Por Narciso Isa Conde
Tal avalancha de admiración y cariño en tierra venezolana y a escala mundial no tiene precedente en la historia conocida.
La “aldea mundial” de que nos habla el discurso neoliberal ha sido conmovida por la muerte física de Chávez. Desde Venezuela como epicentro, se expandieron de las ondas que ahora estremecen la conciencia colectiva de la sociedad humana.
Hay razones que explican este extraordinario fenómeno, además del extraordinario avance de las comunicaciones, bajo y fuera del control imperial.
Chávez encabezó la rebeldía más contundente contra el capitalismo neoliberal, el proceso transformador que inicio la ola de cambios continentales a finales del siglo XX y principio del XXI, y así se convirtió en figura emblemática del cambio más radical registrado después de contrarrevolución conservadora desplegada a partir del derrumbe de la URSS y de los regímenes similares del Este europeo.
Esto no es cualquier cosa.
Pueblos e incluso sectores medios y medianamente altos de la sociedad mundial agobiadas por la crisis sistémica del capitalismo y las inmundicias de su era neoliberal, se han volcado a aplaudir esa rebeldía radical estigmatizada por las elites imperialista y sus subordinados.
Magnífica señal sobre lo que late en las entrañas de los/as pobladores de este mundo capitalista plagado de injusticias, abusos, crueldades y desigualdades provocadas desde arriba sin rubor.
Reconocimiento a una original subversión contra los reyes del “azufre”.
Homenaje a una gran irreverencia frente al gran capital, apuntando –no sin fuertes tropiezos, grandes limitaciones e indefiniciones, e incluso inconsecuencias- hacia una lenta y contradictoria recreación y actualización del proyecto socialista, a tono con las experiencias vividas y las imperiosas exigencias de esta multi-crisis cuasi terminal de la civilización burguesa.
- Rostros conturbados ante una señal muy clara…
Habrá que ver como deben sentirse los Bush, Aznar, Uribe, Santos, Capriles, Fox, Alan García...
Incluso Obama e Hilary Clinton.
También los derechistas hipócritas que descaradamente se suben a la espuma de la ola sin compartir sus aguas turbulentamente libertarias.
Ni hablar como habrán de tener sus cabezas los ejecutivos de FEDECAMARAS y tantas otras PATRONALES del mundo.
La señal es muy clara incluso para las izquierdas blandengues y el progresismo conciliador. Más aun para los renegados, oportunistas y traidores, empeñados en poses teatrales. Oportunistas curtidos en simulaciones y expertos en desdoblarse, al extremo de ejercer desde sus gobiernos, Estados y partidos, políticas de derecha e incluso neoliberales al tiempo de producir ocasionales desplazamientos hacia la izquierda para nutrirse del prestigio de las admirables rebeldías que tienen lugar fuera las fronteras.
- Valen los homenajes y procede una alerta.
Todos los homenajes son pocos en el contexto de esta maravillosa revolución de los sentimientos provocada por la admiración que ha provocado la intrepidez antiimperialista del comandante Chávez en el escenario nacional e internacional.
Cuidémonos sí de aquellos/as que puedan sentirse tentados a cosificar ese fenómeno, a convertirlo en culto banal permanente, reducido a una veneración distante de la continuidad de su obra y de su ejemplo. En la historia de los desenlace de nuestra primer independencia abundan esas manipulaciones.
Cuidémonos, porque una cosa es la explosión espontánea del mito revolucionario reciente y las grandes e intensas emociones que desata, y otra el culto insustancial al pasado heroico, desconectado de los legados y actitudes de sus protagonistas estelares y de los nuevos desafíos que obligan a continuar y radicalizar el proceso emprendido por ellos.
- EL mayor de los homenajes.
Por eso es clave insistir en que el mayor homenaje a Chávez, luego de estos días de derroche de afectos y reconocimientos merecidos...sería ponerle mucha atención a sus últimos reflexiones y pautas respecto al presente y al porvenir del proceso bolivariano pro-socialista que él encabezaba, agregándole la mayor dosis posible de crítica y autocrítica revolucionaria, y de creatividad sin límites. No hubo desperdicios en sus valoraciones y recomendaciones para seguir adelante con el segundo Plan Socialista correspondiente a este periodo constitucional. Así hubo de expresarse hablando desde las ciencias sociales con el corazón:
“No nos llamemos a engaño: la formación socioeconómica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista. Ciertamente, el socialismo apenas ha comenzado a implantar su propio dinamismo interno entre nosotros. Éste es un programa precisamente para afianzarlo y profundizarlo; direccionado hacia una radical supresión de la lógica del capital que debe irse cumpliendo paso a paso, pero sin aminorar el ritmo de avance hacia el socialismo.
…..
“Este es un programa que busca traspasar “la barrera del no retorno”.
Para explicarlo con Antonio Gramsci, lo viejo debe terminar de morir definitivamente, para que el nacimiento de lo nuevo se manifieste en toda su plenitud.
La coherencia de este Programa de Gobierno responde a una línea de fuerza del todo decisiva: nosotros estamos obligados a traspasar la barrera del no retorno, a hacer irreversible el tránsito hacia el socialismo…”
…..
“Para avanzar hacia el socialismo, necesitamos de un poder popular capaz de desarticular las tramas de opresión, explotación y dominación que subsisten en la sociedad venezolana, capaz de configurar una nueva socialidad desde la vida cotidiana donde la fraternidad y la solidaridad corran parejas con la emergencia permanente de nuevos modos de planificar y producir la vida Mater.ial de nuestro pueblo. Esto pasa por pulverizar completamente la forma de Estado burguesa que heredamos, la que aún se reproduce a través de sus viejas y nefastas prácticas, y darle continuidad a la invención de nuevas formas de gestión política.”
Ahí, en esas ideas, esta la clave, la piedra de toque de la lealtad a sus inconmensurables aportes y a sus anhelos inconclusos. Asumir ese plan, que implica transferir a plenitud el poder de la buro-partidocracia a la sociedad y socializar la gran propiedad, la economía y la gestión política, con lo que se reduciría al mínimo la fuerza electoral y social de las derechas…tiene un valor mil veces superior a cualquier homenaje retórico despojado de compromisos y hechos que sigan forjado revolución, profundizándola, aboliendo capitalismo, sembrando socialismo...
Ese necesario e impostergable “golpe de timón” –fundamental para darle vitalidad al proceso y contrarrestar el seguro arreciamiento de los planes agresivos y desestabilizadores de la derecha capitalista endógena y de EEUU- habrá de tener que enfrentar no pocas resistencias burocráticas y de contar a su favor con el pueblo chavista radicalizado y las fuerzas más consecuentes del socialismo bolivariano, decididas a perecer antes que tolerar el retroceso abierto o encubierto. Así lo previó el Comandante y ahora con más razón para tenerlo en cuenta a la luz de su ausencia física.
0 comentarios:
Publicar un comentario