por Mckencie Ernesto
Ya no estás en el free shop del aeropuerto de Moscú.
Dejaste de estar en The Guardian o the Financial Times.
Estás en todos los periódicos del orbe.
Estás en todo medio-medio informativo también de este planeta al que las orejas le sobran. Faltándole los principios.
Estás en tu laptop, nomás.
Y en qué laptop guardas qué secretos.
Secretos que han puesto de cabeza a un imperio con ...ojivas, drones, ciber compus (no cuánticas) al servicio de la depredación de la vida íntima de civiles.
Tas en la mía. Sí. En mi laptop.
Tas en las ene copias desperdigadas en el cyber (como otrora Pulgarcito lo hiciera) por seguridad -por si las moscas-.
Tas en las laps, móviles, iphones, boca, admiración, sacudimiento y sorpresa, grata, de millones de seres humanos; unos informados, otros no tanto.
Saliste del NSA, CIA, FBI, y saben de tí KGB, SCOTLAND YARD y hartas taponerías de los delirantes estados parapoliciacos-terroristas-colonialistas-depredadores-imperiales que espían a la orden de apenas un 1% de los más riquillos del planeta; y negocian tus apenas 29 añitos de vida y de principios y de trabajo y de determinación y de libertad de saber.
Y espían, o pretenden hacerlo, a todo el séquito de sus paranoias.
Espían a todo ser viviente que piensa, dice, analiza, denuncia, informa, racionaliza, interpreta, platica: en una palabra: vive.
Snowden estás en este verano occidental de incógnito en un capítulo desconocido de Orwell-Obama del siglo XXI.
Los chinos ya te incorporaron a sus milenarias tradiciones de las que Borges alguna ocasión trazó tus destinos -impredecibles, aún-en El jardín de los senderos que se bifurcan.
Los rusos ya diseñaron sus matriurzkas pa hacer la magia (malobra) a Obama para hacerte desaparecer dentro de una diplomacía de muñecas mágicamente: todas se conocen sus artes, oficios y materiales; hasta las pestañas con las que nos miran parpadean como párbulos: no saben a dónde conjurar los demonios de sus desnudeces.
Estás en el limbo (ya dijeron los papistas que tampoco existe eso) de la incertidumbre de Eisenberg y en la indeterminación de Bergson. (La ingeniería cuántica no sabe todavía como funcionan los corrales cuánticos cuando el gato de Shroëdinger salto al vacío sin haber estado nunca del todo dentro de la caja de cartón. Metafísica y física cuántica todavía no hallan la luz que les socorra, que les de un trocito de humildad).
Ahí estás.
Estás, he de decirte, en la casita blanca, en el capitolio (con minúsculas) con sus huéspedes vueltos locos: han tocado, han hablado, han movido todas las puertecitas de la diplomacia de papel, vociferando, of course, y no tienen tacha ni aguante que los soporte: es, son un manicomio inaguantable. (me consta).
Y del Congreso ni qué decir: están de plácemes con su irrefrenable esquizo: se amurallarán -el de Berlín, dicen, es pa niños tontos- amenazarán con todo, garrote de palo, mercantil, comercial, político, militar.... hasta nuclear. Así están de ditiritambos.
Los conoces Snowden.
Su poderío bélico-militar es... de locos. Y desatados.
Con decirte Snowden que el mesmito Obama está blanquecino, irreconocible: aventó el papelote del Nobel de la Paz al WC de su privado.
Estás quien sabe dónde. Lo confieso.
Einstein, Russell y Hawking supongo, imagino, (entre otros verdaderos artistas, científicos, humanistas de ese pueblo, tu pueblo, que toman como suyas cuando menos la cuarta enmienda de su constitución) te orientan en este pandemonium desbrujulado de esa industria bélica desaforada.
Assange, Manning sí lo saben pero no lo dicen.
¿Dónde estás Snowden?
Estás dónde ellos mismos eligieron.
Como tú: en el mundo, en este universo del siglo XXI con unos principios a todo fuego, a toda lava.
Así que, desde esta ventanita, apenas del Facebookito que nos espía y nos sabotea estremeciéndonos con sus censuras a capricho... te deseamos lo mejor en este verano inconcebible, inédito para ti y para tus seres queridos.
Y para nosotros todos.
Queremos que llegues sano, salvo, alegre, seguro y en paz contigo y con tus principios a la LATITUD CERO.
Tamos.
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