Los participantes en el funeral de Christoulas han coreado consignas como “¡Héroe!” o “¡Ellos te han asesinado!” mientras portaban rosas y claveles rojos de camino al lugar donde se ha celebrado la ceremonia.
El cuerpo de Christoulas será trasladado a Bulgaria para ser incinerado, conforme a sus deseos. “No he hallado ninguna otra forma de luchar excepto un fin digno, antes que empezar a buscar comida en la basura”, denunciaba en su nota de suicidio, en la que hacía un llamamiento a los jóvenes a levantarse, tomar las armas y ahorcar a los “traidores de la nación”.
Amigos y familiares del farmacéutico han leído poemas y cartas durante el funeral. “Padre, no pudiste soportar que asesinaran la libertad, la democracia y la dignidad”, se ha lamentado su hija Emmy, que asegura que el suicidio de su padre fue un acto político consciente, coherente con lo que creyó e hizo durante toda su vida. “Has pagado con tu sacrificio. Ahora es nuestro turno. Somos hoy tantos porque somos once millones y nuestro nombre es Resistencia”, ha añadido citando la nota que dejó Christoulas antes de morir.
“Todos somos víctimas potenciales”
Tras el acto, los asistentes han marchado hasta el árbol junto al que se suicidó en la plaza Sintagma, convertido en un santuario con guirnaldas, velas y notas en recuerdo del jubilado.
“Decimos que se suicidó, pero sabemos que fue asesinado. Todos somos víctimas potenciales. Todos nos enfrentamos al mismo destino”, ha señalado un parado de 55 años, Angeliki, que llevaba una bandera griega a modo de bufanda durante la concentración en la que los asistentes han dejado en el aire una advertencia: “¡Tomaremos las calles!”.
La muerte de Christoulas fue contestada durante dos jornadas consecutivas con la presencia de centenares de manifestantes en las calles de Atenas, que la policía reprimió con gases lacrimógenos. En solo tres años, la tasa de suicidios en Grecia ha pasado de ser la más baja de Europa ha convertirse en la más alta.
EP / Público
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