por Sonia S.González
Por qué el gobierno estadunidense, que se erige como paradigma de los Derechos Humanos en el mundo entero, que tanto habla del valor de la familia en la sociedad, prohíbe a dos seres que se aman concebir un hijo.
Muchos pensarán que es una información incierta, que un gobierno tan poderoso llegue hasta ese nivel de intromisión entre dos personas que han decidido unirse como pareja para formar una familia, lograr lo más sublime de esa unión, tener un hijo y poder verlo crecer, educarlo, formarlo, brindarle todo su cariño. Ver en ese nuevo ser la consumación plena de su amor.
Todos los seres humanos que se quieren y desean formar una familia, añoran sembrar con ternura una semillita que al germinar dará vida a otro ser, fruto del amor y que significará el clímax de la felicidad.
Por qué el gobierno estadunidense, que se erige como paradigma de los Derechos Humanos en el mundo entero, que tanto habla del valor de la familia en la sociedad, prohíbe a dos seres que se aman concebir un hijo.
No es nada abstracto, es una realidad muy perversa que Gerardo Hernández y su esposa Adriana llevan viviendo por más de 13 años
Para quienes no conocen de quiénes se tratan, debido a la censura y manipulación mediática que hacen sobre el caso de los cinco cubanos antiterroristas los medios capitalistas, en particular la gran prensa de EE.UU.; esta pareja está siendo castigada porque Gerardo, uno de los Cinco cubanos que luchaban contra agrupaciones terroristas, radicadas en territorio norteamericano y con plena libertad de acción para realizar actos como la voladura del avión de Cubana de Aviación donde murieron 76 personas, en su mayoría jóvenes integrantes del equipo cubano de esgrima, u otros hechos terroristas como la bomba en un hotel de la capital cubana, donde murió el joven italiano Fabio Di Selmo.
La prensa de EE.UU. todo el tiempo les da el tratamiento de Cinco “espías” o “agentes” del gobierno cubano para espiar a EE.UU., y omiten la realidad, que son hombres que lucharon por salvar vidas, y como represalia a su entereza y dignidad al declarar la verdad, les han sancionado hasta dos cadenas perpetuas como en el caso de Gerardo, además de aplicarle castigos en un pequeño espacio con abundante moho y humedad con un hueco en el techo, y donde permanece 23 de las 24 horas del día.. Pero no creyéndolo suficiente, los torturan psicológicamente al privarlos en el caso de Gerardo y René, de poder ver, abrazar, besar a sus esposas.
Gerardo y Adriana no han podido abrazarse, besarse, porque el gobierno norteamericano se niega a otorgarle visa a ella, incluso en una oportunidad se hizo el simulacro de otorgamiento de visa y al llegar Adriana a territorio norteamericano no la admitieron y la reembarcaron para Cuba. Esto se llama ensañamiento y violación de los derechos humanos
Como lo es también el hecho de la denominada “liberación supervisada” de René González, otro de los Cinco cubanos presos, pues le obligan, aún después de cumplir la sanción a permanecer en territorio norteamericano, cuando donde debía estar es en Cuba. A Olga Salanueva, su esposa, igualmente le niegan la visa para ir a verlo, para mantenerlos bajo un estado de incertidumbre por los riesgos que René corre, al obligarlo a permanecer en la Florida, donde los terroristas como Posada Carriles se pasean con plena libertad de acción.
Nos preguntamos, hasta cuándo el Presidente de EE.UU. permitirá que se violen los derechos humanos más elementales de cinco familias, al obligar a las a madres, padres, esposas e hijos, a prescindir de la presencia física y emocional de estos cinco hombres inocentes.
Diga señor Obama, por qué no ha hecho uso de su potestad ejecutiva para decretar la liberación de los Cinco cubanos, cuya inocencia ha sido ampliamente reconocida; por qué Gerardo no pudo darle a su madre al fallecer de tanto sufrir, el último beso de despedida; por qué priva a Gerardo y Adriana de la posibilidad de concebir un hijo como fruto del amor supremo; por qué René y Olga no pueden materializar el reencuentro tan añorado y plagado de previos sufrimientos; por qué Fernando y Rosa Aurora perdieron la oportunidad de engendrar un retoño de su amor; por qué Tony y Ramón tienen que estar privados igualmente del disfrute de su familia.
Señor Presidente Obama, ¿echará sobre sus espaldas esta tremenda injusticia y violación flagrante de los Derechos Humanos al mantener en prisión a cinco inocentes?
Señor Presidente, ¿alguna vez se ha imaginado, solo por un instante, que fuera usted o alguno de su familia los que estuvieran en el lugar de estos Cinco cubanos, por luchar contra el terrorismo?
Señor Obama usted tiene la facultad de liberarlos, querer es poder, y no olvide que la historia y la humanidad solo lo absolverán si hace justicia.
Liberar a los Cinco cubanos inocentes es el reclamo de muchas personas en el mundo y cada día serán más.
Como dijo José Martí: “En la justicia no cabe demora: y el que dilata su cumplimiento, la vuelve contra sí.”
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