
England fue entrevistada unos días después de la matanza de 16 civiles afganos, de la que es acusado un sargento estadounidense y que constituye, para The Daily, un acontecimiento que puede marcar en Afganistán una ruptura similar a la que representó Abu Ghraib durante la guerra en Iraq.
En la entrevista, la exmilitar, una madre soltera desempleada que retornó al hogar paterno en el estado de Virginia Occidental y que siente nostalgia del Ejército, se muestra sin remordimiento alguno por lo que hizo a sus prisioneros.
“Su vida ahora es mejor. (…) No eran inocentes. Es gente que quiere matarnos, ¿y pretenden que les pida perdón?”, señaló.
En 2004, la foto de la muchacha, entonces de 22 años, sonriente y llevando por una rienda a un prisionero desnudo, dio la vuelta al mundo. En otras imágenes se la veía con un aire inexpresivo, posando ante detenidos esposados, amenazados por perros, obligados a masturbarse o apilados como si se tratara de objetos.
Lo único que lamenta England es la publicidad que se hizo de sus actos, que llevó a la muerte de estadounidenses en el marco de acciones de represalias.
“Todos los días pienso en esas muertes que yo causé indirectamente”, en “esa gente de nuestro lado que murió porque yo aparezco en una foto”, dijo.
(Con información de AFP)
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