domingo, 30 de junio de 2013

El soldado más 'productivo' de EE.UU, 2746 muertes confirmadas. El espectáculo del genocidio


El soldado más 'productivo' de EE.UU, 2746 muertes confirmadas. El espectáculo del genocidio
Sale a la venta "Carnivore", las memorias de un soldado con 2746 muertes confirmadas. Un genocidio de una sola persona. No dudamos que esta cantidad sea una exageración para vender más libros, pero tampoco que el número real sea bastante superior, debido a los muertos no confirmadas.
Esta semana sale a la venta "Carnivore", las memorias del soldado más letal de Estados Unidos". 2746 KIA, muertes confirmadas. Un genocidio de una sola persona.
No dudamos que esta cantidad sea una exageración a penas creíble para vender más libros, pero tampoco que el número real sea bastante superior, debido a las muertes no confirmadas entre escombros y ruinas.
Un veterano de 48 años, Dillard Johnson, se convirtió en el soldado más efectivo del Ejército de EE.UU. al matar a 2.746 soldados enemigos durante la guerra en Irak.
Tras el servicio militar, el oficial fue galardonado con 37 medallas al valor. 'Die Welt' concluye que actualmente Johnson sufre varios problemas de salud: además de tener una bala en la pierna, está luchando contra un cáncer de ganglios linfáticos.
Johnson, de 48 años, creció en Isla, Kentucky, pasaba el rato entre minas a cielo abierto y cazando ciervos con de su padre. Su primer asesinato se produjo en la tierna edad de 13, cuando atravesó un ciervo de seis puntos con un rifle calibre 22.
Aunque entró al Ejército en 1986, se vio obligado a esperar hasta 2003 para poder medir sus fuerzas en el campo de batalla. En su segunda misión en Irak, en 2005, a Johnson se le asignó la posición de francotirador.
Como comandante de un vehículo de combate Bradley apodado "Carnivore", dijo Johnson, de 48 años, ayudó a dirigir el asalto por tierra durante la Operación Libertad Iraquí, abrumar al enemigo con un espectáculo incesante del poderío militar que dejó un reguero de muertos a su paso.
Johnson fue obligado a informar de cada muerte confirmada a sus superiores, anotando los muertos en un diario verde que revela la espeluznante cifra - que sólo se dio a la luz, después de la investigación de sus azañas con su co-guionista James Tarr para sus memorias, también tituladas "Carnivore."
En su segundo viaje, en 2005, como francotirador, registro 121 muertes, el alcance más largo a una distancia de 821 metros, una habilidad que perfeccionó gracias a la caza en Kentucky. Su total es sólo superada por el difunto Chris Kyle, el Navy SEAL que tuvo 160 muertes.
"No me molesta que el DU [depleted uranium] me haya dado cáncer. Si no hubiera tenido las piezas de uranio empobrecido, habría vehículos que no habría sido capaz de destruir y que me habrían matado a mí ".

Conclusiones

Propaganda
2746 muertes confirmadas entre Irak, Afganistán, Siria. Operaciones legales y encubiertas. El mundo se queda pequeño para este tipo de asesinos.

El establishment norteamericano lo llama 'el soldado más productivo', aplicando términos económicos al genocidio intentando transformar a las víctimas en números. El los llamaría piezas. Ahora lo será de verdad gracias a las ventas de un libro que hace apología de la violencia y el asesinato. Los sociólogos americanos siguen sin explicarse cómo puede ser que se produzcan tantas masacres en la tierra de la libertad.
El sargento ha contado con todas las facilidades del ejército a la hora de escribir su historia. Pura propaganda que ejemplifica en este psicópata sin una pizca de piedad o sentido de la humanidad lo que es para un fascista un soldado. Asesinato, fanatismo religioso y mucha demagogia para encubrir los genocidios. La lucha por la libertad lo llaman.

Sus visitas a platós de televisión y conferencias en universidades están aseguradas por lo que le quede de vida.
Lavado de cerebro
Se menciona que el difunto Chris Kyle, el Navy SEAL estrella mediática en su país le superó al confirmar 160 muertes en combate. Murió en un tiroteo en Estados Unidos en extrañas circunstancias en febrero de este año, no sin antes escribir otro libro propagandístico narrando sus peripecias y sus firmes creencias en dios y la democracia. Creía que estaba librando una guerra religiosa. Como sus enemigos. 
El ejército, como premio a su record y años de servicio, se lo paga con 37 condecoraciones, una bala incrustada y una recidiva de linfoma. Es lo que tiene el uso de uranio empobrecido, subproducto de la industria nuclear usado en blindajes y ojivas. Increíble, entre todos sus problemas de salud no se mencionan los psicológicos, confirmando que para ser soldado hay que tener la cabeza bien hueca. Él sigue agradecido de la oportunidad que le da el ejército por haber podido demostrar todo lo que vale, a pasar de estar a punto de palmarla.

La hipocresía, base de una sociedad
Los lobbies de la industria armamentística, la del petróleo y la construcción, los inductores de las guerras, siguen usando a este pobre enfermo mental que si no hubiese estado en el ejército y lejos de su tierra habría acabado sin duda en una silla eléctrica por sus tendencias homicidas. Como asesino en el frente o como presentador en los medios su cadáver les servirá de ejemplo más allá de muerto, exponiéndolo hasta en museos.

¿Cuántos Dillar Johnson habrá por ahí sueltos que se les halla olvidado apuntar las piezas?
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