miércoles, 29 de febrero de 2012

FARC: La lucha continúa


x Miguel Urbano Rodrigues    El comunicado de las FARC sobre la renuncia a los secuestros motivo una lluvia de comentarios, interpretando la decisión como prólogo del fin de la guerrilla

El Estado Mayor Central de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-FARC- EP informo en comunicado la renuncia a los de rehenes y que liberará en los próximos días a los últimos 10 militares capturados en combate que mantiene en su poder.
La noticia fue recibida con alguna sorpresa en Washington y en Europa y fue tema de múltiples interpretaciones.
Se sabía que los sofisticados medios electrónicos que el Pentágono coloca a disposición de la Fuerza Aérea Colombiana facilitan hoy localizar con precisión los campamentos móviles en que las FARC mantenían en las montañas y selvas del país los últimos rehenes.
Simultáneamente, las recompensas de millones de dólares ofrecidos por el gobierno de Bogotá a los guardias de los prisioneros estimularon traiciones que permitieron la entrega al ejército de rehenes como Ingrid Betancourt, tres agentes de la CIA y destacados políticos.
El bombardeo pirata en territorio ecuatoriano del campamento del comandante Raúl Reyes, y las operaciones militares concluidas con la muerte en combate de los comandantes Jorge Briceño y Alfonso Cano resultaron además de la colaboración decisiva del Pentágono, de la CIA y del Mossad israelita.
La campaña mundial que precedió a la inscripción de las FARC por la ONU en la lista de las “organizaciones terroristas” fue acompañada de otra que les colocó el anatema de la “guerrilla del narcotráfico”.
En realidad el slogan, forjado para desacreditar a las FARC, fue creado por un diplomático de los EEUU, el embajador Louis Stamb, hombre del Pentágono y de la CIA.
Tuve personalmente la oportunidad de verificar en 2001, que las FARC, en el Caguan, capital de la zona desmilitarizada, prohibían allí el consumo y el tráfico de drogas. La calumnia, sin embargo corrió por el mundo, adquiriendo credibilidad.
Comprobadamente comprometidos con el narcotráfico fueron, esos sí, el anterior presidente de Colombia, Álvaro Uribe, y el actual, José Manuel Santos, cuyos nombres figuran además en los archivos de la Drug Enforcemente Agency-DRUG, la Agencia estadounidense que controla el negocio de la cocaína.
Virginia Vallejo, ex - miss Colombia, que fue amante del rey de la droga, revela en un libro de memorias (1), best seller, en los EEUU, que Pablo Escobar no ocultaba que la ayuda de Álvaro Uribe, cuando era director de Aeronautica Civil de Antioquia, le permitió hace salir del país dos centenas de toneladas de cocaína.
El comunicado de las FARC sobre la renuncia a los secuestros motivo una lluvia de comentarios, interpretando la decisión como prólogo del fin de la guerrilla.
Es oportuno recordar que la desaparición inminente de las FARC fue anunciada decenas de veces por sucesivos gobiernos de Colombia. Mentían.
Las FARC sufrieron rudos golpes en los últimos años. Pero hace medio siglo que combaten en las montañas y selvas de su país. Organización político-militar marxista- leninista, construyeron un ejército popular que en determinados periodos contó con 18 000 combatientes que se oponían en 60 Frentes a las fuerzas armadas más poderosas de Latinoamérica -300 000 hombres – armadas y financiadas por los EEUU.
Manuel Marulanda, su fundador y Comandante en Jefe, fallecido en 2008, fue durante años tratado con respeto por jefes de Estado, diplomáticos y políticos de muchos países, antes que le pusieran precio a su cabeza por la presión de la Casa Blanca. Calumnia alguna jamás podrá apagar su nombre como héroe de América Latina.
El caminar de la historia va a desmentir las profecías sobre la muerte de las FARC. El comandante Timoleon Jiménez, su actual Comandante en Jefe, ya informo que la organización revolucionaria continuara su lucha por una Colombia libre, democrática e independiente.
Vila Nova de Gaia, 27 de Febrero de 2012

1.Virginia Vallejo, "Amando a Pablo, Odiando a Escobar", Random House, Bogotá, 2007
Traducción: Jazmin Padilla. El original portugués de este articulo se encuentra en www.odiario.info

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