El supuesto autor de las filtraciones de los cables de WikiLeaks, Bradley Manning, es uno de los 231 candidatos para el Premio Nobel de la Paz 2012, un galardón que según muchos, ha perdido criterio con el tiempo.
La lista de nominados, que está oficialmente cerrada para este año, es secreta y los miembros del Comité Nobel no han hecho comentarios sobre su contenido. Pero varios expertos han comenzado a especular sobre quién está en la lista y algunas personas que tienen derecho a nominar a los candidatos han publicado sus sugerencias.
El Comité añadió el viernes los últimos nombres para su consideración.
Con 188 personas y 43 organizaciones, la lista de aspirantes se acerca al récord de participación del año pasado, cuando se presentaron 241 candidaturas al premio, finalmente otorgado al trío femenino compuesto por las liberianas Ellen Johnson Sirleaf y Leymah Gbowee y la yemení Tawakkol Karman.
El galardón fue entregado a las tres mujeres por “su lucha no violenta por la seguridad de las mujeres y su derecho a una participación plena en el trabajo de construcción de la paz”, según el fallo del Comité
Entre las conocidas para este año figuran el ex presidente estadounidense Bill Clinton, que ejecutó la guerra contra Yugoslavia. Igualmente se encuentra la Unión Europea, pese a la crisis que atraviesa y las crispaciones internas que provoca.
Otros candidatos conocidos son el politólogo estadounidense Gene Sharp, teórico de la lucha no violenta que inspiró a algunas figuras de la ‘Primavera árabe’, el presidente tunecino Moncef Marzouki, quien llegó al poder en el impulso de esas revueltas populares iniciadas en su país a finales de 2010, y el canal de información Al Jazeera, célebre por su parcialidad en la invasión de la OTAN a Libia.
El Nobel, con gran repercusión internacional, no está exento de la polémica, como en 2009, tras la atribución del galardón a Barack Obama, apenas unos meses tras su toma de posesión.
Las autoridades suecas, encargadas de asegurar la conformidad de las fundaciones con los testamentos que han llevado a su creación, investigan actualmente para determinar si el comité noruego cumple satisfactoriamente con la tarea que le confió el sueco Alfred Nobel hace más de un siglo.
Esta decisión interviene tras las críticas reiteradas del jurista noruego Fredrik Heffermehl, autor del libro “La voluntad del Nobel”. Para él, el premio ha perdido de vista su objetivo inicial. En su testamento redactado en 1895, Alfred Nobel quería que el premio recompensara a “la personalidad que habrá contribuido en mayor medida o mejor al acercamiento de los pueblos, la supresión o la reducción de los ejércitos permanentes, a la reunión o la propagación de congresos pacíficos”.
El nombre del laureado será anunciado en octubre y el premio entregado el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de Alfred Nobel, inventor de la dinamita.
(Con información de agencias)
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