueden introducir y discutir quejas y nuevas propuestas. Al autor apreció en particular los cuatro años que pasó representando al Barrio 2º en la Reunión Ciudadana de Brookline, Massachusetts mientras iba a la universidad en Boston, donde se sentaba a veces junto a sus vecinos Kitty y Michael Dukakis. Aunque ambos obtuvimos un escaño en la elección, yo recibí 42 votos más que Mike, pero él ascendió políticamente, mientras que se puede decir que yo me hundí después de unirme a Estudiantes por una Sociedad Democrática (SDS), a la ACLU y a los Panteras Negras todo en un semestre como estudiante en la Universidad de Boston, después de una inspiradora reunión con los profesores Noam Chomsky y Howard Zinn en la oficina del primero en el MIT. Los debates en las Reuniones Ciudadanas eran interesantes y productivos y “Mustafa”, el secretario nacional del Congreso Popular Libio, quien estudió en la Universidad George Washington y escribió una tesis de posgrado sobre Reuniones Ciudadanas de Nueva Inglaterra, afirmaba que su país modeló sus Congresos Populares según ellas. Por desgracia, “Mustafa” también está encarcelado por el CNT, según amigos mutuos.
No se sabe quiénes serán los candidatos del FLL en una elección, si ésta tiene lugar, pero algunos sugieren que el doctor Abu Zeid Dorda, quien ahora se recupera de su “intento de suicidio” (el ex embajador libio ante la ONU fue arrojado desde un segundo piso durante el mes pasado por agentes de la OTAN que lo interrogaban pero sobrevivió ante testigos presenciales y ahora se recupera en el servicio médico de la prisión).
Contrariamente a historias en los medios, Saif al Islam no está a punto de entregarse al Tribunal Penal Internacional y, como Musa Ibrahim, está bien. A ambos se les insta a guardar un perfil bajo por el momento, a que descansen, y traten de reponerse poco después del asesinato por la OTAN de familiares y muchos amigos cercanos.
Muchos analistas legales y políticos piensan que el TPI no procederá con ningún juicio relacionado con Libia debido a sus reglas y estructura complejas y a la falta de certeza de que se lograrán las condenas de los sospechosos “correctos”. Pase lo que pase al respecto, si una causa sigue adelante, hay investigadores que se preparan a llenar la sala de tribunal del TPI con documentación sobre las atrocidades de la OTAN durante sus 9 meses, 23.000 incursiones y 10.000 bombardeos contra ese país de cinco millones de habitantes.
Algunos observadores del TPI se sienten alentados por el compromiso de la oficina del Fiscal del TPI de esta semana, como informa la BBC: “de investigar y enjuiciar cualesquiera crímenes cometidos tanto por las fuerzas rebeldes como favorables a Gadafi, incluido cualquiera cometido por la OTAN”.
Como escribió al autor desde su refugio secreto una víctima de crímenes de la OTAN, quien el 20 de junio de 2011 perdió a cuatro familiares, incluidos tres infantes, cuando cinco bombas MK-83 estadounidenses de la OTAN fueron lanzadas y dos misiles disparados contra el complejo habitacional de la familia en un intento fracasado de asesinato de su padre, ex asistente del coronel Gadafi: “Es una buena noticia si es verdad”.
Mientras la OTAN mueve su atención y sus drones al Sáhel, es posible que sus nueve meses de carnicería contra este país y su pueblo terminen por no lograr sus objetivos.
Franklin Lamb se encuentra en estos momentos investigando en Libia. Puede contactarse con él en: fplamb@gmail.com . Es autor de “The Price We Pay: A Quarter Century of Israel’s use of American Weapon’s against Lebanon” (1978-2006), disponible en Amazon.com.uk, y de “Hizbollah: A Brief Guide for Beginners”. Ha participado en las investigaciones de la Comisión Kahan sobre la masacre de Sabra y Shatila. Es miembro de la Fundación que lleva ese mismo nombre y de la Campaña por los Derechos Civiles de Palestina.

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