El presidente de Bolivia, Evo Morales, acusó hoy a funcionarios de la Cancillería de La Paz de fraguar actos conspirativos y de complot para negociar información “reservada” con Estados Unidos.
“Tenemos informaciones, aunque hay que llegar a tener documentación, de quiénes dieron información reservadamente a Estados Unidos en aquellos tiempos y ahora, todavía”, dijo el mandatario.
Añadió que “esos hermanos y hermanas que trabajan así no merecen, hermano Canciller, que estén aquí, acompañándonos”.
Morales hizo el pronunciamiento en un discurso de toma de posesión de los viceministros de Gestión Institucional, Leonor Arauco, y de Comercio Exterior, Clarens Endara, en la sede de la cancillería boliviana.
Criticó a funcionarios, que no identificó, de burlar el compromiso de guardar el secreto de Estado.
Aseveró que están detectados casos de filtración de información reservada al gobierno de Estados Unidos, pero admitió que aún se indaga para reunir las pruebas suficientes que determinen la responsabilidad del caso.
“Yo no puedo entender cómo algunos compañeros pueden conspirarnos desde acáadentro, desde la Cancillería. La entrega de documentos no es gratis, seguro se cobra ¿cómo podemos vender la documentación de nuestra Cancillería?”, planteó.
Exigió poner fin a prácticas de espionaje y llamó al retiro de quienes rechacen la nueva diplomacia y visión de Estado del país.
Morales convocó a “no estar boicoteando desde dentro la Cancillería” del país.
El presidente de Bolivia, Evo Morales señaló que funcionarios de su Cancillería perforaron tantas veces su pasaporte caducado que lo dejaron como un colador, lo que a su juicio se trata de “una bronca” o una “intimidación”.
“Si al presidente y al canciller le hacen así, qué harán con el pueblo algunos de ustedes. No son todos, por si acaso”, reprochó.
Agregó que tras el incidente con su pasaporte, se quedó sorprendido y se aguantó, y prefirió no comentar el asunto con su vicepresidente, aunque sí con sus otros ministros del gabinete.
Estas acciones, sostuvo, se parecen a otras del pasado en las que los indígenas y los movimientos sociales no podían ingresar a la plaza donde está el Palacio de Gobierno ni a la oficinas de la Cancillería, dirigida ahora por el aimara Choquehuanca.
A juicio del mandatario, en la Cancillería hay “infiltrados” que sabotean su Gobierno, pero que deberían retirarse si no comparten las reformas que encara en Bolivia.
Morales recordó que antes la Cancillería era un poder, otorgaba privilegios, repartía gastos reservados a familiares, situación que en la actualidad cambió, pues “la llegada de un Choquehuanca a la Cancillería fue un duro golpe para algunos”.
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