Semanas atrás las manifestaciones de los internautas lograron que el tratamiento de SOPA y PIPA fuese postergado. Sin embargo dichos proyectos no son los únicos que ponen en peligro a la web; en el último tiempo hemos visto cómo aumenta el apoyo político de ACTA, Anti-Counterfeiting Trademark Agreement (Acuerdo Comercial Anti-Falsificación).
En vistas del crecimiento de esta propuesta el próximo sábado 11 de febrero se realizará una manifestación mundial contra ACTA. Entre los impulsores de la protesta se encuentra Access, organización que se define a sí misma como “el nuevo movimiento global por la libertad digital”.
Para quienes no estén al tanto de qué abarca este proyecto, ACTA es un acuerdo voluntario entre naciones que cubre acciones contra un amplio rango de productos falsificados, ya sean físicos o digitales. En el caso de que se apruebe esta legislación cualquier proveedor de servicios de Internet (ISP) se vería obligado a rastrear las actividades de sus usuarios.
En el caso de que algún cliente descargue material pirateado, los ISP serían acusados de violar la propiedad intelectual y podrían ser cerrados permanentemente. El Acuerdo Comercial Anti-Falsificacióncarece de credibilidad democrática debido a que las reuniones entre sus promotores se realizan en secreto.
Ya son varios los países que han firmado a favor de ACTA: Estados Unidos, Canadá, Japón, Marruecos, Nueva Zelanda, Singapur, Corea del Sur y 22 miembros de la Unión Europea. El objetivo de las manifestaciones del 11 de febrero será demostrarle al Parlamento europeo que no tiene que aprobar esta legislación.
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