Es la primera entrevista de Saif al Islam concedida desde prisión. Un asesor de Human Rights Watch, Fred Abrahams, tuvo acceso al hijo de Gadafi y escuchó de primera mano detalles de cómo funcionan las cosas en Libia luego de la “intervención humanitaria”.
“El gran problema es mi total aislamiento. No tengo acceso a la prensa, la radio ni la televisión”- dijo Islam. “Necesito contactar a mi familia o mis amigos para encontrar un abogado”- agregó.
Aunque las autoridades ocupantes prometieron un juicio con todas las garantías a Saif Al Islam, lo cierto es que evidencias provenientes de Libia revelan cada vez más un ambiente de desgobierno y violaciones sistemáticas a los derechos humanos.
La propia organización Human Rights Watch, junto a Amnistía Internacional, denunciaron recientemente detenciones arbitrarias, maltratos y hasta torturas practicadas a miles de detenidos, por parte de los llamados rebeldes. HRW denunció el hallazgo de 53 cadáveres en descomposición pertenecientes a tropas leales a Gaddafi, masacrados con absoluta impunidad por sus contendientes.
Según Abrahams, el propio hijo de Gadafi lo conminó a visitar a algunas de las 10 mil personas leales a su padre detenidas en Bengasi, Misrata, Trípoli, Zawiya y Zintan. “Hay torturas”- concluyó.
La propia manera en que Muamar El Gadafi fue asesinado el pasado 20 de octubre, levantó la condena de buena parte de la comunidad internacional por lo que, a todas luces, resultó ser un crimen de guerra. Sin embargo, la demanda de que el cadáver fuera examinado para recopilar evidencias fue desestimada por el Consejo Nacional de Transición. ”No habrá autopsia ni hoy ni otro día. Nadie abrirá el cuerpo de Gaddafi”, declaró entonces a la AFP el portavoz del consejo militar de Misrata, Fathi Bachagha.
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