Un alto funcionario de seguridad del gobierno yemení, citado por el portal californiano McClatchy, señaló que la reciente alarma terrorista emitida por la administración Obama contra las embajadas de Estados Unidos “no tenía fundamento”, y que fue creada intencionalmente para desalentar la oposición a los ataques de aviones no tripulados en Yemen.
Luego de advertir inicialmente sobre un plan “considerado como uno de los más serios contra los intereses estadounidenses, y otros de occidente, desde los ataques del 11 de septiembre”, el gobierno de Estados Unidos cerró 20 embajadas a comienzos de agosto, 18 de las cuales reabrieron sus puertas durante la jornada de ayer.
El anuncio de la amenaza surgió al mismo tiempo en que se reconocía que el ataque contra el consulado estadounidense en Bengasi, ocurrido el año pasado, estuvo relacionado con una operación clandestina de tráfico de armas de la CIA en la ciudad libia, utilizada para transportar armas a los rebeldes sirios – muchos de los cuales se encuentran aliados a militantes de Al Qaeda.
La advertencia contra las embajadas estadounidenses también sirvió para justificar la descarada vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), llevando a algunos a sugerir que el supuesto complot terrorista estaba preparado para distraer a la opinión pública del ex técnico Edward Snowden, quien había recibido el asilo temporal por parte de Rusia sólo un día antes. Posteriormente se dijo que la NSA había interceptado una “conferencia telefónica” de miembros de Al Qaeda, en el que sus militantes discutieron el ataque.
No obstante, un reporte del medio McClatchy, titulado U.S. embassies in Muslim world reopen amid still-murky threats, indica, “Un oficial de seguridad de alto rango yemení habló en condición de anonimato”, señalando al periódico que la histeria “no tenía fundamento” y que en realidad correspondía a “un intento engañoso de transformar la opinión pública a la luz de los crecientes e impopulares ataques de aviones no tripulados estadounidenses”.
Docenas de personas, tildadas como “militantes sospechosos” por Estados Unidos, han sido asesinadas en Yemen en las últimas dos semanas como resultado de ocho ataques de drones, los cuales han indignado a ciudadanos yemeníes. Según el profesor de la Universidad de Princeton y experto en la situación yemení, Gregory Johnson, los ataques de drones, en realidad, están sirviendo para el reclutamiento de más terroristas.
“Hay ataques que matan civiles. Hay ataques que matan a mujeres y niños. Y cuando matas personas en Yemen, son personas que tienen familia. Tienen clanes. Y tienen tribus. Y lo que estamos viendo es que Estados Unidos puede poner en la mira a un individuo en particular porque lo considera un miembro de Al Qaeda. Pero lo que ocurre en terreno es que (el individuo) está siendo defendido como un hombre de tribu”, dice Johnson.
Las cifras muestran que 50 civiles son asesinados por cada un terrorista impactado por ataques de drones, lo cual significa que el 95% de las víctimas son hombres, mujeres y niños inocentes.
Como indica en una columna el ex parlamentario de Texas, Ron Paul, mientras el gobierno de Obama conduce ataques de aviones no tripulados en Yemen para eliminar a supuestos terroristas de Al Qaeda, la Casa Blanca, simultáneamente, está apoyando a los aliados del mismo grupo en Siria.
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