domingo, 31 de marzo de 2013

Muerto Chávez, Evo Morales en la mira de los globalizadores

x Vicky Peláez Hay un elemento nuevo que consiste en corromper y desviar a las bases tradicionales de apoyo a la gestión del presidente por medio de las ONGs

Qué fácil es empujar a la gente... Pero qué difícil guiarla
(Rabindranath Tagore, 1861 – 1941)
La agenda de los “iluminados” globalizadores, cuyo verdadero fin es establecer un control absoluto sobre los recursos naturales del planeta, mediante la lucha preventiva contra los líderes que se atreven a desafiar este proceso defendiendo los intereses nacionales de su país, nunca tiene un reposo o intermedio.
Es permanente, irreversible, despiadada y utilizan todos los recursos disponibles que varían de los más rudimentarios a los extremadamente sofisticados. Durante más de 14 años han estado en guerra encubierta contra el gobierno Bolivariano de Hugo Chávez, pero tampoco han cambiado sus intenciones después de su muerte anunciada.
Ahora le toca el turno al primer presidente aymara de Bolivia, Evo Morales quien se atrevió a declararse “antiimperialista” guiando a su pueblo a un Estado de Buen Vivir, haciendo cambios sustanciales bajo nuevos compromisos con la calidad de vida y la protección de la naturaleza.
En los últimos meses la guerra mediática contra Evo Morales y su gobierno se ha intensificado, tildándolo de comunista, dictador, chavista, fidelista, individualista, egocentrista, anticlerical, narcisista etc, etc. Sin embargo, hay un elemento nuevo que consiste en corromper, confundir y desviar a las bases tradicionales de apoyo a la gestión del presidente por medio de las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs).
En realidad es un reciclaje de la premisa del concepto de la “democracia controlada” elaborada y explicada por el profesor norteamericano William A. Douglas ya en 1972 en su libro “Developing Democracy” (Desarrollando Democracia).
Para Douglas, el camino más seguro para mantener la hegemonía norteamericana en el Tercer Mundo y en este caso en América Latina, es crear agencias especializadas norteamericanas para tomar el control, evitando que sea visible, sobre las organizaciones de base para que sean instrumentos para la promoción e imposición de los intereses geopolíticos y geoeconómicos de Washington en cada país, considerado importante para la seguridad nacional de EE.UU.
La agitación indígena en torno a un proyecto de construcción de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos que atravesaría el Territorio Indígena Parque Natural Isiboro- Secure (TIPNIS) es uno de los casos de la influencia de las ONGs en la organización de las nueve marchas contra el proyecto y en la preparación de la décima anunciada por el presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), Adolfo Chávez.
Las ONGs REDD (financiada por Suecia), el Fondo Verde (financiada por la Gran Bretaña, Noruega, Austrlia y México), y 20 otras, han participado activamente en todas estas marchas. Actualmente están envueltas en promoción de un proyecto, realmente absurdo, entre las 64 comunidades indígenas de yurakares, trinitarios, mojeños y chimanes, en total de unas 10.000 personas del TIPNIS para que el gobierno “reconozca nuestro derecho a recibir el pago por compensación por la mitigación de gases de efecto invernadero que cumplen nuestros territorios”.
Se sabe que el proyecto de esta carretera existe desde 1765 y que en 1826 durante el gobierno del mariscal José Antonio de Sucre se emitió una ley para unir los departamentos del Beni y Cochabamba vialmente y que es provechoso para la economía de ambas regiones como igual para el bienestar de los pobladores del TIPNIS.
También se sabe que la mayoría de los pueblos indígenas de la zona se pronunciaron en pro de la construcción de la carretera y que el gobierno se comprometió a entregar el martes 2 de abril el informe final de la consulta a los pueblos del TIPNIS.
La consulta llegó a 58 de las 69 comunidades, decidiendo 11 no participar en el proceso. En total 55 comunidades apoyaron la construcción de la carretera y tres se pronunciaron en contra. A pesar del voto de la mayoría las marchas de la minoría no cesan pues existen intereses de grandes corporaciones que utilizan frecuentemente las ONGs para lograr su acceso a los recursos naturales de Bolivia.
Oficialmente están operando en el país 399 ONGs y no se sabe cuántas más no registradas hay. Se sabe también que 22 de ellas están detrás de las marchas indígenas. Recientemente la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos advirtió que “detrás de la marcha de indígenas del Oriente existe un movimiento político fuerte para desestabilizar al gobierno”.
Parece que hay una consigna de los globalizadores en la necesidad de alterar la estabilidad socio económica de Bolivia para no permitir que Evo Morales gane las próximas elecciones presidenciales en abril de 2014. Desde diciembre del año pasado empezó una campaña orquestada por la oposición denunciando alto grado de corrupción del gobierno nacional.
Posteriormente se intensificó el proceso de la división dentro de las bases de apoyo a Evo Morales. Lo extraño de todo este proceso es la coincidencia de los intereses de la derecha y la izquierda en atacar al presidente utilizando pretextos elaborados por la oposición de la élite tradicional boliviana.
Los dos grupos no han escatimado esfuerzos para denunciar “evonarcisismo” y la “megalomanía” del presidente, utilizando el pretexto de que 16 estructuras públicas, entre aeropuertos, estadios, colegios y centros culturales y deportivos llevan el nombre de Morales. También tanto la izquierda como la derecha lo acusan de vanidad al recibir 20 títulos de doctorado honoris Causa que le otorgaron diferentes universidades extranjeras.
Lo que no toman en cuenta sus detractores es que haya sido la voluntad de los habitantes de estos lugares de poner el nombre del presidente a las obras, en agradecimiento por tratar de mejorar el nivel de su vida constantemente ignorado por las autoridades anteriores.
La oposición paralizó la vida económica de Oruro durante 40 días por el mero hecho de que el aeropuerto local que el presidente ha hecho rehabilitar para el funcionamiento normal haya sido cambiado de nombre de Juan Mendoza a Evo Morales por la Asamblea Legislativa Departamental.
Esta protesta fue tan hábilmente dirigida que nadie tomo en cuenta el daño que se ha hecho a la economía del departamento de Oruro y las pérdidas que han tenido que asumir sus pobladores. Y en este contexto los maestros trotskistas han sido unos de los más activos para desestabilizar al departamento como si no existieran otras formas de luchar contra lo que se determine como una arbitrariedad o injusticia histórica.
También sorpresivamente varios grupos de dirigentes mineros encabezados por el secretario ejecutivo de la Central Obrera Departamental (COD) de Oruro, una organización conocida históricamente como revolucionaria, se alió con la derecha racista en este paro. Se olvidaron los mineros de Huanuni que por primera vez en la historia sus sueldos, gracias a la gestión del gobierno actual de Bolivia, han subido hasta 30.000 bolivianos al mes.
Pero allí no termina la historia. Apenas se tranquilizó la situación en Oruro, los campesinos de la provincia Manco Kapac bloquearon la ruta Tiquina – Capacabana precisamente al inicio de la Semana Santa durante la cual miles de creyentes toman esta carretera para venerar a la Virgen de Copacabana. Los promotores de esta acción proponen un referendo para determinar la construcción de un puente sobre el estrecho de Tiquina rechazando el diálogo con el gobierno.
La Confederación Obrera Boliviana (COB) de orientación trotskista tampoco quedó atrás en esta lucha contra Evo Morales decidiendo constituir el Partido de los Trabajadores, nombre que recibe el Instrumento Político de los Trabajadores guiado por Guido Mitma.
El propósito de esta creación es oponerse a Evo Morales en las elecciones presidenciales en abril de 2014 y la consigna del nuevo partido es “¡Tiembla Evo, somos mineros”. Sin embargo, en la COB están afiliados 6,186 trabajadores mineros pertenecientes al sector estatal, mientras que 112,000 trabajadores de esta rama pertenecen al sector cooperativo de la minería y no tienen nada que ver con la COB.
La Iglesia Católica tampoco le tiene “simpatía” a Evo Morales. Igual que en Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Argentina, esta institución religiosa se ha opuesto a los programas sociales beneficiosos a los pobres. Durante el segundo intento del golpe de Estado en junio del año pasado (el primero tuvo lugar en abril de 2009) la Iglesia católica bendijo el motín de la policía. Según el presidente, “en Bolivia hay nuevos enemigos, ya no sólo la prensa de la derecha, sino grupos de la Iglesia Católica, los jerarcas de la Iglesia Católica que son enemigos de la transformación pacífica de Bolivia”.
No se espera que con el nuevo papa Francisco las relaciones entre Evo Morales y la iglesia tengan chance de mejorar debido las tensiones que el gobierno actual siempre ha tenido con la 'Agencia de Noticias FIDES', un órgano de prensa con sello jesuita. En la percepción de Evo Morales, “Cuando el pueblo está arruinado por el Estado colonial, no aparece la Iglesia católica para salvarlo. Cuando el pueblo arrincona al Estado colonial, allí aparece el padre orando con los dirigentes, con los mediadores. Pero cuando el pueblo está derrotado por el Estado, no hay Iglesia”.
Tampoco Estados Unidos le perdona e Evo Morales la expulsión de sus agencias USAID [Agencia de 'Ayuda' Exterioir] y DEA [Agencia de Lucha 'Antidroga'] por espionaje e intentos de desestabilizar al país y también al embajador norteamericano Philip Goldberg por instigar las protestas violentas contra el gobierno de Bolivia. Todo esto explica porqué el Departamento de Estado ha estado dictaminando por cuatro años consecutivos en sus informes anuales que Bolivia “fracasó manifiestamente” en la lucha contra narcotráfico, esto a pesar de las estadísticas diferentes que en estos años han mostrado las autoridades del país.
Seguro si Evo Morales hubiera aceptado el retorno de la DEA los resultados de los informes habrían sido más positivos para Bolivia. Sin embargo, la historia guarda la estadística que muestra que durante el período 1985 -1990 con la presencia de la DEA las plantaciones de coca aumentaron de 35,000 hectáreas en el país a 75,000. Pero esto es harina de otro costal.
Mientras tanto a pesar de todas las dificultades, sabotajes, paros y marchas, Bolivia sigue su curso hacia un Estado de Buen Vivir. Recientemente en la celebración del 18 aniversario de la creación del partido Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales ratificó que continuará “combatiendo al capitalismo, imperialismo y al neoliberalismo”. También enfatizó que “ahora tenemos Patria, hemos recuperado la Patria para los bolivianos”. Y en esta Patria, según el vicepresidente del país Álvaro García Linera, “cada vez menos bolivianos, y a corto plazo ningún boliviano, se irá a dormir con hambre porque acá estamos distribuyendo la riqueza, lo que nos pertenece a todos para beneficiar a los más pobres, a los más humildes y a los más necesitados”.
Si el dramaturgo norteamericano Arthur Miller hubiera observado el proceso boliviano, iniciado por Evo Morales, habría pronunciado sin duda alguna su famosa frase: “hay ruedas moviendo ruedas en este pueblo y fuegos nutriendo fuegos”. ¡Ojalá que estos fuegos sean beneficiosos para su pueblo y que ningún viento del Norte pueda apagarlos!
RIA NOVOSTI

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